Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, aseguró que la reforma laboral “es más importante que la tributaria” porque la actual legislación “desincentiva contratar” y empuja tanto a empleadores como a trabajadores a la informalidad. En Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190) , explicó que “también se cobra en negro para poder pagar en negro” y que sin una modernización profunda “no va a ser exitoso ningún blanqueo”.
Aldo Abram es economista, licenciado por la Universidad de Buenos Aires y máster en Ciencias Económicas por el Centro de Estudios Microeconómicos de la Argentina. Es el director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, un centro de pensamiento liberal. Se desempeña como consultor económico y financiero. Además es docente en SADE.
El viernes se anunció que estaría volviendo la Argentina al mercado voluntario de deuda. Anunció el ministro Luis Caputo que va a emitir deuda voluntaria según las leyes argentinas. Me gustaría primero su reflexión sobre esta decisión y qué significa.
La verdad es que es ir enmarcando un sendero a una vuelta completa a los mercados internacionales de deuda, como para poder refinanciar la deuda que va venciendo en divisas, para refinanciarla en divisas. Este gobierno hasta ahora ha venido gastando menos, incluido el pago de los intereses de lo que le ingresa. Pero claro, todavía nos quedan dos problemas: uno con capital de una deuda heredada fenomenal, que obviamente hay que refinanciarla. Ya suficiente esfuerzo está haciendo el pueblo argentino para pagar los intereses y que no crezca la deuda, sino que más bien baje.
Y el otro problema que venimos teniendo es que, al carecer de este financiamiento en divisas, el Estado, ¿qué es lo que tiene que hacer? Tiene que tomar los pesos que haya conseguido por recaudación o que pueda conseguir al mercado doméstico de la Argentina, y con esos pesos comprar los dólares para pagar al exterior. Y cuando hace esto, si bien es verdad que evita una sensación de caos que nos lleva a una crisis, la realidad es que está quitándole crédito al mercado doméstico: o sea, la demanda interna, o sea a los consumidores, a los empresarios para producir y para invertir. En cambio, si esta mecánica de la refinanciación de lo que son los vencimientos en divisa se pudiera hacer en el exterior, pues esos recursos quedarían para la Argentina y permitirían una mayor recuperación tanto de la economía como del Estado.
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Serían solo necesarios los pesos para pagar los intereses y no los pesos para pagar los intereses y el capital.
Exactamente, los pesos para pagar los intereses y, en todo caso, por ahí el capital acá en la Argentina, pero no estar pagando con divisas que hacen falta dentro de nuestro país para poder desarrollarnos, estar pagando deuda que vence en el exterior en divisas. Y yo creo que ese es un poco el camino. Por eso no me extrañaría también que se trate de buscar que no sea una prioridad tanto el monto, sino más bien la tasa de interés, como para demostrar que se puede conseguir financiamiento más barato. De hecho, ya algunas provincias, la Ciudad de Buenos Aires, han logrado financiamiento a menor tasa de lo que se veía en nuestros bonos en el exterior. Bueno, empezar a mostrar ese mismo descenso en lo que hace al financiamiento en moneda externa del Tesoro nacional. Y eso también, ojo, porque abre otro sendero también posible para que las propias empresas argentinas tengan un mayor financiamiento también internacional.
¿Por qué el gobierno de Macri, en 2017, a los dos años de haber sido electo, comparable con el de Javier Milei, tenía un riesgo país de 300 puntos y hoy a la Argentina le cuesta perforar los 600? ¿Y si las tasas de interés en Estados Unidos bajarían, y bajarían también con el nuevo presidente de la Reserva Federal, y esa sería la tendencia, la posibilidad real de que una tasa de riesgo país de 300 más una baja de la tasa de interés en Estados Unidos permita que la Argentina pueda refinanciar su deuda a una tasa mucho menor que la que hoy pagó con las refinanciaciones del gobierno anterior?
Voy a empezar al revés. Para nosotros, cada vez que la Reserva Federal y los bancos centrales de los países desarrollados bajan la tasa de interés, es una buena noticia porque lo que están haciendo es aumentar la liquidez en el mundo. La capacidad de las economías emergentes de conseguir más fácilmente financiamiento. Porque cuanto más liquidez hay, los inversores tienden a colocar una mayor proporción de su cartera en economías emergentes y de mayor riesgo para obtener mayores rendimientos. Así que toda baja de tasa de interés en el mundo a nosotros nos beneficia.
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Por otro lado, ¿por qué esta diferencia de tasa de riesgo país? Y justamente porque después sumamos una cesación de pago más. Nueve veces la Argentina entró en cesación de pagos. Y lamentablemente ahora, después de haber mostrado que somos estafadores seriales en nuestra historia, tenemos que tratar de convencer a argentinos y extranjeros que en otras épocas quizás le prestaron al Tesoro y que después les dijeron: “Mirá, no te vamos a pagar”. Y que encima, después de que les dijeron eso, vinieron con sus papelitos sin pagos y los distintos gobiernos agarraron y les dieron otro papelito que por ahí reconocía la mitad o menos de lo que le habían prestado efectivamente al Estado.
Convencerlos de que la Argentina no va a repetir eso va a ser difícil, va a ser muy difícil. Y por eso es que hay que mostrar un gran empeño en términos de mantener el equilibrio fiscal, que es una forma de mostrar: “Bueno, ya no hacemos lo de antes, endeudarnos para gastarnos toda esa plata en excesos de gasto”. Sino que, ahora incluso si podemos pagamos, recuperamos, rescatamos deuda en el mercado, pero por lo menos ya pagando los intereses no la aumentamos. Y, de a poco, cuando los argentinos y extranjeros estemos convencidos de que esta es una estrategia que se va a seguir en el tiempo, y en eso va a ser muy importante ahora esta discusión en el presupuesto, en la medida que salga con un consenso en términos de mantener esta estrategia en el tiempo de ser austeros y gastar lo que tenemos, yo creo que va a ayudar mucho a bajar más todavía esta percepción de riesgo de prestarle al Tesoro argentino, que es lo que en definitiva muestra una tasa de riesgo país de arriba de 600 puntos.
Uno ve, por ejemplo, conmoción financiera en Japón, y siempre me acuerdo aquello de Kushner de que había países capitalistas, países comunistas y luego Japón y Argentina. Aquel famoso premio Nobel de los 70. Entonces, ver que Japón podía tener una deuda dos veces y media su producto bruto sin ningún problema porque la tasa de interés que pagaba era menos de 2%. Y si el país crecía 2,5% y la tasa de interés es menos del 2%, está todo bien. Hasta los intereses se terminan licuando respecto al producto bruto. Entonces, ¿es correcto decir que la tasa de interés de la deuda tendría que ser lo suficientemente baja como para que se acerque al crecimiento del producto bruto y que ese sería el objetivo de los países que pueden endeudarse sin mayor problema? ¿Y el problema que tiene la Argentina es que, a lo mejor, se tiene que endeudar al 7 u 8%, y eso es imposible que ningún crecimiento se produzca?
Sí, es correcto. La verdad es que por eso la Argentina, como tendencia de largo plazo, y a pesar de los zigzags que da cualquier economía, porque por ahí algún gobierno en particular te genera un poco de confianza y eso genera una reactivación, una recuperación económica coyuntural, la verdad es que ha tendido a alejarse de los niveles de bienestar que se están gestando en otros países del mundo. En países desarrollados e incluso pares que son subdesarrollados. Son economías emergentes y han crecido mucho más durante todo este tiempo. Y eso claramente tiene que ver con que nadie le presta ni se asocia, por decirlo de alguna forma, con un estafador serial.
Lamentablemente eso es lo que hemos sido. Con lo cual no es raro que ni argentinos ni extranjeros hayamos estado invirtiendo en nuestro país. Porque aclaro una cosa: nosotros solemos hablar de la inversión extranjera como si fuera lo fundamental. Y la verdad es que la mayor parte de la inversión que se hace y se hizo en la Argentina es de argentinos, con plata de argentinos. Entonces, la verdad es que acá hay un problema: que nosotros mismos hemos estado fugando capital. Somos, según algunas estimaciones, el segundo país del mundo en términos de fuga de capitales por habitante. O sea, los argentinos somos los que no hemos invertido en nuestro país. Con esto no le quiero quitar importancia a la inversión extranjera, porque claramente es mejor tener ayuda para empujar la carreta, para que ande más rápido, que tratar de hacerlo solito.
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Por más fuerza que uno tenga, cuanto más tiremos y empujemos la carreta, va a andar más rápido. Y eso es un poco el rol de la inversión extranjera. Pero bueno, ahora espero que, en la medida que sigamos perseverando en esto de buscar tener un país normal, abandonando décadas de anormalidad, con la inflación que hemos vivido y malgastar lo que hemos malgastado y quebrar bancos centrales y sobrevivir en la anormalidad, en la medida que vayamos demostrando que vamos a un país normal, yo creo que también nuestra tasa de interés, la que va a pagar la Argentina, va a tender a ser la de los países normales. Países que están alrededor de los 100 puntos porcentuales, 200 puntos porcentuales de riesgo país.
Me gustaría su visión sobre cuán importantes son las reformas de las que se están hablando, casualmente para la baja del riesgo país, para la posibilidad de endeudarse a una tasa muchísimo menor que no signifique una carga a la deuda.
Para mí, la reforma es lo siguiente. Y todo lo que hace a la seguridad jurídica y a la institucionalidad, evidentemente colabora a la baja del riesgo país. Pero del resto de las reformas de las que se están hablando hoy, yo creo que la más importante es la reforma laboral. No solamente porque eso va a generar más confianza y obviamente va a generar alguna caída en el riesgo país y en el costo del financiamiento de la Argentina; no solamente porque también va a generar más inversión por parte de argentinos y extranjeros; sino además porque tenemos una legislación laboral que lamentablemente ha desincentivado la creación de empleo.
Desde hace 10 años casi no se genera empleo en relación de dependencia en el sector privado, aun en momentos de recuperación económica o crecimiento. Y es más: la proporción de gente que trabaja en relación de dependencia hoy es más o menos un tercio del total de trabajadores en la Argentina, 40%, son más los informales que los que logran conseguir un trabajo en relación de dependencia en el sector privado. El resto tiene que ir a la informalidad o a trabajar como independiente en el sector formal, o terminar, como ha pasado en las últimas décadas, con un seguro de desempleo disfrazado de empleo público.
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Aldo, permítame que lo interrumpa. Usted sabe que sobre el tema de la reforma laboral entrevistamos continuamente a distintos especialistas, locales e internacionales, sobre las distintas reformas y modernizaciones laborales que se hicieron en distintos países: España, Italia, Brasil. Y lo que surge inmediatamente es que, para pagar en negro, hay que cobrar en negro. Entonces, que la generación de empleo va a depender de que la actividad económica crezca. Ahora, podría crecer y mantener empleados en negro, como ha sucedido en etapas en que Argentina ha crecido a lo largo de este siglo. El punto central es que para eliminar la informalidad el tema no es la informalidad laboral, sino la informalidad tributaria. ¿Qué coloca usted primero? Si una u otra tiene que ser, las dos juntas, o finalmente si uno hace una reforma laboral, incluso con blanqueo, no se blanquea nadie. Creo que en el último blanqueo, con un especialista, seis mil personas se blanquearon. O sea, ¿cuánto de la reforma tributaria es esencial para que se pueda incorporar al mercado laboral a todas las personas que están en negro?
Una cosa: es lógico que nadie blanquee sus empleados si lo que motiva que uno tome empleados en forma informal es justamente una legislación laboral que no cambia. Por eso es que a mí me parece que ahí se invierten las prioridades. Primero tenés que hacer una legislación laboral que diga: “Bueno, a partir de ahora, tomar un empleado no va a ser un dolor de cabeza, no va a implicar el riesgo de que porque echaste a alguien y te hizo un juicio tengas que cerrar tu pyme”. Entonces, a partir de ahí vamos a empezar a hablar de la posibilidad de tomar más empleados. En la Argentina, en todos lados del mundo, viste que se dice, por ejemplo, que las pymes son las que más generan empleo. Y en la Argentina también se dice eso. Pero cada vez que una pyme consigue un crédito barato de algún organismo público, banco público, lo primero que hace es comprar una máquina para ahorrar empleo. O sea, una cosa rarísima, porque acá lo que sobra es gente queriendo trabajar y lo que falta es justamente capital. Pero así funciona.
O sea, primero hay que cambiar la legislación laboral y entonces, a partir de allí, yo creo que sí puede llegar a ser exitoso algún blanqueo. También es cierto que parte de la economía en negro, las ventas en negro, tiene que ver con: “Si tengo empleados en negro, no les puedo pagar en blanco; ¿qué hago con ese blanco?”. Entonces, claramente también hay un incentivo a negar en la facturación. Pero el segundo punto es justamente la reforma tributaria. Claramente, en las últimas décadas y en forma creciente, los que trabajan y producen en la Argentina han sido considerados por la política como una naranja. A exprimir, a sacarles el mayor jugo posible para poder gastar desde el Estado. Y eso la verdad es que se tiene que acabar. Creo que el proyecto de reforma tributaria que va a venir quizás dé un sendero de baja de impuestos, pero yo creo que eso más bien lo va a ir imponiendo la realidad, como lo viene imponiendo hasta ahora. Hoy anunciaron justamente una baja de las retenciones, que es: en la medida que crezca la recaudación, ese crecimiento de la recaudación se va a destinar a bajar impuestos. Pero también hay una cosa que es muy importante, que es la simplificación del régimen tributario argentino.
Tenemos más de 150 tasas municipales, impuestos provinciales y nacionales. Yo no digo que se pueda aprobar una ley a nivel nacional que cambie la parte municipal y provincial, eso lo tendrán que dar los ciudadanos de cada provincia y de cada municipio, exigírselo a quienes corresponden, que son sus legisladores, sus intendentes y sus gobernadores, pero sí, a nivel nacional, hay más o menos 40 impuestos que tienen que ser muchísimo menos, no más de 10. Y hacia ahí yo creo que va a ir. Y eliminarse, por supuesto, las retenciones. Y hacia ahí creo que es donde va a apuntar esta reforma tributaria que va a presentar el gobierno. Y bueno, eso te da un horizonte.
RM CP