En medio de una crisis familiar sin precedentes, el rey Juan Carlos y la reina Sofía de España cumplen 50 años de matrimonio. Las recientes noticias develaron una crisis matrimonial inaudita, que viene de lejos y que se mantuvo en el secreto durante tres décadas. Esto, sumado a la controversia por el caso judicial que implicó al yerno, Iñaki Urdangarín, y la delicada situación económica que vive España, obligó a los reyes a no hacer ninguna celebración, ni pública ni privada.
Los príncipes Juan Carlos de Borbón y la princesa Sofía de Grecia se casaron el 14 de mayo de 1962 en Atenas. Se habían conocido en 1954, cuando la familia de Sofía organizó un crucero por las islas griegas al que invitó a toda la realeza europea. En 1961 volvieron a verse, en el casamiento de un príncipe inglés: la reina Federica de Grecia (madre de Sofía) dio expresas indicaciones a la Corte inglesa para que su hija se sentara junto a "Juanito".
Fue la última "boda por conveniencia" de los tiempos modernos. Su compromiso quedó pactado entre los padres de ambos, el gobierno del dictador español Franco y hasta el papa, Juan XXIII. Los jóvenes se querían y se gustaban, pero su opinión poco importaba: debía imponerse la "razón de Estado" por encima de los intereses personales. Y obedecieron.
Aquel 14 de mayo, en opinión de los especialistas, se iniciaba el período más largo de paz, estabilidad y progreso de la historia de España. La boda y el nacimiento de sus hijos –Felipe, Elena y Cristina– fueron el impulso que necesitó Franco para designar a Juan Carlos como Rey, a su muerte. A los ojos del dictador, la familia ofrecía la estampa monárquica que España necesitaba. En 1975, el matrimonio subió al trono, convirtiéndose en el principal artífice de la consolidación de la democracia y el prestigio internacional de España.
Puertas adentro, las cosas no fueron iguales. En 1976, según las más recientes biografías, el rey comenzó sus aventuras con mujeres de distintos ambientes. La relación comenzó a deteriorarse: ahora los reyes no viven juntos, sólo se reúnen en los actos oficiales y pasan los fines de semana por separado. Él, de cacería o navegando con sus amigos. Ella, sin amigos ni gente en quien confiar, pasa la mayor parte del tiempo en Londres. Como si fuera poco, sus diferencias -más allá de resolverse en casa- se ventilaron escandalosamente. La noticia de la existencia de una amante alemana, Corine Larsen, avivó más la polémica.
Aunque, para ellos, no hay motivos para celebrar, en los españoles la opinión es distinta, ya que el servicio que como matrimonio dieron durante años es suficiente para considerar ese "contrato" un verdadero éxito. Más allá de las diferencias personales. "Es cierto que las insinuaciones sobre la vida privada del rey han calado más que la constatación que los reyes llevan juntos 50 años", escribe Ángeles Alcazar, periodista del diario barcelonés La Vanguardia. "Pero si se trata de sumar y restar, el resultado es positivo". En opinión de Mabel Galaz, periodista de El País, "estos 50 años son fruto de una vida en la que la relación personal se ha mezclado con la institucional. La suya es una unión que va más allá y supera lo personal. Se basa en lo que ellos, sobre todo ella, creen que es su deber".
El último "servicio a España" de Juan Carlos y Sofía, quedó pactado hace unas semanas en la clínica de Madrid y en medio de la polémica por el viaje de cacería del rey en Botswana, con amante incluida. Por primera vez en mucho tiempo, la reina hizo valer su posición ante el rey y se reunió con él por primera vez en mucho tiempo, durante tres horas. Hablaron en privado, y ambos estuvieron de acuerdo en seguir trabajando juntos, como reyes, pensando en España.
VIDEO. La boda en Grecia (1962):
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