Desde el momento mismo de asumir Alberto Fernández logró algo difícil de lograr en términos de malas formas, desairó al enviado de la Casa Blanca, dejó al campo a un minuto de salir a cortar rutas y a la clase media enojada por meterle la mano en los bolsillos a los jubilados y el alza en el impuesto a bienes personales que el Congreso acaba de aprobar. Hace un par de semanas la clase media llenó el Obelisco y luego la Plaza de Mayo, demostrando cierta disciplina para organizarse en apoyo o rechazo de un gobierno; pero esta nueva administración provoca el rechazo social incurriendo en el mismo error que sus antecesores, sostener un sistema inviable a base de impuestos y retenciones en beneficio de un sector público demasiado grande. Están engañados en el diagnóstico, estamos en el 2019 y la paciencia no es la de antes. Hoy, el desafío de Alberto Fernández parece ser elegir entre el populismo brutal de Nicolás Maduro o el peronismo reformador pro mercado de Carlos Menem.
Leyes de emergencia para todos
Esto de hacer macrismo de malos modales, sosteniendo 21 ministerios y 84 secretarias (similar a la administración Macri), eliminando el decreto que impide nombrar parientes en el Estado, castigando empresas que retiren efectivo de los bancos, subiendo retenciones, aplicar algo tan innovador como la doble indemnización, subir el impuesto a bienes personales, volver al dólar tarjeta y peleándose con el único país del mundo que nos puede ayudar a salir del problema en el que estamos es un comienzo bastante flojo. Sin embargo, y más allá del cambio en el sistema de movilidad jubilatoria, nada se ha dicho de pedir un esfuerzo real y contundente al sector público, causante del grave desajuste producto del enorme gasto. En efecto, sobran empleados en la Nación, las provincias y municipios; estamos hablando de algo así como un millón, pero gozan de una especie de privilegio, donde oficialismo y oposición coinciden en que sus ingresos no se tocan. Entonces ¿por qué no congelar los ingresos del sector público al menos un año hasta que se normalice la inflación? Después de todo es incumbencia de ellos solucionar ese problema.
En su mensaje a la Nación, la justicia que Alberto Fernández pide reformar es la misma que procesa 11 años después a los dirigentes del campo, horas antes de subir las retenciones y enrareciendo el clima con el sector. Se trata también de la misma que le acaba de conceder la prisión domiciliaria a Julio De Vido, y que ha dejado a casi todos los investigados por corrupción fuera de los establecimientos carcelarios. También ha dicho que “Nunca más al Estado Secreto”. Ok, nos gustaría saber todos los pormenores del acuerdo por la base militar China en Neuquén que firmó en su momento la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, por ejemplo. Sin embargo, pareciera que la preocupación en materia de “secretos” e inteligencia tiene que ver con la filtración de audios de entre su vicepresidenta y el exsecretario general Oscar Parrilli.
Los mercados reaccionan bien al plan de emergencia de Alberto Fernández
La invitación a la toma de mando realizada al ministro venezolano Jorge Rodríguez, criminal sancionado por el Departamento del Tesoro, fue sencillamente una tomada de pelo a Mauricio Claver Carone (asesor de confianza de Donald Trump), quien obviamente no hubiera participado de saber de la presencia del bolivariano. Estas cosas se pagan en Relaciones exteriores, solo queda saber si se trató de un caso de impericia o una burda provocación. De la misma forma que decimos lo anterior, vale resaltar que el Presidente dio un paso en el lado correcto de la historia al ratificar que la organización Hezbollah seguirá dentro de la lista como grupo terrorista. En lo sucesivo, queda pendiente entender si esta administración se alineará con Occidente o jugará como lo hicieron Cristina Fernández y Mauricio Macri como peones de oriente. De esta forma resultará necesario evitar conflictos como la concesión del 5G a los chinos, medida que afecta la seguridad nacional de nuestros países.
Los desafíos económicos que debe afrontar Alberto Fernández
El caso de Evo Morales es otro retroceso. Buenos Aires es la tercera ciudad de Bolivia, la comunidad en nuestro país es enorme y eso además de la cercanía geográfica explica la presencia del cocalero en nuestra tierra. Evo vino para instalarse y hacer campaña, eso ya es público y lo que pone en evidencia el es manoseo que nuestro gobierno hace de la institución del refugiado, ya que en Bolivia se lo requiere para ser juzgado por sedición y terrorismo. El vice de Evo, Alvaro García Linera también llegó al país para pedir el mismo tratamiento; su llegada coincide con la de Andrónico Rodríguez, que claramente vinieron a montar el comando de campaña en Argentina. En efecto, con las presencias de Evo, Correa y Rodríguez nos alejamos del lugar de abogados de las democracias para ser apologistas de dictaduras.
Hay dos países muy diferentes. Esperemos que ese reflejado por la cara de la vice quede atrás y se imponga el del abrazo de los Presidentes.
* Abogado. Dirigente del Partido Unite por la Libertad y la Dignidad. Ex candidato a Diputado de la Nación.