Investigadores japoneses desarrollaron una piel electrónica neuromórfica (es decir, con software que apela a modelos de sistemas neuronales) que imita la suavidad y sensaciones de la piel natural. El invento tiene posibilidades prometedoras en medicina y robótica.
Durante la fase de testeo, la piel electrónica logró activaciones neuronales en la corteza motora del cerebro de ratas, provocando que movieran los dedos a través de un mecanismo de sinapsis artificial, explicó Tsuyoshi Sekitani, integrante del equipo y autor de un artículo de inminente aparición en la revista Science.
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Se trata de una esperanza para pacientes con amputaciones o quemaduras graves. Al reconstruir circuitos de percepción y movimiento, habilita la posibilidad de volver a hacer tareas tan sencillas como tomar un objeto. También es una promesa para las nuevas generaciones de dispositivos robóticos y médicos, ya que permite percibir estímulos externos -como temperatura y presión- y codificarlos en señales que habilitan la respuesta motora.
Hasta ahora, estos desarrollos estaban limitados por la demanda de un alto voltaje y por el tipo de componentes usados. El grupo de Sekitani logró trascender esos problemas. Como su piel electrónica no tiene partes rígidas, es equiparable con las propiedades blandas, flexibles y elásticas naturales. Los conceptos de contacto y sensibilidad parecen a punto de atravesar una transformación radical.
BL JL