Dominique Pelicot, acusado de abusar sexualmente de su exesposa, Gisèle Pelicot, y de reclutar a decenas de hombres para violarla bajo los efectos de somníferos durante una década, reconoció su culpa y la de los demás 50 acusados este lunes en su última declaración.
En la jornada de este lunes los 51 acusados de agresión sexual y violación agravada brindaron sus últimas palabras ante el tribunal de Vaucluse, antes de que los inicien las deliberaciones este martes 17 de diciembre y anuncien su veredicto, previsto para el jueves.
“Todos los que están aquí, a pesar de la presunción de inocencia, son culpables, como yo”, sostuvo Pelicot, juzgado por haberle administrado somníferos y ansiolíticos a su entonces esposa para que más de 50 hombres la agredieran sexualmente en su propia vivienda.
El caso salió a la luz y conmovió a Francia en septiembre de este año, cuando comenzó el juicio y Gisèle tomó la decisión de que el juicio sea público “por todas estas mujeres que están drogadas y que no lo saben”.

Durante su última declaración, Dominique le pidió disculpas a la pareja de Jean-Pierre Maréchal, el único acusado que no abusó de Gisèle, sino de su esposa, que también fue violada por Dominique en reiteradas ocasiones.
Además, señaló el "coraje" de su exesposa, "capaz de soportar las insinuaciones de una supuesta complicidad por su parte", reiteró las disculpas hacia su familia. “Lamento lo que hice, hacer sufrir a mi familia durante cuatro años, les pido disculpas”, dijo el hombre de 72 años.
Un acusado en el juicio por la violación de Gisèle Pelicot dice no recordar nada
Al final de su exposición, Pelicot, que enfrenta la pena máxima de 20 años en prisión, agradeció el trabajo de su abogada, Béatrice Zavarro. “Puedo decir a toda mi familia que los amo. Eso es todo. Tienen el resto de mi vida entre sus manos”, concluyó el principal acusado.
Maréchal dio su declaración final luego de Dominique, reconoció los hechos por los que se lo juzgan y reclamó: “Júzguenme por lo que he hecho y lo que soy”.

La mayoría de los imputados, de entre 27 y 74 años, se negó a declarar, aunque algunos agradecieron el trabajo de sus abogados y el del tribunal. Otros reiteraron sus excusas ante la víctima, como Christian L. un bombero que argumentó: "Mi cuerpo la violó, pero mi cerebro no".
Otros acusados negaron los hechos, a pesar de la existencia de los miles de archivos que destaparon el caso en 2020 y constatan la presencia de todos los hombres en la casa de Gisèle y Dominique.
Las sentencias demandadas por la fiscalía para los acusados se basaron en tres factores: cuántas veces fueron a la casa de los Pelicot, sí tocaron a la víctima y si la penetraron, y van desde 4 a 20 años en prisión, la pena máxima para delitos de abuso sexual. Según la legislación francesa, debe existir penetración “de cualquier naturaleza” o cualquier “acto buco-genital” para que constituya una violación.
La fiscalía ordenó la pena de 20 años para Dominique por un presunto delito de violación con agravantes y 17 años para Maréchal, que nunca tocó a Gisèle pero es conocido como el “discípulo” de Dominique por haberle administrado los mismos métodos a su esposa.
Más de 20.000 fotos y videos y 92 abusos
Si bien el caso se dio a conocer en 2024 con el comienzo del juicio, el proceso legal comenzó cuatro años atrás, cuando Gisèle descubrió que había sido víctima de cientos de abusos por parte de su esposa y hombres que él reclutaba desde 2011.
En septiembre de 2020, Dominique Pelicot fue detenido en un supermercado en el pueblo francés de Mazan por firmar debajo de la pollera de una mujer. Poco tiempo después, Gisèle fue citada por la policía: habían encontrado más de 20.000 fotos y videos de abusos contra ella en el celular de su entonces esposo.
Los fiscales descubrieron al menos 92 violaciones desde 2011 hasta 2020, aunque las sospechas de la víctima durante todo ese tiempo se limitaron a un mal estado de salud. No fue hasta el comienzo de la investigación que descubrió que el cansancio extremo y su pérdida de memoria eran consecuencias de los ansiolíticos y pastillas para dormir que su exmarido agregaba a sus comidas.
“Siento rabia hacia estos hombres porque en ningún momento pararon, en ningún momento denunciaron. Vinieron a satisfacer sus pulsiones sexuales. Podían parar en todo momento y ni uno solo denunció. Eso llama la atención”, denunció girándose hacia ellos y señalándolos con el dedo. ¿En qué momento me pidieron permiso cuando me violaban?”, sostuvo Gisèle Pelicot en su última declaración.
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