PERIODISMO PURO
Entrevista

Miguel Ángel Broda: "Hoy hay que dejar de lado las ideologías"

El análisis del economista en el marco de la coyuntura actual en comparación con las crisis globales previas.

ENTREVISTA FONTEVECCHIA BRODA 2020 04 17
ENTREVISTA FONTEVECCHIA BRODA 2020 04 17 | NESTOR GRASSI

—¿Qué les dice a sus clientes respecto del futuro de corto plazo de la Argentina?

—Hay que poner a la Argentina dentro del contexto internacional. Esto es una crisis inédita, una crisis que hace que haya una relación entre los mecanismos para disminuir los contagios y la situación económica. Hay consenso total en la ciencia en que el objetivo público debería ser minimizar la recesión, que sea menor a uno. Es decir, sujeta a que el contagio por infectado sea menor que uno. O sea, no hay un trade off o una ambigüedad entre salud y economía. Son absolutamente complementarios. Hay dilemas sobre cuánto se va a gastar en tests contra cuánto gastar en obra pública. Por eso, debe haber un consejo al lado del Presidente del mismo peso que el que tiene en expertos en epidemias, que es muy bueno. El Fondo calcula que entre lo que iba a pasar en el PBI mundial y lo que va a pasar ahora hay seis puntos de diferencia. Con algunos países cayendo obviamente más, especialmente de Europa... Entre lo que se esperaba de crecimiento en Estados Unidos en diciembre y hoy hay seis puntos de diferencia. Lo primero que les digo a los clientes es que el costo económico del confinamiento es altísimo y que tenemos dos historias diferentes en relación con a qué velocidad y cómo salimos del confinamiento. Obviamente el confinamiento está sujeto al factor R0 (Rcero), o sea, que testeemos todo lo que podamos y gastemos todo lo que podamos en tests para aislar a la población infectada. Muchos de los experimentos llegaron a la conclusión de que hay algunos casos donde el 70% de la población infectada no tiene síntomas, el 20% tiene algunos síntomas y solo el 10% tiene todos los síntomas. Así que la historia de Argentina va a depender de cómo se resuelve conjuntamente. Si el confinamiento, aunque flexibilizando levemente, sigue dos meses más, la Argentina va a caer por lo menos 7% este año. Recuerde que venimos de dos años de caída y de un país estancado y en decadencia. Somos récord mundial de recesión. Desde los últimos 50 años tuvimos 15. Tenemos el laboratorio que más sabe sobre crisis macro y recesión. La recesión tiene tres características muy importantes. La primera, que ante una caída del PBI, no hay recuperación. Aun manteniendo la misma tendencia que teníamos antes de la recesión, se pierde por la caída de corto plazo y por el valor presente de lo que se pierde en el futuro. La segunda condición es que la recesión no es un fenómeno solo de corto plazo, produce cicatrices permanentes en la tasa de crecimiento potencial. Si nosotros veníamos creciendo al 3%, después de la recesión vamos a crecer al 2,5% y por lo tanto las diferencias entre lo que hubiéramos sido sin recesión y lo que somos con recesión son todavía más grandes. Y por último, no entiendo cómo la profesión médica no lo subraya, la recesión se lleva muchas vidas. Se aceleran las muertes por un montón de enfermedades, enfermedades mentales, de cáncer, de mortalidad infantil. La verdad es que no es cierto que haya un dilema entre salud y economía. A mis clientes les digo que este es un gobierno que actuó bien inicialmente en términos de salud. Pero es un gobierno que no tiene programa. Que tampoco tiene urgencias. Que hay mucha incertidumbre sobre el futuro, que claramente vamos a caer. Hay que cuidar la caja. Hay que hacer un comité de crisis todos los días y a los que son lentos hay que mandarlos a la biblioteca. Estamos en un tiempo de emergencia. Y también les digo hay que ver cómo salimos del coronavirus, o del confinamiento en este caso, que a mí me parece que tiene que ser a través de más tests para liberar zonas grandemente poblada. También se debe salir por actividad, porque nosotros necesitamos que se recompongan lo más rápidamente las actividades intensivas y el factor trabajo. Seguramente vamos a enfrentar una recuperación muy lenta. La semana pasada, el Fondo hizo un anticipo de lo que van a ser los pronósticos del mundo, y cuando llega a la tasa de inflación de Argentina ponen solo un renglón. Ni el Fondo se anima a decir qué pasará. Estoy seguro de que vamos a tener muy alta inflación, espero que podamos evitar la hiperinflación. Uno trata de buscar la última información y de ser lo más educado posible, porque hay desorientación y pérdida de confianza. La recuperación será más lenta precisamente por la falta de confianza. “Si antes teníamos un 10% de posibilidades de hiperinflación, ahora estamos en un 20%.”

—Usted mencionó una caída del producto bruto de 10%, como en 2002. Pero agrega que la recuperación será lenta, mientras que la de 2002, en parte también por el aumento de precios de las commodities y porque el mundo no estaba en una recesión, fue rápida. ¿Estamos en un escenario peor que entonces?

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—Tocamos fondo en el segundo trimestre de 2002. Veníamos cayendo fuertemente y dejamos un arrastre muy fuerte hasta 2002. Empezamos a crecer trimestralmente y estacionalmente calculado un año antes de que asumiera Néstor. Teníamos condiciones externas muy favorables que no están hoy y teníamos algo que es pecado mortal decir: la capacidad instalada de la conversión y la estabilidad de los 90. Hoy tampoco está. Y teníamos la posibilidad de salir del default, de empezar a ser normales. La verdad es que tuvimos tres o cuatro años espectaculares. De ninguna manera espero eso de la Argentina que viene. Si llegamos a un acuerdo de la deuda, la desconfianza va a ser menor, pero no espero un milagro argentino mientras predominen las ideas que la gente vota, es así. No he perdido la esperanza, pero ha disminuido. Es difícil que recuperemos en 2021, 2022 y 2023 lo que perdimos en 2020, sin contar lo que ya venía de los años precedentes.

—En el último reportaje que le hice, en el año 2008, usted dijo que teníamos el mismo producto bruto que en 1998. Antes del coronavirus teníamos el mismo producto bruto que en 2008 y que en 1998. ¿Usted prevé que recién en 2024 recuperaremos el producto bruto del 98?

—Es lo más probable. Tenemos chance de recuperar porque hay capacidad ociosa y hay sin duda una política fiscal expansiva que hace lo que tiene que hacer con los vulnerables, y trata, pero por ahora no puede, de conseguir que las empresas no cierren o que sigan pagando salarios. Pero a menos que las crisis nos haga reaccionar, la recuperación será muy diferente que la previa a 2005.

ENTREVISTA FONTEVECCHIA BRODA 2020 04 17

—¿La crisis global es peor que la de 2008? ¿Superior a la crisis asiática de 1998, a la del petróleo de los años 70? ¿O hay que remontarse a 1929 para encontrar algo parecido?

—El consenso es que es notablemente superior a la crisis financiera de 2008. Y los dos primeros trimestres de este año son de caída para el PBI mundial mayores que los dos primeros trimestres de la gran recesión. Yo creo que va a ser más corto que la caída de gran recesión por tres razones. La primera es que se ha obrado mucho más rápidamente. Si se la compara con la crisis anterior, la recesión de Estados Unidos empezó en 2008, el plan de salvataje o programa fiscal de Obama fue sancionado en febrero de 2009, 13 meses más tarde. Acá la recesión empezó en marzo, aunque la economía ya venía vulnerable en el cuarto trimestre del año pasado, y en un mes se aprobó un programa en Estados Unidos tres veces y medio más grande que el de Obama. La reacción de los Bancos Centrales es igual. Es terriblemente más veloz que en el pasado. Si se domina al virus, y ya hay países que parecerían estar haciéndolo, podría ser una recesión más corta, más profunda pero más corta. Seguramente se saldrá con menos globalización, más gobiernos nacionales y populares. La reacción de los Bancos Centrales fue rápida: inundaron de liquidez el mundo. No solo están comprando bonos soberanos, sino que compran bonos corporativos y algunos se sospecha que también acciones. Además, no soy un experto en cuestiones médicas, pero el pánico de hoy no es consistente con los tres o cuatro experimentos que se están haciendo en el mundo donde hubo una masiva infección. Lo demuestran ciudades alemanas, Boston, algunas zonas de Nueva York. El pánico de hoy es menor a lo que realmente sucederá. Claro que no se trata de minimizar la profundidad de la recesión de corto plazo. Además, se han estado probando una serie de cosas muy importantes, como que los chicos no contagian, como que hay un número muy pequeño de infectados de grado grave, Las experiencias que hay son determinantes sobre el rol que tiene aislar a los infectados. Diría que también hay algo positivo en que hay avances en drogas. La vacuna va a demorar un año, un año y medio, pero hay avances en drogas que pueden hacer que haya un mayor porcentaje de recuperación del infectado. Tengo una visión mucho menos pesimista que la que tenía a fin de enero.

Miguel Angel Broda: "Espero que podamos evitar la hiperinflación"

—¿Usted es más optimista sobre la recuperación global que sobre lo que puede suceder en Argentina?

—Con enorme incertidumbre, diría que sí. El mundo descontó muchos trimestres de caída del PBI. Y con relación a Argentina, no creo que sea peor que el consenso. También tenemos un ejercicio que da cinco y medio de caída si el 26 de abril liberan la cuarentena teniendo en cuenta los tests con que se cuente para liberar zonas muy densas y con muchas infecciones y liberar más actividades de las que se está pensando, donde cada vez que usted entra en una fábrica le tiene que hacer un test, y la verdad es que hay que hacerlo, lo están haciendo algunas provincias. Espero que el escenario básico nuestro que da siete y medio de caída sea exagerado, pero la verdad es que veo al conjunto de mis colegas alrededor de esos números (hay algunos que hablan del 10%). Una verdad también es que no recuerdo una incertidumbre tan grande con relación a lo que puede pasar.

—Si el país pasa a una etapa de cuarentenas parciales que vayan liberando fuerza de trabajo, y al mismo tiempo se sale exitosamente de la renegociación de la deuda externa, el producto bruto de la Argentina podría caer 5%, mientras que si ninguna de estas dos situaciones se produce, tenemos default y se prolongan las cuarentenas, podría caer un 10%. ¿Es una síntesis razonable?

—Agregaría una tercera condición. Argentina necesita sí o sí un consejo económico de emergencia, en el mismo pie de igualdad con el talento que hoy tiene el consejo experto en epidemias. Se necesita con urgencia definir un programa porque no tenemos muchas balas para usar en el intento de incrementar el déficit fiscal o evitar una aceleración de la recesión, que sería una hiperinflación, porque si encima de todo esto aceleramos la caída va a ser muy difícil evitar el conflicto social.

—¿Hay algo que no le haya preguntado que usted quiera agregar?

—Hay que poner el énfasis en que hoy hay que dejar de lado las ideologías. Hoy es un tiempo en el que se necesita del Estado, y hay que hacer todo para maximizar la eficiencia de cada peso, porque es muy difícil extraer recursos reales a la demanda de dinero local en un país bimonetario.

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