OPINIóN
20 de junio - Columna de la USAL

Los colores de la Revolución

Día de la bandera y bicentenario del paso a la inmortalidad de Manuel Belgrano.

Bandera
Bandera | Imagen de Alejandra Acosta Brncich en Pixabay.

La actitud decididamente revolucionaria de Manuel Belgrano al presentar públicamente la bandera blanca y celeste, el 27 de febrero de 1812, en el aquel entonces diminuto poblado de Rosario, en la provincia de Santa Fe, contrasta con la irrelevancia que trasunta la ingenua pregunta que aún muchos argentinos del siglo XXI realizan: ¿Es cierto que Belgrano se inspiró en los colores de cielo?

Desde el 25 de Mayo de 1810 los jóvenes más decididos por la causa de la Emancipación usaban cintillos blancos y celestes, colores que aludían a la defensa del terruño, la ciudad de Buenos Aires.

La Junta Grande, que siguió a la Primera Junta y antecedió al Triunvirato, llegó a arrestar a quién las usara por considerar que de esa manera se desafiaba su autoridad, preocupado por sostener “la máscara de Fernando VII”.

La orden recibida por Belgrano de desplazarse con el Cuerpo de Patricios hasta Rosario para proteger a la región de un inminente desembarco de tropas realistas que saldrían de Montevideo por el río Paraná y concluir las baterías artilladas allí existentes (una en tierra y otra en las islas), le facilitó al prócer su empeño de “acelerar la revolución” sin salirse de los reglamentos y costumbres militares de la época.

 

Un extraño barón austríaco detrás del General Belgrano

Suscribimos al respecto la tesis de uno de los máximos estudiosos de la bandera nacional, Mario Golman, que realiza el siguiente planteo: Teniendo en cuenta que las disposiciones del ejército establecían que al inaugurarse una batería debía obligadamente también emplazarse un mástil para llevar a su tope la bandera rectangular con los colores rojo y amarillo (símbolo de la Corona), la gran osadía de Belgrano fue, llegado a este paso, cambiarla por la de los patriotas porteños.

No se encuentra documentada la cantidad y disposición de las franjas de la Bandera, pero la hipótesis más fundada es que la misma constó de dos fajas horizontales e iguales, blanca la superior y celeste la de abajo, conforme a los colores de la escarapela decretada por el Triunvirato; que de acuerdo con registros pictóricos fue redonda, de fondo blanco y centro celeste.

El 26 de febrero de 1812, un día antes de dar por cumplida la construcción de la batería “Libertad”, el entonces coronel Belgrano expresó a sus superiores del gobierno: “Las banderas de nuestros enemigos son las que hasta ahora hemos usado, pero ya que V.E. ha determinado la escarapela nacional con que nos distinguimos de ellos, y de todas las Naciones, me atrevo a decir a V.E. que también se distinguen aquellas, y que en estas Baterías no se viese tremolar sino las que V.E. designe”.

Así se vivía en 1810

Y como si no fuera poco haberse referido a una enseña que los diferenciara “de todas las naciones”, ya no de los adversarios del momento, lo que con claridad refleja “un proyecto de país” soberano, culminó su misiva con la siguiente exhortación: “Abajo, Señor Excelentísimo, esas señales exteriores que para nada nos han servido, y que parece que aún no hemos roto las cadenas de la esclavitud”.

En dicha nota, mencionó la escarapela, creada por él también en Rosario y autorizada por el Triunvirato días antes, pero se reservó de indicar expresamente que utilizaría sus colores en una bandera.

En la tarde del 27 de Febrero, consumó su osadía y dio así nacimiento al que se convertiría en el símbolo máximo de la Argentina, con la siguiente arenga: “Soldados de la Patria: en este punto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional que ha designado nuestro Exmo. Gobierno: en aquél, la batería Independencia, nuestras armas aumentarán las suyas; juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores y la América del Sud será el templo de la Independencia, de la unión y de la libertad. En fe de que así lo juráis, decid conmigo: ¡Viva la Patria!”.

Podrá observarse que no se juró por “la bandera”, sino vencer a los enemigos.

El bombardeo a la Plaza de Mayo y los orígenes de la violencia política

En el Archivo General de la Provincia de Santa Fe se encuentra la primera versión de las dos proclamas escrita por Belgrano el día 27. La tuvo con él en el puño o botamanga de la chaqueta del uniforme en el momento de pronunciarla, a manera de guía.  Al analizarse detenidamente el documento se deduce que Belgrano omitió inicialmente la palabra “Independencia” y que luego la intercaló, lo que de alguna manera también señala la decisión final de mencionar aquella palabra temida por muchos.

En el parte que escribió al gobierno dando cuenta de aquel acto, confirmó que: “Siendo preciso enarbolar Bandera, y no teniéndola la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional”. De puño y letra de su artífice se explicita lo aquí afirmado.

Junto al tradicional aniversario de la creación de la Bandera de la Patria se conmemora el bicentenario del paso a la inmortalidad de su creador, Manuel Belgrano, acontecida el 20 de junio de 1820. Que mejor tributo a este Padre de la Patria que honrar y poner en práctica su ideario al calor de la enseña de los revolucionarios de Mayo.

 

* Profesor titular del Doctorado en Historia de la Facultad de Historia, Geografía y Turismo de la Universidad del Salvador. Investigador del Conicet. Miembro de la Academia Nacional de la Historia y del Instituto Nacional Belgraniano.