Italia se convirtió ayer en el último escenario del espionaje ruso en Europa, luego de que los servicios de inteligencia detuvieran a un oficial de la marina cuando estaba a punto de entregarle documentos confidenciales a un militar destinado en la Embajada de Moscú en Roma a cambio de dinero.
El caso llevó al gobierno de Mario Draghi a expulsar a dos diplomáticos rusos y a convocar del embajador para dar explicaciones. El gobierno de Vladimir Putin se limitó a decir que no tenía detalles del caso y a expresar su confianza “en que el carácter positivo y constructivo de nuestras relaciones se mantenga y se preserve”.
El caso ocurre en un momento delicado para las relaciones entre Rusia y Europa, tensas debido a la detención del opositor Alexéi Navalny, a las denuncias por violaciones de los derechos humanos y a otros casos de espionaje.
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El oficial de la marina italiana, un capitán de fragata, fue detenido en flagrante delito de espionaje a favor de Rusia, cuando entregaba documentos confidenciales a un militar ruso a cambio de dinero en un estacionamiento de Roma. La operación fue realizada por los Carabineros, bajo la supervisión del contraespionaje italiano y el Estado Mayor de la Defensa tras una prolongada investigación.
“La intervención se produjo durante una reunión clandestina entre los dos hombres, que fueron sorprendidos en el intercambio de documentos confidenciales a cambio de una cantidad de dinero”, explicó en un comunicado la policía.
Según la prensa italiana, el capitán, que se llama Walter Biot, iba a recibir 5000 euros a cambio de entregar los documentos, entre los que figuraban archivos de la OTAN. El oficial formaba parte del Estado Mayor y por eso tenía acceso a documentos reservados.
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“Podría haber vendido documentos de misiones internacionales de la Alianza en país tales como Irak y Afganistán”, escribió el Corriere della Sera.
La transferencia de documentación clasificada por un oficial italiano a un oficial de las Fuerzas Armadas Rusas en Italia “es un acto hostil extremadamente grave” por el cual “tomamos inmediatamente las medidas necesarias”, aseguró el canciller italiano, Luigi Di Maio, durante una comunicación al Senado.
“Convocamos al embajador ruso en Italia y le comunicamos la firme protesta del gobierno italiano y notificamos la expulsión inmediata de dos funcionarios rusos involucrados en este grave asunto”, agregó.
Se trata del último incidente de una serie de casos de espionaje ruso en Europa. Varios parlamentarios alemanes y figuras políticas de ese país han denunciado ataques informáticos, cuyo rastro podría remontarse a Rusia.
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Asimismo, Bulgaria anunció hace diez días la expulsión de dos diplomáticos rusos tras el descubrimiento de una supuesta red de espías en beneficio de Moscú.
Un oficial francés, con base en la sede de la OTAN en Italia, fue acusado recientemente de haber proporcionado documentos importantes para los servicios secretos rusos y se encuentra detenido en París.
Moscú acusa por su parte a la Unión Europea de tener una “posición conflictiva”, mientras que la UE culpa a Rusia también de frecuentes “ataques cibernéticos” contra los varios Estados miembros.
SF