El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció este domingo la derogación de una polémica reforma al Seguro Social que detonó una ola de protestas hace cinco días en el país que dejó al menos diez muertos y decenas de heridos. El mandatario habló en cadena de radio y televisión y dijo que la decisión busca "facilitar la discusión y el diálogo amplio" entre el Gobierno, trabajadores, empleadores y "que se restablezca la paz".
La reforma la dictó el pasado 16 de abril el consejo directivo del Instituto de Seguridad Social (INSS), que "la está revocando, o sea cancelando". La reforma al Seguro Social, que preveía un aumento de las cuotas de trabajadores y patronales hasta en 22,5 por ciento y gravar con un 5 por ciento las pensiones de los jubilados, provocó un fuerte rechazo y protestas en todo el país, sobre todo tras la violenta reacción policial.
El presidente de Nicaragua, que se reunió el domingo con inversionistas extranjeros de zonas francas, indicó que espera que esta decisión ayude a "establecer un diálogo que lleve al restablecimiento de la paz la estabilidad y la seguridad en nuestro país". Sin embargo, rechazó la posición del sector privado, que condicionó su participación en el diálogo al cese de la represión policial contra universitarios que protestan en las calles. "Un diálogo no se puede condicionar", les advirtió.
DÍAS DE VIOLENCIA Y MUERTE
Ortega condenó la ola de violencia y saqueos a tiendas y supermercados ocurridos en las últimas horas, y los atribuyó a "pandillas" de delincuentes, si bien su Gobierno negó siempre la existencia de "maras" en Nicaragua. "Tenemos que restablecer el orden, no podemos permitir que aquí se imponga el caos, el crimen, el saqueo", dijo al señalar que actuará penalmente contra los responsables. "Por este camino no vamos a encontrar una solución, sólo el desastre para todos", alegó el comandante Ortega.
Las protestas iniciaron el martes pasado en una universidad de Managua en contra de una reforma que busca aumentar hasta en 22,5 por ciento las cuotas de 700.000 trabajadores y de empresarios al Seguro Social, además de aplicar un impuesto del 5 por ciento a las pensiones de miles de jubilados.
Si bien las primeras movilizaciones fueron protagonizadas por jóvenes, la violenta acción policial contra los manifestantes sumó a su causa a cientos de pobladores de Managua y de al menos 14 ciudades del interior donde siguen ocurriendo disturbios.
La Policía reprimió las manifestaciones con un saldo de 10 muertos confirmados por el Gobierno y al menos 26 según organismos de derechos humanos, que reportan además 67 heridos y 43 desaparecidos.
En sus casi 20 radios y televisoras, el Gobierno acusa a "delincuentes de la derecha" por la tensa situación en Managua, centro político y principal ciudad, con 1,6 millones de habitantes. Las protestas han dejado al menos 10 muertos según el Gobierno y más de 30 según medios de prensa independientes.
"Son criminales que quieren desestabilizar al país y ahuyentar el turismo", dijo Ortega en su único discurso el sábado, cuando accedió a dialogar con la empresa privada para revisar la polémica reforma, sin desmovilizar a la Policía ni al Ejército.
PROTESTAN EN PANAMÁ
Centenares de nicaragüenses residentes en Panamá protestaron hoy en la capital panameña en protesta por la represión en Nicaragua y para exigir la renuncia de Daniel Ortega. La vigilia, convocada bajo el lema "Por una Nicaragua libre de opresión", fue realizada en forma pacífica por parte de manifestantes, que cantaron himnos y agitaron banderas mientras eran observados por agentes policiales.
Algunos activistas portaban pancartas pintadas con consignas contra el gobierno sandinista, en los que se leían lemas como "Daniel ya basta de derramar sangre" y "Nicaragua libre". Los manifestantes señalaron que tras la violencia desatada en Nicaragua, a causa de reformas al régimen de seguridad social, se debe desembocar en la salida del poder de Ortega, pese a que el mandatario revocó las medidas que provocaron el conflicto.
PRESIÓN INTERNACIONAL
Los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Paraguay y Perú lamentaron este domingo los actos de violencia registrados en Nicaragua y realizaron "un urgente llamado a todos los sectores a deponer la confrontación y cesar los actos de fuerza".
Las seis naciones sudamericanas "en especial llaman a las fuerzas de seguridad a ejercer sus facultades con la mayor prudencia para evitar el excesivo uso de la fuerza y un escalamiento de la crisis, permitiendo generar un clima que restituya tanto la paz como el diálogo, imprescindibles para superar esta grave situación", sostiene el comunicado difundido el domingo por la Cancillería de nuestro país.
Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Paraguay y Perú "manifiestan su preocupación y lamentan los actos de violencia registrados en Nicaragua en los últimos días, que han causado numerosas víctimas fatales y heridos". Asimismo, expresaron sus condolencias y solidaridad con las víctimas de la violencia y sus familiares.