Con el nuevo esquema de bandas cambiarias, el Banco Central no podrá intervenir salvo que el dólar baje a menos de $ 34 o suba a más de $ 44. Juan Basco (economista, 69) estuvo 45 años en el ente monetario y 14 en la gerencia de operaciones, clave en comprar y vender divisas para administrar este precio elemental de la economía. Ya retirado y tras trabajar al frente del Banco Finansur hasta hace unos meses, habló con PERFIL sobre las implicancias del compromiso que asumió el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
—¿Cómo ve el esquema?
—El piso y el techo son suficientemente amplios como para que haya volatilidades bastantes preocupantes para la economía argentina. Si el dólar está a $ 36 y se va a $ 43 es mucho y ello significa movimientos de tipo de cambio que tarde o temprano se trasladan a precios. Son buenas las bandas si son más estrechas, si son tan anchas es como no tenerlas. Yo tengo la sensación de que esto es como meterse en un cuarto, esperar que todo salga bien y tirar la llave para afuera. Si todo sale bien y hay estabilidad cambiaria, fenómeno. Pero el tema es si la estabilidad cambiaria no se produce y las oscilaciones en la banda son grandes eso es disruptivo.
—El Gobierno intervendrá cuando llegue a $ 44.
—La capacidad de fuego que tiene el Central a partir de ese nivel está acotada a US$ 150 millones diarios que no puede pasar y a través de subastas. La economía argentina siempre presenta situaciones muy delicadas y se necesita actuar de una manera veloz. Si esos US$ 150 millones no alcanzaran en un determinado día tengo que ir al staff del FMI a que me den un waiver especial para que me permitan vender 180. Y eso cuando el mercado lo sabe implica la posibilidad de mayor presión.
—¿No lo ve efectivo?
—Es necesario mostrarle las uñas al mercado. Si hay una cosa pautada el mercado puede llegar a prepararse para actuar en consecuencia. Si hay presión y yo sé que el BCRA solo puede vender US$ 150 millones con una subasta y ante cualquier cambio tiene que ir al Fondo a pedir autorización, el mercado eso lo va a tomar como una debilidad del programa.
—¿No lo ven?
—La filosofía del Fondo es flotación extrema, la no intervención. Esto que consiguió el Gobierno es un segundo mejor. El Fondo aceptó ponerle estas bandas y permitirle la intervención de US$ 150 millones. El Fondo lo que querría es la libre flotación del mercado y si el tipo de cambio se tiene que ir a 60 u 80 se vaya y que las consecuencias las pague la economía.
—El Gobierno y el FMI creen que éste es el tipo de cambio de equilibrio y que no habrá pesos para irse al dólar, por eso no subirá.
—Tengo dudas con los tipos de cambio de equilibrio porque se calculan y luego la realidad te pasa por encima. Yo creo que el ajuste tarde o temprano hace sus efectos, el tema es el costo. La inflación sube y sube, pero con una recesión brutal como vamos ahora con esta política monetaria se van a calmar las aguas. La posibilidad de que esto salga bien es con una recesión más grande de la que tenemos.
—O sea que usted ve dificultades operativas con este plan.
—Hacer política económica es difícil y hay determinados momentos donde hay que tomar decisiones en cinco minutos. Esas decisiones en cinco minutos las tiene que tomar un gobierno que tenga respaldo y autoridad. Cuando vos tenés una política económica que está muy consensuada con un agente externo como es el Fondo Monetario, tenés que preguntarle al board, porque ni el staff te va a poder dar un waiver.
—A veces parece que pocas operaciones mueven el mercado.
—Puede pasar, y ahí es donde el BCRA tiene que estar interviniendo. Si esos dos pesos que está subiendo son disruptivos, el BCRA debe suplir esa oferta.