John Maynard Keynes presenta en su obra “Teoría General del empleo, el interés y el dinero” de 1936 la idea de la Demanda Agregada.
Allí explica cómo puede crecer una nación apoyándose en alguno de los componentes de la misma. A saber: Consumo (C), Inversión (I), Gasto Público (G) y Exportaciones Netas (Exportaciones – Importaciones). Esta fórmula tan simple D.A= C+I+G+ (X-M) da lugar a interminables discusiones, interpretaciones y posiciones políticas.
El kirchnerismo y la decadencia del peronismo
Varios ya podrán ir sacando sus propias conclusiones e identificar los componentes de la Demanda Agregada con los discursos político-económicos enunciados durante las últimas dos décadas en el país. El keynesianismo (y neo-keynesianismo) ha sido una de las líneas de pensamiento económico más fuerte que ha operado estas últimas décadas. De más está decir que las ideas de Keynes fueron claves para levantar la economía norteamericana tras la crisis del 29.
Keynes sostenía el rol del Estado como impulsor de la reactivación en el corto plazo de una economía en recesión y sin altos niveles de inflación. Básicamente una expansión fiscal llevada adelante por el Gobierno aumentaría el consumo de bienes y servicios en esa economía por parte del Estado y también de los privados a través del efecto multiplicador. Esto haría incrementar los niveles de producción, empleo, y salarios, mejorando sustancialmente los indicadores macroeconómicos de la economía. No descartaba un posible incremento de los precios, aunque no hacía demasiado hincapié en esta cuestión, ya que su planteo fue para economías sin este lastre. Lamentablemente, en nuestro país, en nombre de Keynes se ha destrozado la moneda nacional y todas las variables macroeconómicas.
Guzmán, entre Keynes y Friedman
El kirchnerismo, en nombre del keynesianismo, ha llevado a la economía argentina a una debacle que parece no tener fin. El fin sería terminar como Venezuela, pero creo que los argentinos vamos a reaccionar antes de que esto pase. Debemos tener claro que por estos rumbos vamos camino a ser un Estado fallido. Argentina tiene una seria crisis de moneda. El deterioro del peso y del salario real, producto de la incontrolable inflación y de la falta de confianza en nuestra moneda es determinante. Las políticas económicas del Gobierno no van en busca de solucionar este problema, sino que continúan con la mismas ideas que han arrastrado a la Argentina a tener índices de pobreza superiores al 50% y tasas de inflación promedio del 38% para los últimos 11 años, siendo del 51% para 2021 y con una proyección similar para 2022.
Las palabras de Stiglitz son realmente desafortunadas. Hablar de “milagro argentino” cuando tenemos 51% de inflación anual y más de 50% de pobreza es realmente humillante y si bien sabemos que lo hace para apoyar a su ex alumno Guzmán, debería no faltarnos el respeto al resto de los argentinos. Es lo suficientemente inteligente para poder interpretar variables básicas de la macroeconomía. El rebote de la economía argentina en 2021, es eso: rebote. Sucedió en todos los países y regiones del mundo. Basta con ver la siguiente tabla para darse cuenta que luego de una fuerte caída del PBI por un shock como la pandemia, al reactivarse la actividad económica, el rebote es inevitable. Aunque la mayoría de los países han rebotado sin nuestros niveles de inflación y nuestra caída abrupta de los salarios reales. Basándonos en el cuadro que precede, Stiglitz también debería haber hablado del milagro peruano, chileno, brasilero, canadiense, inglés ó francés. Cualquier país que uno tome y basándonos en los datos del FMI presentan la misma lógica: caída por pandemia en 2020 y recuperación similar en 2021. Ya en 2022 Argentina muestra un crecimiento proyectado menor a otras economías de la región y del mundo.
La política económica del kirchnerismo es básica: Gasto Público elevado, déficit fiscal y emisión monetaria para financiar el déficit. Todo esto en busca de resultados electorales, sin fijarse los daños estructurales causados a la economía, que son muy difíciles de revertir en el largo plazo.
La teoría cuantitativa del dinero demuestra que esto generará un impacto en el nivel general de precios importante; y es justamente lo que sucede en Argentina hace más de 15 años, correspondiéndose los últimos 12 con un estancamiento de la economía. Como digo siempre la inflación es la causante de muchos males. Pero sin duda debemos abordar un paso previo en esta cadena de desaveniencias económicas y es la debilidad de nuestra moneda.
El kirchnerismo y la máquina de hacer pobres
Hay economistas que sostienen que Argentina carece de moneda y un país sin moneda difícilmente prospere. La moneda se ha ido destrozando lentamente por los elevados niveles de Gasto Público, déficit fiscal y consecuente emisión monetaria. Además existe una necesidad imperiosa de modernizar nuestra economía con reformas estructurales de índole tributaria, laboral y del Estado. No se puede seguir gobernando un país con ideas setentistas, obsoletas y sin sentido en el mundo actual. Aunque quienes pregonen estas ideas, luego se vayan de vacaciones al Caribe mexicano a gastar dólares. Tema para otro artículo. Intentaré no desviarme de las ideas económicas que estoy desarrollando.
Lastimosamente quienes nos gobiernan siguen con un “relato” anclados en esa década, que convence a una parte de la sociedad, bien por ideología o por intereses económicos asociados al Estado. Aún cuando pueden verse países que han triunfado optando por caminos de mayores libertades de mercado, apertura al comercio internacional y un Estado encargado de sus funciones básicas: salud pública, educación pública, seguridad y justicia. Australia es un claro ejemplo de esto. Un país con similares dotaciones económicas y geográficas a la Argentina que está en las antípodas del desarrollo, porque han hecho bien las cosas. De más está decir que los políticos australianos distan mucho de los nuestros en cuestiones de ética, educación, compromiso y honestidad.
En los gráficos anteriores puede verse claramente cómo se ha incrementado el Gasto en la Argentina, financiado con emisión monetaria y mayor presión tributaria. La inflación sigue un recorrido similar al del Gasto. Esto no es coincidencia, es teoría económica. Si inundan la economía de pesos, sin incentivar a la Oferta (sector privado de la economía), no harán más que incrementar el nivel general de precios, destruyendo la moneda, el salario real e incrementando los niveles de pobreza e indigencia, que luego intentarán disimular con más Gasto y más emisión. Es un círculo vicioso que nos ha traído a dónde estamos y parece no haber gente capaz de pensar de otra manera y cortar el círculo. Claro, los que pregonan estas ideas vacacionen en el Caribe y nombran decenas de familiares en el Estado. Mientras sigan con sus beneficios, difícilmente cambie la lógica. Evidentemente la inflación y la pobreza les son funcionales a muchos funcionarios.
* Mg. Juan Marcos París. Licenciado en Economía (Universidad Nacional de Mar del Plata). Mg. Comercio Internacional y Mercados Emergentes (Universitat de Barcelona).