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Un escándalo de corrupción ya amenaza a Jair Bolsonaro

La Justicia investiga transacciones “atípicas” de un amigo y asesor de la familia presidencial, que giró dinero a la futura primera dama.

20181028_1372_internacionales_CP34 Agencia Afp
en el centro de la polemica. Michelle Bolsonaro, esposa del presidente electo, recibió 24 mil reales del ex asesor de Flávio Bolsonaro, Fabrício Queiroz. | Cedoc Perfil

A tres días de la asunción de Jair Bolsonaro, un escándalo de corrupción amenaza con erosionar su popularidad, cimentada por su promesa de luchar justamente contra la corrupción. El Bolsogate implica a la familia presidencial y se destapó luego de que el Consejo de Control de Actividades Financieras detectase transacciones “atípicas” en la cuenta bancaria de Fabrício Queiroz policía retirado, amigo del mandatario electo y chofer de Flávio Bolsonaro, hijo de Jair, diputado estadual y senador federal electo.

Queiroz se defendió públicamente por primera vez este miércoles, luego de un silencio que duró más de veinte días, período en el que tampoco compareció ante la Justicia, pese a haber sido citado en cuatro ocasiones. “No soy un testaferro. Soy un trabajador”, declaró en una entrevista concedida al canal SBT. “Yo soy una persona de negocios, hago dinero, compro y revendo autos, me gusta mucho comprarles autos a las aseguradoras, compraba un autito y lo mandaba a arreglar”, afirmó, al explicar el origen de los fondos investigados por la Justicia.

Nadie le creyó, excepto su empleador, que dijo que la explicación le parecía “plausible”. Queiroz no informó a quién le compró y vendió los automóviles, no mostró las facturas de las operaciones ni justificó el origen de los 1,2 millones de reales (306 mil dólares) que pasaron por su cuenta bancaria entre enero de 2016 y enero de 2017, cuando apenas ganaba 2.300 dólares por mes como asesor del hijo del presidente electo.

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Mauricio, Jair y Donald, la columna de Julio Burdman en Diario Perfil

El escándalo también involucró a la futura primera dama, a la que Queiroz depositó 24 mil reales en su cuenta bancaria. Según Bolsonaro, esa suma habría sido pagada en devolución de un préstamo de 40 mil que él había otorgado al policía retirado y que no declaró al fisco. “Quiero pedir disculpas a la familia Bolsonaro, a Michelle, por haber expuesto su nombre, ella no hizo nada errado porque el cheque es mío”, se defendió Queiroz.

“Todo dependerá de las investigaciones de la Policía Federal y del fisco para saber si las alegaciones de Queiroz son verdaderas. Es una situación difícil para el nuevo presidente y para su hijo Flávio. Sus aclaraciones, en cierto sentido, no coinciden con las declaraciones de Queiroz”, explicó a PERFIL José Alvaro Moisés, profesor de Ciencia Política de la Universidad de San Pablo.

El diario O Estado de São Paulo reveló que siete asesores de Flávio Bolsonaro depositaban todos los meses un alto porcentaje de sus sueldos en la cuenta del ex chofer. Nathália Melo de Queiroz, hija de Queiroz y contratada en la Cámara de Diputados por Jair Bolsonaro; Márcia Oliveira Aguiar; Agostinho Moraes da Silva; Jorge Luís de Souza; Luíza Souza Paes; Raimunda Veras Magalhães y Wellington Servulo Rômulo da Silva transfirieron ese año 116.565 reales a su cuenta. Nathália trabaja como personal trainer en un gimnasio en Río de Janiero, a mil kilómetros de Brasilia, por lo que no acudía al Parlamento. La hipótesis que investiga la Justicia es si Queiroz era el “cajero” de los Bolsonaro. Al ser consultado sobre los motivos por los que no se presentó a declarar, Queiroz reveló que padece cáncer.
 
Críticas. “El punto más vulnerable del futuro gobierno será el de la lucha contra la corrupción, porque el presidente electo redobló la apuesta cuando convocó al ícono del Lava Jato, Sérgio Moro, para el cargo de ministro de Justicia. La versión de Queiroz es muy débil. Los movimientos atípicos pueden ser el resultado de su habilidad para “hacer dinero”, pero sus palabras deben estar acompañadas por documentos, registros bancarios y testimonios”, escribió ayer la columnista Miriam Leitão en O Globo. En tanto, el periodista Bruno Boghossian consideró en Folha que las “explicaciones” de Queiroz son incluso peores que su silencio. La prédica anticorrupción puede convertirse en un boomerang que condicione el mandato de Bolsonaro.

El PT no participará de la investidura de su rival

El Partido de los Trabajadores (PT) del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, actualmente en prisión, anunció ayer que no comparecerá el martes próximo a los actos de la asunción del mandatario electo de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Los legisladores de la agrupación “no estarán presentes en la ceremonia de posesión del nuevo presidente en el Congreso Nacional”, para expresar de esa forma su desacuerdo con “discursos y acciones que estimulan el odio, la intolerancia y la discriminación”, indicó en un comunicado la senadora Gleisi Hoffmann. Si bien el PT reconoce la legitimidad de las instituciones democráticas, sostiene que en las últimas elecciones estuvieron “descaracterizadas por el impeachment de Dilma Rousseff, por la prohibición de la candidatura de Lula y por la manipulación criminal de las redes sociales para difundir mentiras contra Fernando Haddad”.