Desde Shanghai
Con el dólar a casi 40 pesos, unas cuantas empresas buscan aprovechar el envión de competitividad exportadora haciéndose un lugar en el mercado más dinámico del mundo: China. Más de 50 grandes firmas y PyMEs ya confirmaron presencia para la primera edición de la Exposición Internacional de Importaciones que se celebrará en Shanghai en noviembre, un mega evento con el que el gobierno chino quiere sellar su decisión de “abrirse al mundo”.
Arcor, Aceitera General Deheza y Swift Argentina son algunas de las compañías que tendrán su espacio en la China International Import Expo (CIIE). También habrá una docena de bodegas, además de frigoríficos y productoras agrícolas.
China calcula que va a importar bienes por 10 billones de dólares en los próximos cinco años. Ya es el segundo importador del mundo, solo por detrás de Estados Unidos. Según el gobierno de Xi Jinping, el país “entró en una nueva fase de desarrollo y crecimiento del consumo interno que ofrece una oportunidad histórica a sus socios para ingresar al gran mercado chino”. En plena guerra comercial con Washington, Beijing presenta a la CIIE como una señal de su “firme apoyo” a la liberalización y apertura del comercio global.
PERFIL visitó el centro de convenciones en Shanghai donde se realizará la Expo: un complejo de 270 mil metros cuadrados en el que 2800 empresas de 130 países mostrarán sus productos a unos 150 mil visitantes chinos y extranjeros. “Para nosotros, el impulso al mercado mundial abierto no es solo una decisión política sino también una necesidad –dijo Zhong Xiaomin, subdirector del buró de organización de la CIIE–. Por eso China proyecta seguir eliminando aranceles y barreras a las importaciones como parte de su proceso de reforma”.
El contexto es favorable para las exportadoras argentinas. Tras quince años de negociaciones, en mayo pasado se firmó la apertura total del mercado chino para carne bovina argentina. Poco después, China anunció la compra de 120 mil toneladas de aceite de soja argentino, luego de casi tres años sin operaciones en ese rubro. Las compras de aceite se habían discontinuado en 2015, cuando habían pasado de más de 500 mil toneladas a menos de 500 en 2016. Desde entonces, China solo venía importando porotos de soja para moler en su propio país.