La vicepresidenta da señales de su postura sobre la llegada del futuro superministro de Economía.
La presidenta del Senado Cristina Fernández de Kirchner recibió hoy al presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa, quien asumirá el miércoles como ministro de Economía, Producción y Agricultura de la Nación. |
NA
La flamante incorporación al Ejecutivo de Sergio Massa llega acompañada de una foto que esperaban los mercados. La que habla del apoyo de Cristina. El mundo financiero necesitaba la bendición de la vicepresidenta para con el nuevo ministro de Economía.
Esa imagen de un Massa ascendente se contrapuso con la de un Alberto Fernández agotado, acompañado por quienes vieron degradado su rol dentro del organigrama de Gobierno con los cambios: la ministro de Economía, Silvina Batakis y quien hasta ahora se desarrollaba al frente de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont.
En la foto de Massa y Cristina, que estuvieron reunidos durante una hora, se ve a ambos en las puntas de la mesa del despacho de Cristina en el Senado. La titular de la Cámara Alta no le regala esa foto a cualquiera. Por un lado Batakis ni siquiera obtuvo una imagen en la que se las pudiera ver juntas. Pero, mucho menos aún, si nos referimos a los lugares ocupados.
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Es habitual que la vicepresidenta reciba gente en su oficina y que se sienten a su lado. Pero no es para nada común, en cambio, que comparta la misma posición con alguien, en lo que se puede leer, como una igualdad de roles frente al poder.
La figura de Massa emerge como un nuevo liderazgo en el peronismo. Probablemente por eso, en el día de ayer, visitaron al, a partir de mañana superministro, Máximo Kirchner y Wado de Pedro. Uno de los desafíos para quien se desempeñaba como titular de la Cámara de Diputados será conseguir financiamiento en los mercados externos sin contradecir parte del discurso natural del kirchnerismo.
En ese sentido Massa ya empezó a dialogar con dos bancos en Nueva York y uno de Londresademás de un fondo soberano de Qatar. La intención es lograr un préstamo Repo a través de una negociación que incluya garantías y tasas en general inaccesibles para la Argentina en el mercado externo. En el caso de lograrlo Massa marcaría así el regreso del país a los mercados internacionales dibujando con ello un cambio de rumbo.
