OPINIóN

Juntos por el Cambio: juntos y por el cambio o nos terminamos de desplomar

La oposición debe sincerarse, sin disimulos, ya que es importante que se resuelvan las disidencias internas si estas son de real envergadura, porque solo así, Juntos por el Cambio logrará esta vez estar Juntos e ir por el Cambio.

Juntos por el Cambio
Juntos por el Cambio | Télam

Hace meses que hablamos sin pausa sobre la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK). Sobre sus exabruptos manifestados públicamente contra el presidente, sobre sus causas penales que deben ser juzgadas a pesar de la resistencia de un kirchnerismo que pretende impunidad a como dé lugar, sobre el amedrentamiento constante contra la Justicia, que, con cientos de pruebas, la juzga bajo el debido proceso en la causa Vialidad, que la incrimina como la jefa de una asociación ilícita en materia de obra pública cuando fuera presidenta.

Y llegó un día donde Cristina empezó a ocupar el único lugar en la agenda de Argentina y un lugar central en la agenda de las naciones del mundo, y esto ocurrió el jueves 1 de septiembre, cuando un hombre la atacó y gatilló un arma a centímetros de su cabeza, sin que se dispare la bala. El hecho, aberrante y aterrador, por supuesto copó la atención de todos los argentinos; la dirigencia de la oposición política, integra, desde el minuto mismo del hecho comunicó su absoluto repudio ante tal monstruoso ataque, y así pasó en general con gran parte de los dirigentes y militantes políticos y ciudadanos de a pie. 

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Y aunque el hecho se repudió a lo largo y a lo ancho del país, los argentinos no tenemos resto para ahora seguir escuchando a Cristina en su versión más mística o religiosa, pero no porque particularmente moleste esta nueva versión donde se la ve más conciliadora, sino porque es la Justicia la que debe investigar y rápidamente, qué ocurrió ese 1 de septiembre, y llevar a sus atacantes (parecen ser tres o cuatro al menos los implicados de “la banda de los copitos”) a su debido proceso y juzgarlos, condenarlos y ordenar su prisión. Y porque debemos volver de inmediato a prestar atención a un tema que Cristina y sus seguidores parecen ignorar o pretender que ignoremos: que el hambre está creciendo a pasos agigantados en millones de ciudadanos que habitan suelo argentino. 

Finalmente nos informaron que la inflación fue de 7% para el mes de agosto, que la inflación interanual es de 78,50 % y que se proyecta una inflación que llegará o superará el 100% anual. Somos el quinto país con la inflación más alta a nivel mundial. La inseguridad en las calles no cesa, y robos de celulares o mochilas terminan con vidas de adolescentes o adultos a diario. La droga sigue golpeando ferozmente a la provincia de Santa Fe y si no se pone freno a tan grave flagelo, podremos empezar a padecer de ese narco drama a nivel país. Y el hambre crece entre los argentinos. Y aunque el nuevo ministro de economía, Sergio Massa, gracias a sus buenas relaciones con el establishment, logró detener la escalada del dólar, no logró detener la escalada de los precios, la inflación sigue siendo un problema severo, y con la inflación que no frena y crece, cada día aumenta más la pobreza, la indigencia y la clase media sigue ingresando en la línea de pobreza. Frente a un Frente de Todos que gobierna tan mal y nos llevó a donde hoy nos encontramos, la oposición Juntos por el Cambio tiene altísimas chances de ser nuestro próximo gobierno en 2023. 

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¿Y existen importantes desafíos si Juntos por el Cambio pretende ser más que una coalición electoral y quiere gobernar para resolver en serio los terribles problemas que padecen millones de argentinos? Probablemente unos cuantos.

En primer lugar, que legisladores, gobernadores e intendentes de la oposición trabajen en sus cargos aquí y ahora, mientras hacen campaña para 2023, ya que deben cumplir con sus tareas asignadas porque corresponde y porque los argentinos necesitan que legislen y gobiernen para aportar a que tanto malestar aminore, los argentinos los necesitan trabajando ahora.

En segundo lugar, y por tratarse de una coalición, cada partido que conforma la coalición debe reunirse, debatir, pelear, amigarse y unirse, anteponiendo antes que todo un componente moral, considerando que cantidad de argentinos hoy no come, y que por eso no se puede especular en clave estratégica y personal, porque no hay resto para la mezquindad al interior de cada fuerza o partido. Por eso, tanto el PRO, la UCR, la Coalición Cívica, el GEN y demás espacios que decidieron formar parte de Juntos por el Cambio, deberían discutir al interior de sus respectivas fuerzas como juntarse en serio para cambiar en serio esta realidad espantosa que hoy vivimos.

En tercer lugar, y si se logra al interior de cada partido la genuina unión de juntarse, será el momento de que todas las fuerzas que conforman Juntos por el Cambio se reúnan para debatir, pelear, amigarse y unirse, anteponiendo antes que todo un componente moral, considerando que cantidad de argentinos hoy no come, y que por eso no se puede especular en clave estratégica y sectorial porque no hay resto para la mezquindad al interior de la coalición opositora. Por eso, Juntos por el Cambio debería discutir al interior de la coalición, como juntarse en serio para cambiar en serio esta realidad espantosa que hoy vivimos.

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Por último, Juntos por el Cambio deberá realizar aquello que dice que ya está realizando, y que cuesta creer que lo esté haciendo mientras notamos enfrentamientos constantes al interior de cada partido y entre los partidos que conforman la coalición; debe diseñar un plan integral, donde lo urgente y lo importante a resolver en tantos planos esté absolutamente contemplado, porque si logra vencer en las urnas en 2023, se encontrará con una Argentina rota, y ninguna medida que sigue tomando el oficialista Frente de Todos, indica que dejará de estarlo.

Cuando Elisa Carrió o Patricia Bullrich dejaron entrever públicamente polémicas al interior de los partidos y de la coalición, tal vez solo sinceraron aquello que debe sincerarse, sin disimulos, ya que es importante que se resuelvan las disidencias si estas son de real envergadura (y muchas nos demuestran que lo son), porque solo así, Juntos por el Cambio logrará esta vez estar Juntos e ir por el Cambio. 

Los argentinos no soportan más alianzas forzadas, que luego no se sostienen y decantan en pésimas gestiones de gobierno. Los argentinos no resisten más la espera de que cambie en algún momento lo que tiene que cambiar ya. Y es importante que la oposición también tome nota de esto.

*Sandra Choroszczucha   Politóloga y Profesora (UBA) www.sandrach.com.ar