Cuando Aerolíneas Argentinas les envió una serie de cartas a los gremios para renegociar quince puntos de sus convenios advirtió que la negociación era clave para definir la nueva flota y que, de lo contrario, cerraría rutas. Hoy la amenaza es real.
En las últimas semanas, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, negó que se fuera a privatizar Aerolíneas. Pero el cuadro da la excusa para achicar la empresa. El diario La Nación publicó ayer que Mauricio Macri no está dispuesto a cubrir el déficit de la compañía, de $ 1.100 millones. Por las medidas de fuerza, Aerolíneas suspendió a 376 empleados y los gremios –que se niegan a aceptar los puntos en discusión, como resignar el asiento de descanso de los pilotos o bajar los días para la tripulación– convocaron a un paro mañana. La empresa suspendió los 371 vuelos de este 26 de noviembre “por razones de fuerza mayor” y desde Trabajo señalaron que no hay audiencia prevista para zanjar el conflicto.
Para los gremios de pilotos, técnicos y aeronáuticos, entre otros, el Ejecutivo no convoca a conciliación obligatoria porque le sirve políticamente el conflicto, mientras los operadores del Gobierno difunden los salarios de pilotos y técnicos, entre otros.
En el medio, “la revolución de los aviones” dio lugar a otras compañías que, en muchos casos, no tienen a su personal agremiado a ninguno de los siete sindicatos. El Gobierno quería un régimen específico para las low cost, según explicó Dietrich en la primera audiencia por rutas aéreas.
En ese contexto, la cantidad de pasajeros que viajan por avión crece. En lo que va del año, aumentó un 13%. Esto se da por la mayor cantidad de opciones para volar y también en detrimento de otros medios, como los micros de larga distancia.
El aumento de la cantidad de pasajeros, sin embargo, no se contradice con otro dato de “la revolución de los aviones”. Aerolíneas Argentinas (AR, según su código de operación) pierde cada vez más participación de mercado.
Los vuelos de Aerolíneas de cabotaje salen con una ocupación del 79%, los de Latam con el 87% y Flybondi con el 65%. La ultra low cost amarilla, en tanto, ya ganó el 8% de cuota del mercado doméstico mientras que la “línea de bandera” –aunque en las oficinas de Aerolíneas Argentinas evitan usar esa expresión para que sea “una más del mercado”–, la participación cayó al 66%. Cada vez que un paro afecta a Aerolíneas y Austral, Flybondi comunica que sus vuelos no se verán afectados.
En ese contexto, hace un año –en octubre de 2017– AR tenía el 73% del mercado. Perdió 7 puntos. Casi lo mismo que ganó Flybondi. De acuerdo con los datos de EANA, la Empresa Aérea de Navegación de Argentina, Latam también perdió participación, del 16%, contra el 21% del año pasado.
Al exterior. Del otro lado, la devaluación le jugó una mala pasada a la cantidad de pasajeros internacionales. En octubre, la cantidad cayó 8% interanual. En el último Coloquio de IDEA, el titular de Aerolíneas, Luis Malvido, ya anticipaba que los aviones a partir de enero volarían bastante vacíos.
Su cuota de mercado en vuelos internacionales pasó del 25% al 22%. Los gremios denuncian que dejó la ruta a Barcelona, que fue aprovechada por compañías españolas. Aerolíneas argumenta que el mejor destino es Madrid. En octubre del año pasado, 17 mil pasajeros salieron de Ezeiza a Barcelona mientras que 69 mil lo hicieron a Madrid. Sin embargo, Ezeiza-Barcelona concentró más pasajeros a París o Londres.