En este año su actividad se triplicó. Diego Ramos está en radio (FM 103.1 La Uno), de lunes a viernes de 6 a 10 en Todo incluido junto a Carla Czudnowsky. También integra el panel de TV Nostra que conduce Jorge Rial a las 20.30 h en América. Y una vez que retorne la actividad teatral presencial continuará con Sex, viví tu experiencia, con dos horarios de funciones los viernes y sábados en Gorriti Art Center.
Al dialogar con Ramos se filtra su propia concepción de la conducción cuando subraya: “Me parece que lo importante debe ser la respuesta y no la pregunta”. Está feliz porque su madre ya recibió la primera dosis de la vacuna y afirma: “No hay que nacionalizar las vacunas, o ideologizarlas. Lo bueno que tuvo al comienzo esta pandemia fue que estábamos unidos”.
—¿Tus inicios en la conducción fueron en “Lengua Viva” en el 2014?
—Sí, en Argentina. Ese fue un programa de entrevistas muy lindo, pero antes había conducido un reality en Colombia. Allí viví cinco años. Siempre me gustó la comunicación además de la actuación. A lo largo del tiempo, cuando me llamaban como panelista o reemplazo de un conductor o conductora dije que sí. Me gusta aprender desde adentro.
—¿Cuáles fueron tus modelos o referentes?
—Me crié mirando a Juan Alberto Badía y a Mateyko, siempre conduciendo programas largos. También seguía a Berugo Carámbula haciendo juegos o a Leonardo Simons. No estoy formado en muchas áreas para que pueda conducir desde otro lugar, u otro tipo de programa. Por eso prefiero preguntar desde la ignorancia. No creo en los conductores o panelistas que googlean todo y le enseñan a Favaloro a hacer un bypass. Últimamente se ve mucho de eso. Ese estilo no va conmigo.
—¿Conductor o panelista?
—Conductor. Cuando conduje un magazine en el canal Net estaba rodeado de especialistas. Puedo dar mi opinión, pero quiero un panel que sepa. No me gustan los guerreros. Si se espera de mí a un panelista que use el ataque, la violencia y opine de cualquier cosa aunque no sepa, ahí van mal. Trato de ser más medido, esperar mi momento y lugar. Busco hablar desde el llano, no bajo, porque estoy ahí.
—¿Hay diferencias entre conducir en radio que en televisión?
—No tengo tanta diferencia porque siempre lo hago desde el mismo lugar. Lo que tiene la radio de distinto es que te permite otros tiempos, otras imágenes, jugar con los matices de la voz y la imaginación. La radio es más compinche de la gente. Durante la primera media hora se hace un resumen de lo que pasó con Julián Pérez Regio, quien después se queda colaborando. Conducimos con Carla (Czudnowsky) y se suma Fernando Cicutti en deportes.
—¿Por qué dejaste “Cortá por Lozano” para ir a “TV Nostra”?
—Fue una elección que me costó mucho tomar, porque estaba en una zona de confort. Soy amigo de Verónica (Lozano), además de admirarla como conductora y me daba una alegría verla todos los días. Me gustó la propuesta de Jorge Rial y hablé mucho antes de aceptar.
—Desde algunos medios se cuestiona la vacunación y tu papá murió el año pasado de Coronavirus…
—Hay una ignorancia bien intencionada y otra atrevida, como la que alienta el no uso del barbijo, el no vacunarse o salir por salir. Hay temas en los que no se puede tocar de oído. Es muy peligroso lo que sucede con la mala información. Los que más estudian y saben son los que más te dicen: “no sé”. Desde el año pasado estamos con este virus. No solo me parece una falta de respeto a quien se le murió un familiar, sino que algunos terminarán internados. Me parece que hay que preguntarle al que estudió. Siento que en TV Nostra se lleva a gente que sabe.
La experiencia osada junto a José María Muscari
Diego Ramos asegura: “La paso muy bien en Sex, viví tu experiencia de José María Muscari. Empezamos con mucha cercanía con el público, luego pasamos a la versión virtual, desde las casas. Después llegó la más teatral de todas, porque todos están en sus burbujas con sus barbijos. No hay contacto. Está entre el teatro, el cabaret y el café concert”.
Afirma: “Desde que soy chico elegí el género musical para actuarlo y dirigirlo. Lo que más me interesa es dirigir. Estudié y esperé el momento hasta que me sentí capacitado, ya estrené cuatro espectáculos. Me encanta desde hacer las pruebas, elegir el elenco hasta pensar la escenografía o el vestuario, la puesta y la coreografía. Me parece un desafío hermoso. Soy de ir todas las noches para acompañar y cuidar los detalles. Trabajé con Jonathan Butterell, quien vino a dirigir La novicia rebelde (2011) y con él aprendí mucho en cuestión de musicales. Me gusta la precisión.”
De su paso por los realities (“Cantando” y “Bailando por un sueño”) dirá: “Lo pasé bien porque no tenía conflicto con lo que me dijeran. Sabía que habría cuatro personas que me hacían una observación y en algunos casos estuve muy de acuerdo. Hay subjetividad, pero nunca me faltaron el respeto”.
Cuando se le pregunta si cobraría los saludos aclara: “Trato de no juzgar. En mi caso no me atrevería a hacerlo. Pero creo que a lo mejor a muchos les sirve para pasar este momento. La empresa que lo organiza es internacional. No estoy de acuerdo con cuestionar los trabajos”.