OPINIóN
América Latina: por una tierra para todos

Tener tierra propia es un nuevo derecho humano

Mientras se discute el tema de toma de tierras, el ex presidente propone en un nuevo libro tomar algunas experiencias exitosas de su propia gestión de gobierno.

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Venas abiertas. La situación en Guernica refleja una problemática que se produce en toda la región latinoamericana con diversos matices. | shutterstock

En este primer volumen analizo en profundidad la situación de la Argentina. 

Lo hago convencido de que tanto el Estado nacional como el provincial, y de igual forma el municipal, deben tener el manejo de la tierra, porque estos derechos que le asisten a la gente tienen que ser resueltos por ese mismo Estado y no por los particulares. En próximos textos, para los que estoy ya trabajando con dirigentes de Brasil y Uruguay, confeccionaremos los capítulos referidos a esos países, para luego avanzar hacia el resto de Latinoamérica.

¿Una utopía? “El derecho a la vivienda se encuentra reconocido en nuestra Constitución Nacional y en diversos instrumentos internacionales de derechos humanos ratificados por Argentina. 

Hoy este derecho a la vivienda es una utopía, como tantos otros derechos humanos, sobre todo en los países empobrecidos de América Latina, pero lo que es factible es el derecho a que toda familia argentina pueda acceder a un lote para, de esta manera, construir su vivienda única en la tierra que la vio nacer. Hablemos entonces de la creación de un nuevo derecho humano: el derecho a la tierra.

“Tierras: mi tema prepolítico y sus derivaciones”. Ocurre que los políticos solemos tener algún tema específico con el que nos sentimos comprometidos, identificados, y el mío ha sido desde siempre la problemática de la tenencia, posesión, dominio y distribución de tierras para la vivienda familiar.

Es un problema que con el transcurso del tiempo –tanto en las grandes ciudades de América Latina en general como de Argentina en particular– disparó innumerables conflictos sociales y situaciones de angustia en los sectores más humildes por la especulación inmobiliaria, ventas fraudulentas de terrenos urbanos, estafas, remates, desalojos, ocupaciones y tomas de tierras. Frente a estas situaciones complejas y de antigua data siempre sostuve la necesidad de llevar a cabo políticas públicas que favorezcan a los sectores más vulnerables de la población.

Iniciamos en Lomas de Zamora una metodología para “asentar la familia y erradicar la miseria”. Los habitantes de las zonas periféricas del partido de Lomas de Zamora, como Cuartel Noveno y San José, venían sufriendo endémicos problemas relacionados con la tenencia, posesión y dominio de sus tierras.

Respondiendo a las demandas de la población afectada, planteamos una solución, teniendo en la mira implementar una verdadera justicia social.

A poco de asumir como intendente, en 1974, advertí que la resolución de esta problemática debía ser encarada desde la estructura estatal. La respuesta que necesitaban los vecinos no podía ser de índole individual, se esperaba una atención integral hacia los sectores más postergados. Con ese criterio, creamos la Dirección de Tierras y Vivienda. Los profesionales y técnicos se abocaron de inmediato a la realización de estudios y planes para dar solución definitiva a los problemas planteados.

1983. La dictadura militar que se alzó con el poder en 1976 interrumpió toda la tarea que en este sentido se había iniciado poco tiempo atrás.

En 1983 fui reelecto intendente, y así se pudo retomar la labor emprendida en el tema tierras. Debido a que la situación había empeorado, decidimos jerarquizar entonces la dependencia municipal encargada de atender el problema. De esta forma creamos la Subsecretaría de Tierras y Vivienda.

En un documento titulado “Asentar la familia, erradicar la miseria” se indica que la misma situación de marginalidad llevó a la gente a ocupar tierras que carecían de todo valor económico y que nadie reclamaba, pero que fueron mejoradas y transformadas en zonas habitables.

Ordenamiento territorial: pacto inédito en Lomas de Zamora. En el contexto de unas Jornadas Interdisciplinarias de Tierras y Vivienda en Lomas de Zamora, el 11 de junio de 1987 firmé una declaración conjunta con el gobernador de la provincia de Santa Fe, José María Vernet, y el vicepresidente segundo de la Cámara de Diputados de la Nación, doctor Antonio Cafiero. Mediante esta declaración expresamos el “apoyo doctrinario a los planes de ordenamiento territorial destinados a lograr la radicación definitiva de personas y familias en los predios ocupados actualmente por los llamados asentamientos irregulares”. 

Si los pobres no pueden comprar tierras. Tras asumir como gobernador de la provincia de Buenos Aires, a fines de 1991, nos ocupamos de la regularización dominial de la tierra en forma integral, no solamente en el interior de la Provincia sino también en el Conurbano.

Se trataba, más allá de un deber, de cumplir con el compromiso ético que establecí no bien asumí el cargo y que compartí con el doctor Raúl Alfonsín. El decálogo de conceptos sólidos que marcaría mi desempeño y el de mis colaboradores decía en su punto tercero: “Nuestra provincia debe arraigar a sus habitantes en los municipios del interior y en el Conurbano y realizar una profunda regularización dominial”.

En el Conurbano el problema más extendido era que las familias tenían la posesión pero no la escritura definitiva. 

Para un considerable sector de la población resultaba muy onerosos e imposibles de afrontar los costos de planos de mensura, escritura, etc. 

Hay que tener en cuenta que los modos de transmitir la propiedad son una barrera que impide que los más humildes se conviertan en propietarios. Los pobres no pueden comprar tierras, no reciben herencias ni donaciones. 

Por eso generé nuevas normas legislativas. La Ley 24.374, conocida como Ley Pierri, fue una de ellas. Más precisamente fue la que movilizó a innumerables sectores de la población involucrados en la problemática de la tierra y la vivienda social.

Nuevos derechos. El 13 de septiembre de 1994 se sanciona la reforma constitucional de la Provincia. En su artículo36 se puede leer que “la Provincia promoverá la eliminación de los obstáculos económicos, sociales o de cualquier otra naturaleza que afecten o impidan el ejercicio de los derechos y garantías constitucionales”, pero más precisamente en el punto 7 se dejó en claro que “la Provincia promoverá el acceso a la vivienda única y la constitución del asiento del hogar como bien de familia; garantizará el acceso a la propiedad de un lote de terreno apto para erigir su vivienda familiar única y de ocupación permanente a familias radicadas o que se radiquen en el interior de la Provincia, en municipios de hasta 50 mil habitantes, sus localidades o pueblos”.

De esta manera comenzamos a cambiar el triste derrotero que tienen los más humildes: que su primer pedazo de tierra propia no sea la parcela que les espera en el cementerio. 

Carta de Su Santidad el papa Francisco. “Me alegra la publicación del libro. Usted tiene experiencia, mucho camino andado, y siempre es positivo compartirla, discutirla, proyectarla buscando nuevos horizontes. Y hacerlo desde la experiencia de la fraternidad de mujeres y hombres de un mismo pueblo que buscan servir mejor a la Patria. Y esto, para que la Patria crezca, sea fecunda... y nos cobije; porque todos necesitamos de la Patria, de la Madre Patria. ‘Es muy triste ser huérfano de Patria’, nos dice Dragone.

Deseo que este aporte suyo haga bien a todos. Ninguno de nosotros tiene ‘la receta’, pero la encontraremos y realizaremos si caminamos juntos”.

*Ex Presidente de la Nación.