La “ventaja” de que el coronavirus esté llegando atrasado a la Argentina es que podemos aprender de los aciertos y errores de China, Corea del Sur, Italia, España y Alemania, entre otros países que ya lo están sufriendo. Y una de las enseñanzas es que debemos rápidamente clausurar o taponar las puertas de ingreso del virus, el aeropuerto de Ezeiza en primer lugar.
Pero, veamos qué le sucedió a un prestigioso gastroenterólogo que llegó ayer de España proveniente de Torino, donde visitó a uno de sus hijos, que está haciendo un máster en ingeniería mecánica. El papá le transmitió su pasión por los autos y el hijo estudia nada menos que en uno de los centros mundiales del arte de la fabricación automotriz.
Un caso en que los hijos superan a los padres. El padre me lo contó por whatsapp porque “por responsabilidad médica decidí volverme antes de Europa, y ahora estoy cumpliendo con el aislamiento recomendado. Mucha gente se asusta por creer que un aislamiento preventivo puede ser sinónimo de enfermedad, pero no es así; hay que hacerlo porque es una medida clave para la salud de todos”.
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“Llegué desde Madrid a las 8,30 en un vuelo de Iberia. Antes del aterrizaje, comunicaron que por disposición de las autoridades nacionales, quienes estuvimos en los últimos quince días en ciertas regiones italianas debíamos llenar un formulario y no descender del avión. Al momento del desembarco, decidieron entregar los formularios, que todos desembarquemos y que, en tierra, una vez completados, los que debíamos llenar el formulario, lo entregáramos a las autoridades de Sanidad”.
“Los miembros del grupo del formulario pasamos Migraciones, Equipaje, Aduana y nada…; no encontramos a nadie de Sanidad por ninguna parte; seguíamos con el formulario en la mano. Preguntamos en Senasa, que está en el mismo compartimento que los controles aduaneros, y nos dijeron que, afuera, estaba Sanidad. El puesto de Sanidad resultó ser una caja de cartón sobre un banco alto, con cartel pegado y escrito en birome donde decía: ‘Deposite aquí su declaración jurada´. ¡Solo la caja, ninguna persona! ¡En Ezeiza!”.
*Editor ejecutivo de la revista Fortuna.
