Esperaban agazapados entre los pastizales cuando, por fin, escucharon el motor. La avioneta Cessna comenzó a descender y tocó el suelo. Los policías salieron de su escondite y sorprendieron a los narcos que se disponían a traspasar los más de 300 ladrillos de marihuana desde la aeronave a una pick-up Chevrolet S10 que aguardaba en tierra, un campo de la localidad de Colonia Avellaneda, a unos 20 minutos de distancia de la ciudad de Paraná.
El piloto logró escapar a la carrera pero sus cómplices, entre ellos el dueño del predio, fueron atrapados. No fue suerte. El hallazgo de la droga fue el nudo de una investigación que podría conectar los puntos entre las complicidades del poder político de Paraná con una poderosa estructura narcocriminal local. A partir de ese momento, el domingo 28 de mayo último, se desencadenaron múltiples allanamientos y las detenciones que parecen no tener freno.
Los efectivos de la Policía Federal Argentina (PFA) en la capital entrerriana, al mando de Gustavo Vincenti, que participaron en el operativo “Papá Noel”, y el juez Leandro Ríos habían aguardado por mucho tiempo el aterrizaje de la narcoavioneta. Horas de escuchas telefónicas, seguimientos y otras acciones de rutina les permitieron dar con la entrega de la droga, una maniobra que habría sido orquestada desde prisión por Daniel “Tavi” Celis, presunto capo narco de larga trayectoria en la zona, y continuada por su hermano Miguel Angel “Titi” Celis, también ubicado en el vértice de la pirámide de la organización.
Fuentes del caso indicaron a PERFIL que los roles de la organización fueron determinados y sus miembros identificados.
La causa judicial comenzó a tomar forma en agosto de 2015, luego de que el periodista Daniel Enz denunciara, en la tapa del semanario Análisis, los nexos del narcotráfico con el gobierno provincial y municipal. Y, pese a que la prensa daba cuenta del vínculo entre el actual intendente Sergio Varisco y Tavi Celis desde 2010, el resultado del operativo y las detenciones de empleados municipales recién este año provocaron tal conmoción en la ciudad que existe una guardia periodística permanente en la dependencia de la PFA.
Audios y amenazas. Incluso volvió a tomar relevancia el audio y la transcripción de una conversación telefónica, difundida en Facebook y publicada por la prensa, entre uno de los abogados del jefe narco, Hugo Gemelli, y Marcelo Fabián Alvarez, ex director de Ambiente Sustentable municipal.
En el diálogo, el abogado le transmite a su interlocutor el enojo de Celis con Varisco por una presunta “traición” por parte del intendente. “Va a correr mucha sangre”, le anticipa y reclama que Celis “puso mucha guita”, según se cree, en la campaña del actual jefe comunal que ganó la elección bajo el signo de Cambiemos.
La comunicación está incorporada como prueba en el expediente, aunque la Justicia ordenó a la red social bloquear la publicación del usuario Limpiemos de Narcos la Municipalidad, del 12 de marzo pasado, y prohibió a los medios reproducirla.
Dinero sucio. Una de las sospechas que suenan con fuerza en Paraná es que el narco habría financiado al intendente. Incluso fue Enz quien, en sus notas y en su libro Los hijos del narco (publicado en mayo de 2015), dio cuenta de que la relación entre ambos “no es reciente, sino desde por lo menos 2010”, cuando Varisco perdió la elección ante Blanca Osuna.
Según consignó el periodista, Celis, que se escudaba bajo el traje de “militante”, “le prestó 100 mil pesos para la campaña”. Años más tarde, “Varisco lo fue a ver personalmente a su domicilio y lo convenció de que volviera a trabajar en la campaña de 2015, para ‘recuperar’ el municipio”.
Dos días antes fue detenido el director de la Unidad Municipal 2 Oeste de Paraná, Hernán Rivero, tras la declaración como testigo del concejal Pablo Hernández que fue sucedida por varios allanamientos en Paraná y en San Benito, donde el escándalo también roza al actual intendente por la detención de Luis Orlando Céparo, empleado del campo donde descendió la avioneta y ex candidato a concejal de Exequiel Donda.
Según las pesquisas, Rivero, a cargo de las zonas más importantes de la ciudad, habría puesto a disposición del narco los recursos municipales para el transporte, la distribución y la venta de drogas.
Su segundo, Miguel “Cebolla” Leguizamón –un hombre que crió a los hermanos Celis– había sido apresado en el primer procedimiento, al igual que Cristián Silva, otro empleado municipal.
