OPINIóN
Lógica del endeudamiento

Rescate argentino

La presencia de los bancos y el Estado para salir de la crisis.

Una teoría sostiene que los bancos son jugadores demasiado grandes del sistema económico
Una teoría sostiene que los bancos son jugadores demasiado grandes del sistema económico | Super CAMPO

Una teoría sostiene que los bancos son jugadores demasiado grandes del sistema económico y financiero y que por eso "no deben caer". Con este eufemismo, lo que se quiere indicar es que debe salir el Estado a sostenerlos o a rescatarlos, privatizando deudas u otorgando préstamos excepcionales, a tasas irrisorias muchas veces, para "salvar" a estos jugadores poderosos, por los “riesgos“ que su caída supondría.

Parece una paradoja que el Estado deba rescatar a los grandes y no al revés: a los más débiles. Parece que el Estado hace "demagogia y populismo" solo cuando ayuda al pobre a vivir con un poco de dignidad, pero es muy "eficiente" cuando salva con prestamos millonarios a empresas o bancos y hasta a organismos (de operaciones de “eficiencia“ harto dudosa pero que se dicen) demasiado "grandes para caer".

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Esta teoría tiene un talón de aquiles. Muchos de estos grandes bancos son partícipes directos o indirectos del mercado de derivados financieros, donde el gran negocio es la especulación financiera rapaz, especulando con la deuda emitida por mercados emergentes, países en crisis social y económica, como Argentina. Esto significa especular con el hambre.

Muchas veces estos grandes jugadores que no deben “caer" han sido parte de conglomerados financieros que especulan con los precios de los alimentos, cuya inflación dista de ser un juego abstracto aislado y sin consecuencias. En un contexto financiero global tan incierto, podríamos repensar realmente qué lógicas se esconden detrás de los procesos de endeudamiento financiero especulativo de los países del llamado "tercer mundo", como los de África o América Latina. Podemos pensar por qué siempre el endeudamiento financiero fue de la mano del subdesarrollo, el hambre, el atraso y la desigualdad. Por qué se pide al Estado que “rescate“ a los jugadores fuertes, mientras se dice que es demasiado “costoso“ (es “populismo“, es “demagogia“) rescatar personas de la indigencia y el hambre, o rescatar migrantes desesperados del desierto o el mar. Hasta aquí la lógica de la deuda –Argentina es un ejemplo- ha sido la lógica de un fracaso rotundo.

Podemos pensar por qué siempre el endeudamiento financiero fue de la mano del subdesarrollo, el hambre, el atraso y la desigualdad

EL FMI tiene, a diferencia de tenedores privados, el caracter de acreedor privilegiado. Esto complejiza la negociación argentina. No son sino fondos públicos prestados por un organismo a paises que lo demandan. A cambio, los paises que se endeudan se comprometen a cumplir determinadas “condiciones“. Estos planes sin embargo han fracasado sistemáticamente en la historia argentina. En 2001, el megacanje fue contraido para financiar la fuga de capitales de una economia en ruinas. Ese megacanje configuró una operación que bordeaba la ilegalidad. Nuestra Justicia nunca ha avanzado en evaluar este plan fraudulento como un hecho de corrupción. Por tal motivo, el FMI pidió con urgencia insólita al Estado argentino que derogara la ley de subversión económica, una ley de tiempos de la dictadura, pero que el FMI nunca habia cuestionado. Este pedido era curioso en medio de una crisis política y social. El organismo parecia más preocupado por limpiar o cuidar su imagen y la de sus aliados financieros en medio de una crisis atroz (de la que fue participe durante una década), que de proteger al hambreado pueblo argentino. En medio de la crisis, el FMI le soltó la mano al país, creando su „Oficina de Evaluación Independiente“ (OEI), que funcionaba bajo la orbita del organismo, pero que nunca produjo ningún resultado concluyente. Los argentinos pensábamos que habiamos aprendido algo del fracaso de esa historia. No fue así. Hoy estamos parados exactamenre en el mismo lugar. Endeudados, negociando un canje. Pero lo que falta, tanto en el endeudamiento del 2001 (que sirvió para sostener la fuga de divisas), como en el endeudamiento de los últimos años, fue, en ambos casos, un plan serio de desarrollo. Faltó y falta una mirada sobre la economia real. No sobre el especulativo y desaprensivo mundo de las finanzas.