A una semana de las elecciones presidenciales, Venezuela afronta una delicada coyuntura política, económica y social, agudizada en los últimos cinco años. Desde la muerte de Hugo Chávez y la elección de Nicolás Maduro en 2013, el país pasó de una inflación del 43,5% a una de 1.090%, el PBI cayó en cuatro años un 50%, aumentó el desempleo del 7% al 27% y cayó la producción petrolera, acompañada también por una baja del precio del barril de petróleo, fenómeno que comenzó a revertirse recién a partir del año pasado.
En ese contexto, Maduro prometió que si es reelecto, emprenderá una guerra “contra las mafias criminales de la economía”, a las que culpó por la crisis hiperinflacionaria y el desabastecimiento de alimentos y medicinas. “No me importa el apellido que tengan, la riqueza que puedan tener, pero si están en guerra económica contra el pueblo, van presos, no me importa sus apellidos”, dijo esta semana, al justificar la detención de ejecutivos de Banesco, el banco privado más importante del país.
En el tramo final de la campaña electoral, el presidente aumentó el salario mínimo un 95%, al tiempo que prometió un “premio” en el “carné de la patria” a los venezolanos que voten el próximo domingo. En febrero de 2018 se necesitaban alrededor de 151 salarios mínimos para cubrir el costo de la Canasta Alimentaria Familiar, mientras que en abril de 2013 bastaban tres.
Si bien intentó culpar a empresarios y opositores por una supuesta “guerra económica”, las imágenes de venezolanos cruzando el Puente Internacional Símon Bolívar y huyendo del país desmontó el relato bolivariano. Según la Organización Internacional de las Migraciones, en 2017 había 1,6 millones de venezolanos en el exterior.
Adiós al boom petrolero. Desde el inicio del siglo XXI hasta 2014, Venezuela se benefició de los altos precios del petróleo. Esa abultada renta le permitió expandir sus programas sociales y reducir inicialmente la pobreza, que pasó de 49,4% en 1999 a 29% en 2013. La desigualdad, en tanto, fue una de las más bajas de la región: el índice de Gini bajó de un 0,49% en 1998 a un 0,41% en 2013.
Pero en 2015 el precio del barril se desplomó a 49 dólares y la economía venezolana sintió el cimbronazo. Petróleos de Venezuela (Pdvsa) produjo el año pasado 2 millones de barriles de petróleo por día, es decir, 700 mil menos que cuando Maduro asumió la presidencia. Según reveló Financial Times, esa cifra habría caído este año a 1,5 millones de barriles. Como si eso fuera poco, la petrolera estatal anunció el viernes que suspenderá sus operaciones en Curazao, tras una demanda de la empresa estadounidense ConocoPhillips, y, por lo tanto, procesará 335 mil barriles menos por día.
La gallina de los huevos de oro se resintió, pero Maduro no recortó el gasto público, por lo que el déficit fiscal superó en 2016 el 20% del Producto Bruto Interno (PBI). A esa altura era difícil cambiar el rumbo: las Misiones, entre ellas la entrega de las bolsas de comida Clap, no solo eran vitales para su núcleo duro de votantes, sino que también eran un símbolo que el dirigente no podía desterrar. “Maduro recibió una economía distorsionada y un modelo fallido. Pero, al no hacer correctivos, los problemas se agravaron”, explicó a PERFIL la economista Anabella Abadi.
Las sanciones financieras aplicadas por Estados Unidos, sumadas a la caída de sus exportaciones y el default selectivo de su deuda, restringió su financiamiento. Sin dólares para pagar, cayeron estrepitosamente las importaciones y se generó un brote hiperinflacionario. En tanto, el control de capitales generó un dólar paralelo diez veces más caro que el oficial, que cotizó este viernes a 70 mil bolívares.
Represión. Entre 2014 y 2017, el gobierno de Maduro sofocó protestas callejeras de la oposición y detuvo a 12.016 personas por motivos políticos, según denunció la ONG Foro Penal. Entre ellos, encarceló a Leopoldo López -hoy en prisión domiciliaria- y al general Raúl Baduel.
Opositores en campaña
Los candidatos presidenciales venezolanos continuaron ayer con sus actividades proselitistas a una semana de los comicios del 20 de mayo. El ex gobernador Henri Falcón estuvo en Barinas y Carabobo, en el centro oeste del país, reiterando que su candidatura es la de la “esperanza”. El opositor afirmó que Venezuela “está cerca de celebrar el cambio” y “la salida a estos años oscuros”, como calificó al Ejecutivo encabezado por Nicolás Maduro. “Salgamos a participar con contundencia y defendamos con el alma cada voto, que nuestro país, sin duda, lo merece. #SiVotasSeVa”, escribió en su cuenta de Twitter.
Por su parte, Javier Bertucci, tercero en las encuestas, visitó el estado de Miranda, donde aseguró que “el modelo económico bolivariano fracasó hace años”.
En tanto, la Mesa de Unidad Democrática anunció que este miércoles protestará contra las elecciones ante la OEA.