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De la mano de Tsipras, Grecia se inspira en la Argentina K

Su partido, Syriza, es favorito para hoy. Propone renegociar la deuda y toma como modelo la experiencia post 2001. Pero sería impracticable por la pertenencia a la Eurozona.

Carisma. Tsipras cerró la campaña con ventaja en los sondeos.
| AP / AFP

En septiembre de 2012, unos meses después de convertirse en el líder de la oposición en Grecia, el joven parlamentario Alexis Tsipras dio un discurso en el Consejo de los Helenos que todavía es recordado como una intervención brillante por sus seguidores y lamentable por sus detractores.

Yannis Stournaras, ministro de Finanzas del primer ministro Antonis Samaras, acababa de destacar en el recinto que, gracias a su gobierno, “Grecia no se transformó en la Argentina”.  Tsipras le salió al cruce: “¡Ojalá nos hubiéramos convertido en la Argentina! Ellos pasaron por enormes dificultades y los argentinos fueron capaces de soportarlas con dignidad”.

Tsipras es ahora el candidato favorito para las elecciones anticipadas en las que se elegirá hoy al próximo gobierno del país. Según las últimas encuestas, el carismático político de 40 años le saca entre 5 y 10 puntos de ventaja al premier Samaras. Para su partido de izquierda radical, Syriza, la experiencia de la Argentina post 2001 –concretamente, la renegociación de la deuda externa con los organismos internacionales de créditoes una verdadera fuente de inspiración.

Quien triunfe en los comicios de hoy deberá encabezar una áspera negociación antes de marzo para alargar el programa de salvataje financiero sobre el que se sostiene Grecia desde 2010, a cambio del cumplimiento de durísimas medidas de ajuste fiscal exigidas por la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional). Durante la campaña, Syriza alzó como bandera innegociable la reestructuración de la deuda, que hoy supera el 175% del PBI.

Tsipras sostiene que buena parte de la deuda es ilegítima, ya que pasó del 121% del producto al 177% en los últimos cuatro años. Syriza atribuye ese aumento a la política “neocolonialista” de la troika y las potencias europeas, con las que Grecia se endeudó por más de 300 mil millones de euros durante las gestiones de Samaras y sus antecesores.

La situación macroeconómica del país se asemeja en cifras a la de la Argentina de 2001: 30% de desocupación, caída de 25% del PBI en los últimos cinco años y miles de pymes cerrando. En ese marco, Tsipras ve la reestructuración de la deuda argentina como un modelo a seguir.

Uno de los fundadores de Syriza en 1992 fue Kostas Isijos, un argentino nacido en Quilmes que vive en Atenas desde 1980 y que hoy es responsable de las relaciones internacionales del partido griego y asesor muy cercano de Tsipras. Isijos está convencido de que las recetas del FMI son similares en todos los casos, y por lo tanto la respuesta de Grecia puede abrevar de la de la Argentina luego de 2001.

El economista griego Kostas Lapavitsas es otra de las voces a las que Tsipras suele escuchar. Lapavitsas se ha interesado especialmente por el caso argentino y tuvo contacto directo con funcionarios del Gobierno para interiorizarse en la experiencia local. El propio Tsipras visitó Buenos Aires en 2012, y se reunió con los ministros de Economía, Trabajo y Relaciones Exteriores. “Grecia no puede evitar recorrer el mismo camino que la Argentina”, aseveró aquella vez.

Pero muchos observadores apuntan un dato elemental: Grecia no es la Argentina por el simple hecho de que, si quisiera renegociar su deuda, debería librarse primero del “corset” que implica pertenecer a la Eurozona.

En un reciente editorial titulado “Lecciones de Argentina para Grecia”, el diario The New York Times puso énfasis en otro aspecto no menos relevante: “Las deudas no desaparecen sólo porque uno elija no pagarlas, como lo demuestra el litigio de la Argentina (con los fondos buitre) de una década en los tribunales de Nueva York”.