POLICIA

Crimen de Susana Leiva: sospechan que el portero tuvo un cómplice

La querella supone que alguien pudo colaborar en hacer desaparecer el cuerpo de la mujer.

"No quería que las cosas lleguen adonde habían llegado", le dijo Alberto Ponce, marido de Leiva, a la policía según dijo el abogado denunciante.
| Cedoc

Luego de que trascendiera que el portero Alberto Ponce habría confesado que mató a su esposa Susana Leiva, aunque hoy se negó a declarar, se supo que la querella sospecha que habría tenido la complicidad de algún familiar u ocupante de la vivienda familiar, en la localidad bonaerense de Temperley.

"No descarto que haya más de un autor (material) y podría haber alguien que haya colaborado en hacer desaparecer el cuerpo", dijo este mediodía a la prensa el abogado Jorge Monastersky y confirmó que "hoy" será la indagatoria de Ponce en la UFI 3 de Lomas de Zamora.

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Explicó que sus sospechas se fundan en que Leiva "tenía la cara muy golpeada y especialmente en un ojo y a la altura de la pera" por lo que, añadió, "es imposible que nadie de la familia haya oído nada". Y agreó: "Le pedimos al fiscal que cite a declarar a todos los ocupantes de la casa".

Monastersky detalló que el portero "primero la habría golpeado" a la empleada doméstica de 38 años y luego, "según una versión, le produjo cuatro lesiones punzantes", para finalmente "terminar con su vida ahorcándola", informó DyN.

Ponce habría confesado implícitamente ante los policías que lo detuvieron ser el responsable del crimen de su mujer, cuyo cadáver fue encontrado el martes en el fondo del pozo ciego de la casa en que vivían, en Temperley. Pero hoy, se negó a declarar ante el fiscal de Lomas de Zamora Héctor Toneguzzo.

Mientras, se espera el informe médico para confirmar si los rasguños que presentaba en las manos al momento de su detención podrían haber sido signos de defensa de la víctima.

Una vez que tenga ese escenario, el fiscal decidirá qué otros testimonios recolecta en el expediente, indicaron las fuentes consultadas.

Susana Leiva era madre de un niño de año y medio con Ponce, además de otro de 10 años de un esposo anterior.

Alberto Ponce, su marido, había dado diferentes entrevistas televisivas diciendo que la mujer estaba desaparecida desde el viernes, que confiaba en su regreso y que no podía salir a buscarla para no dejar solo al bebé que cuidaba.

Ponce fue interrogado por la desaparición de su esposa el martes pasado y, el miércoles por la mañana desapareció de su casa sin avisar a su familia y dejando al bebé solo. De inmediato, el fiscal ordenó diligencias en la casa y, con ayuda de un perro rastreador, se detectó el cadáver de Leiva en el pozo ciego de la vivienda.