El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterrez, pidió hoy a Armenia y Azerbaiyán una “desescalada inmediata y total” de la sucesión de choques armados en la frontera entre ambos países, que estallaron luego de que fuerzas azeríes atacaran territorio armenio el domingo 12 de julio.
El portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, afirmó que Guterres trasladó su "preocupación" al presidente azerí, Ilham Aliyev, y al primer ministro armenio, Nikol Pashinian, en sendas conversaciones telefónicas durante la jornada.
"El secretario general ha reiterado su llamamiento a una desescalada inmediata y total, a evitar cualquier tipo de retórica provocativa y a volver a las negociaciones", dijo el portavoz, al tiempo que ha trasladado el apoyo de la ONU a los "importantes esfuerzos" en este sentido del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que media entre las partes.
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Armenia y Azerbaiyán viven enemistados desde el inicio del conflicto de Nagorno-Karabaj, en 1988, cuando este enclave, poblado en su mayoría por armenios y con apoyo del Gobierno de Armenia, decidió independizarse de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán. El Gobierno azerí perdió el control sobre Nagorno-Karabaj y siete distritos adyacentes tras una escalada de hostilidades en el período de 1992 a 1994 en las que murieron al menos 30 mil personas.
Por su parte, el Alto Representante de la Unión Europea (UE) para Política Exterior y Seguridad Común, Josep Borrell, mantuvo una conversación trilateral con los ministros de Exteriores de Armenia y Azerbaiyán, Zohrab Mnatsakanian y Jeyhun Bayramov, respectivamente, la primera de este tipo desde el inicio de las hostilidades.
Borrell trasladó sus condolencias a los familiares de los fallecidos en los combates y pidió a ambas partes que "detengan las confrontaciones armadas y eviten acciones y retóricas que puedan provocar tensiones, en particular las amenazas contra infraestructura crítica en la región".
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El conflicto vivió una escalada de violencia en abril de 2016 y, si bien se logró pactar un nuevo alto el fuego, se siguen registrando enfrentamientos esporádicos en la zona fronteriza. Este fue, sin embargo, el primer ataque azerí a territorio armenio, no de Nagorno Karabaj.
Los choques se producen en la frontera entre la región azerí de Tovuz y la provincia armenia de Tavush, situadas en el norte de ambas naciones, cerca de Georgia, y a cientos de kilómetros de Nagorno Karabaj.
La tensión entre ambas ex repúblicas soviéticas provocó la preocupación de Moscú. Dmitry Peskov, portavoz del presidente Vladimir Putin, afirmó que Rusia espera que la situación en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán se resuelva lo antes posible.
Putin, que abordó el tema días atrás con su consejo de seguridad, está "extremadamente preocupado por la escalada actual", agregó el portavoz, y subrayó "la necesidad urgente de garantizar el alto el fuego, así como la disposición de Rusia a servir de mediador”.
Por su parte, el canciller ruso, Serguei Lavrov, se reunió con los embajadores armenio y azerí en Moscú, Vardan Toghanyan y Polad Bülbüloglu, para discutir la estabilización de la situación.
También Irán, que comparte frontera con ambos países y tiene una importante minoría armenia, se mostró dispuesto a mediar.
Por el contrario, el gobierno turco expresó su firme apoyo al régimen del presidente Ilhan Aliyev, al que ofreció asistencia militar.
El gobierno turco expresó su firme apoyo al régimen del presidente azerí Ilhan Aliyev, al que ofreció asistencia militar.
“Nuestros vehículos aéreos no tripulados armados, municiones y misiles con nuestra experiencia, tecnología y capacidades están al servicio de Azerbaiyán”, dijo Ismail Demir, director de uno de los organismos de defensa de la Presidencia turca.
La participación turca, que tiene desplegadas tropas en varias regiones de Siria, amenaza con hacer regional el conflicto.
El resurgimiento de la violencia tuvo consecuencias también en nuestro país, y provocó la reacción de la comunidad armenia.
Esta semana, la organización IARA -Instituciones Armenias de la República Argentina- publicó una carta abierta enviada al canciller Felipe Solá, en la que advierte que “la diplomacia de Azerbaiyán difunde información falsa en todo el mundo -incluyendo la Argentina- presentando a la víctima como verdugo, en busca de la incentivación del nacionalismo chauvinista extremo y el manifiesto odio anti-armenio que forma parte de su política estatal. Prueba de ello son las marchas de partidarios de Aliyev en Bakú, que piden ‘ir a la guerra’ contra Armenia”.
SF