El gobierno español de Pedro Sánchez celebró ayer un excepcional consejo de ministros en Barcelona, que los independentistas tacharon de "provocación" y recibieron con protestas que incluyeron piquetes en carreteras, manifestaciones y enfrentamientos con la policía.
“Lo que hemos venido a hacer aquí es un acto de afecto, de aprecio a Cataluña” y Barcelona, dijo la portavoz del Ejecutivo socialista, Isabel Celaá, al concluir el consejo de ministros.
Sánchez quiso reunir a su gobierno en Barcelona para rebajar tensiones con el Ejecutivo regional catalán, en manos de los independentistas. El jueves, mantuvo un encuentro con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, que según Celaá buscó "encauzar políticamente la salida del conflicto en Cataluña", el cual tuvo su corolario en la fracasada tentativa de secesión del año pasado.
Choques. La recepción del independentismo fue hostil, con manifestaciones pacíficas pero también choques entre separatistas y policías que arrojaron trece detenidos y 62 heridos, 35 de ellos agentes, según las autoridades regionales.
Durante la jornada, manifestantes encapuchados lanzaron contenedores, piedras, vallas, huevos, botellas y petardos a los agentes que en algunos de los incidentes replicaron con pelotas de gomaespuma.
Enfrentamientos en Barcelona tensionan tregua con separatistas
Con lemas como “desbordémoslos” o “seremos ingobernables”, distintos grupos independentistas habían convocado acciones para bloquear Barcelona.
Durante el día, los llamados Comités de Defensa de la República (CDR) cortaron varias carreteras en Cataluña, y por la tarde 40 mil independentistas colmaron el Paseo de Gracia de Barcelona, bajo el lema “Tumbemos el régimen”. En medio de la multitud, enormes letras amarillas y blancas formaban las palabras “Freedom” (libertad) y “Peace” (paz).
“Mientras dure la represión, el gobierno español no es bienvenido en nuestro país”, lanzó desde la tarima el actor Pep Planas.
Gestos simbólicos. El excepcional consejo se celebró en el palacio de la Llotja de Mar, cerca del litoral mediterráneo, en medio de un fuerte dispositivo policial destinado a mantener alejados a los manifestantes.
En el Consejo se aprobaron para 2019 dos medidas de fuerte calado social: un incremento del salario mínimo del 22%, y una subida de los sueldos de los funcionarios del 2,25%.
Igualmente hubo guiños a Cataluña. El gobierno decidió que el aeropuerto de Barcelona-El Prat pasará a llamarse Josep Tarradellas, en honor del que fuera presidente catalán en el exilio durante el franquismo, y primer presidente regional con la democracia.
El gobierno de Sánchez también condenó el consejo de guerra que en 1940, en la dictadura franquista, decidió el fusilamiento de Lluís Companys, ex presidente catalán que en 1934 proclamó infructuosamente la independencia.
“Venir a Barcelona para cambiar el nombre del aeropuerto a lo mejor no hacía falta”, reprochó la portavoz del gobierno regional, Elsa Artadi.
La reunión del gobierno tuvo lugar justo a un año de los comicios regionales que revalidaron la mayoría separatista en el Parlamento regional, disuelto en octubre de 2017 en base al artículo 155 de la Constitución española por el gobierno de Mariano Rajoy tras una infructuosa declaración unilateral de independencia.
Críticas. La oposición criticó el acercamiento de Sánchez con el independentismo, cuyos votos necesita en el Parlamento para contar con una mayoría.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, le exigió convocar a elecciones generales “si no está dispuesto a aplicar la Constitución” en Cataluña a través del artículo 155.
“Que convoque elecciones ya y que nos deje a otros que apliquemos la Constitución”, subrayó Rivera, que reprochó al jefe del gobierno que se apoye en los grupos independentistas para gobernar.
Ante las manifestaciones y protestas de ayer, Rivera acusó a Torra de “secuestrar a Cataluña para utilizarla políticamente y destruir a España”, y lo responsabilizó por la violencia desplegada por los Comités de Defensa de la República (CDR), a los que el president elogió en las últimas semanas.
Lo acusan de "traidor"
El titular del Partido Popular, Pablo Casado, criticó duramente la decisión de Pedro Sánchez de reunirse con Quim Torra, que calificó como un “acto de traición a España”. Para Casado, el encuentro "parecía una cumbre entre dos gobiernos de dos países distintos". "Es humillante ver a un presidente de España agasajando a quien reclama la vía eslovena de confrontación civil en Cataluña", tuiteó Casado.En 1990, Eslovenia convocó a un referéndum para independizarse de Yugoslavia, que vivía un momento de descomposición.