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Crisis de seguridad II

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En una nota anterior he escrito sobre la preocupación por la seguridad y la falta de acción efectiva, para hacerle frente. ¿Tendremos posibilidades de revertir esto? No escribo desde la óptica doctrinaria, sino desde la experiencia personal y desde ella puedo asegurar, que no todo esta perdido.

Desde hace más de treinta años, me he dedicado al empoderamiento de la Sociedad Civil, como medio de contención social y económica de los sectores más vulnerables, desde la vuelta de la democracia, los primeros dos gobiernos acompañaron estas acciones de donde surgieron, organizaciones no gubernamentales y capacitaciones especializadas, como Agentes comunitarios, Agentes Sanitarios, Mediadores comunitarios, los programas sociales del Ministerio de Justicia, los laborales y de emprendimientos, desde micro a macro, que aun hoy subsisten. Estos evitaron en los años 90, crisis mayores, pero fueron dejados de lado por el gobierno de la Alianza, al no comprender el alcance de las mismas, con las consecuencias ya conocidas.

En plena crisis parte de estos programas son retomados por el ex presidente Rodríguez Saa, en su microgobierno. Para luego ser desnaturalizados y politizados por los gobiernos que siguieron. Esto implicó que las buenas intenciones y el empoderamiento social, se transformaran en herramientas de nueva explotación política y no en soluciones reales. Baste el ejemplo de los planes trabajar que eran solo por tres meses renovables por otros tres, solo en caso de ser necesarios y eran para trabajar, desarrollando micro emprendimientos, donde tendrían la capacitación y el capital inicial. El asistencialismo político, transformo los programas sociales de trabajo. Por supuesto, los programas originales no han sido retomados, hasta el presente. Escribí también sobre la reincidencia y los penales, nuevamente sobre mi experiencia personal.

En especial debo resaltar que ni el gobierno en general, ni el sistema penitenciario se ocupan del aprovechamiento de las capacidades ociosas y potenciales, tanto del personal como de los internos detenidos, tampoco se ha pensado en una política de contención, como el proyecto comunidad espejo, donde los detenidos preventivos y los condenados son ocupados según sus capacidades en capacitaciones y actividades productivas que continúan en otros lugares similares después de que salen en libertad. Se que puede haber muchos de los profesionales que puedan pensar diferente, pero los resultados hablan por si mismos. Las fotos que acompañan el presente artículo son solo pequeños ejemplos, de los que se puede lograr. Nuevamente hablamos de dar oportunidades, de aprovechar capacidades y cubrir necesidades, esto debería ser gobernar.

Por que las oportunidades, no solo son para los detenidos, o un sector marginado, sino para toda la sociedad. La Crisis de seguridad, se debe a la falta de políticas adecuadas de prevención, tratamiento y reinserción social, hay muchos ejemplos. Pero lamentablemente son la excepción a la regla. Como escribí anteriormente la crisis de seguridad es una crisis de conciencia y es de todos, pero también es la oportunidad para crear una nueva conciencia social y política, modificando paradigmas, para aprovechar lo mejor de todos y cada uno de nosotros.