ECONOMIA
tras el cambio de gabinete

Empresarios dudan sobre el rumbo económico que adoptará el Gobierno

Temen que haya menos inversión y desaceleración de la actividad por el ruido político dentro del Frente de Todos. Incertidumbre por medidas que vendrán en el corto plazo.

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Fuego contra fuego. En la Unión Industrial Argentina cuestionan el cepo cambiario, la carga fiscal y las medidas laborales. | NA.

El vendaval político que se vivió en el Gobierno tras la derrota del oficialismo en las elecciones primarias del domingo pasado, que implicó un cambio parcial de gabinete bajo presión, es uno de los aspectos que generaron mayor preocupación entre analistas y empresarios en las últimas horas en cuanto al rumbo económico y la continuidad del ritmo de recuperación en medio de esta disputa sin precedentes entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Tras una semana de intrigas, gritos, cruces, renuncias y no renuncias, acusaciones mutuas y ante la mirada perpleja de una sociedad cansada de la rosca política, algunos analistas anticipan que esta pelea podría incidir en el ritmo de recuperación de la actividad económica, lo que se concretaría en el corto plazo en una desaceleración.

Tras la caída del 10% en el PBI el año pasado, por la interminable cuarentena decretada ante el covid-19, el Gobierno elevó la pauta de crecimiento del 7 al 8%, pero la situación política y la continuidad de una elevada inflación hacen que ese número aparezca como demasiado optimista para analistas y dirigentes empresarios.

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Este fue un tema que se conversó largamente en estas últimas horas en la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA) y en la Asociación Empresaria Argentina, dos de las entidades más importantes del país. El diagnóstico fue similar en ambas: en una situación compleja en lo económico y social, el ruido político implicará menor inversión y desaceleración económica.

“Hay una enorme cantidad de restricciones, cepo cambiario, mayor carga fiscal y ahora encima una pelea política dentro del Gobierno. ¿Quién va a invertir con este panorama? No hay manera”, resaltó un importante dirigente de la central fabril.

Paralelamente, diversos economistas también hicieron una evaluación que genera preocupación. Jorge Neyro, economista y consultor, resaltó que “hay dos ruidos”. “Uno es un ruido político, cómo van a ser las posiciones de fuerza dentro de la coalición. Eso tiene gran impacto en la política económica. Esa coronación de fuerzas es muy importante. El otro ruido es qué medidas de corto plazo se adoptarán para recuperar iniciativa. Hay que ver cuál es la magnitud del paquete”, subrayó.

Dentro de esa línea, Neyro recalcó que “son dos niveles de incertidumbre. Uno es si se va a ser más o menos duro con el FMI, y el otro qué medidas de corto plazo va a sacar el Gobierno”. “Aquí hay aspectos centrales como el tema del gasto público, la emisión y cuánto va a implicar en términos del Presupuesto y las necesidades de financiamiento del Gobierno. Cómo va a ser la respuesta del mercado para el financiamiento”, agregó.

Por su parte, Ramiro Castiñeira enfatizó que “la economía está estancada hace una década. No va a reaccionar ni ahora ni en los próximos dos años”. “Hay que tener en cuenta que en los próximos dos años vamos a convivir con estanflación. El año pasado el PBI cayó 10% y rebota 7 o algo más y aun así vamos a estar dos o tres puntos por debajo de la calamidad de 2019”, resaltó el economista.

Sobre este último punto, Castiñeira puntualizó que “lo que se ha visto hasta ahora en la economía es un rebote, pero estar por debajo de 2019 es un verdadero fracaso. Países como Colombia, Perú, Chile, Paraguay y Panamá van a estar por arriba de 2019”.

Para el analista de mercado Gustavo Ber el panorama actual es complejo y el ruido político complica más el panorama. “Con esta pelea se genera más desconfianza sobre el país. No es positivo para nada. Despierta mayor incertidumbre por parte de los inversores y de los agentes económicos en general”, explicó.

En esa misma línea de pensamiento, acotó que “la incertidumbre de todos los agentes económicos es hacia dónde puede derivar esta situación, esta crisis política, en un momento donde se necesita una situación de calma y de consenso para tratar de entender todos los problemas que se fueron cargando para después de las elecciones. Todavía quedan dos años más de mandato y mucha tarea por delante para realizar”.

Del mundo empresarial también hubo declaraciones advirtiendo sobre las consecuencias económicas de la pelea en la cúpula del Ejecutivo. José Urtubey, director de Celulosa Argentina, abogó porque el Gobierno y sectores de la oposición hallen un “puente de diálogo y trabajo consensuado para establecer una hoja de ruta” en esta crisis.

Advirtió que “de no producirse líneas de consenso, se va a agravar más la situación, con mayor dificultad para resolver los problemas que tiene la economía local”. Por su parte, Javier Madanes Quintanilla, de Aluar, advirtió que esta crisis genera “más incertidumbre que entusiasmo”. Sostuvo que el rol del sector privado “tiene como esencia el crecimiento y las inversiones, y es acá donde hay que afinar la puntería con cualquier estructura de gestión”. “Todavía hay capacidad ociosa para recuperar en el sector productivo. Van a tener que dar un mensaje más preciso, para ir a un modelo de crecimiento”, concluyó.

La CGT pide “relanzar la agenda social”

Tras la crisis que enfrentó el Gobierno luego de la derrota en las PASO, la CGT instó a la Casa Rosada a “relanzar la agenda social y la iniciativa política”, a la vez que destacó la ratificación del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, en el cargo.

La central obrera, conducida por Héctor Daer y Carlos Acuña, emitió ayer un comunicado titulado “La unidad fortalece a los trabajadores”.

En el texto, saludó “la decisión del presidente Alberto Fernández y de la vicepresidenta Cristina Kirchner de reafirmar la unidad del Frente de Todos”.

En ese sentido, descartaron que se haya tratado de una crisis interna y apuntaron contra “las presiones y las operaciones de espacios ligados al liberalismo cuyo único fin es debilitar la fortaleza de las convicciones” del oficialismo.