La abogada del joven narco que intentaron liberar de la comisaría de San Justo hace cinco días quedó detenida. Leticia Tortosa salió esposada de su casa del barrio porteño de Mataderos acusada de encubrimiento e intento de homicidio. Le adjudican haberle entregado a su cliente un celular con el que se planificó, desde adentro de la seccional, la frustrada fuga, por la que resultó malherida una de las policías que resistieron la embestida.
Tortosa tiene 38 años y forma parte del Colegio de Abogados de Morón. Es la defensora de Leandro Aranda, detenido en la comisaría de San Justo por el crimen de un narco que supuestamente se quedó con 70 kilos de cocaína. Según publica en su perfil laboral, recibió un “premio al mérito académico otorgado por el Colegio de Abogados de Morón” y fue una gran alumna: “Finalización de carrera de grado en tres años con el mejor promedio universitario”, describe. También figuran sus cualidades: “Amplia experiencia en análisis y estrategia para resolución de litigios en lo civil y comercial. Capacidad de manejo y resolución de conflictos extrajudiciales”.
Pero ayer los galardones y la trayectoria perdieron importancia cuando Tortosa quedó del mismo lado que su defendido: tras las rejas. Por la mañana fue arrestada por efectivos de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de La Matanza en un domicilio de la calle Basualdo al 1800 del barrio porteño de Mataderos.
La sospecha de la fiscal de La Matanza que investiga el caso, Alejandra Núñez, es que habría sido la abogada quien, durante una visita en la Seccional 1ª de San Justo, llevó oculto y le entregó a Aranda el smartphone que le fue secuestrado y donde se encontraron distintos mensajes preparativos del intento de rescate.
Según las fuentes, uno de los detenidos que compartían calabozo con Aranda les habría dicho a los investigadores que fue la abogada quien entró el celular oculto “entre sus partes íntimas” y se lo dio al hombre que está preso por homicidio y al que intentaron rescatar.
El testimonio fue corroborado con el registro de visitas de detenidos de la comisaría, donde consta que el día que Tortosa fue a ver a su cliente a la seccional se produjo la primera comunicación entre el celular de Aranda y el de su novia, Zahira Ludmila Bustamante (19), detenida como presunta organizadora del ataque.
Por esa maniobra de entrega del celular, algo que favoreció el plan criminal que tenía la banda, la fiscal de La Matanza imputó a la abogada Tortosa como partícipe de la tentativa de homicidio agravada de la que resultó víctima la sargento Rocío Alejandra Villarreal (25).
El futuro de la oficial es incierto
“Doctor, no se preocupe, lo importante es que estoy”. Esa fue la frase que le dijo la oficial Rocío Villarreal al director del Centro Médico Fitz Roy donde está internada desde el lunes pasado.
En un nuevo parte médico, el director del Centro Médico Fitz Roy Mario Schusterhoof, dijo que “el estado de salud es muy bueno”, aunque aclaró que “el futuro es incierto”. “Estuve una hora con ella y me dijo una frase que es para destacar: ‘Doctor, no se preocupe, lo importante es que estoy’. Y eso nos llena de orgullo y satisfacción y nos da esperanza hacia el futuro”, indicó. Schusterhoof indicó que “el estado de salud es muy bueno, excelente. El posoperatorio también. Siente algo de dolor, está con analgésicos. Comienza con dieta por boca. No requirió absolutamente nada más que eso. Los parámetros están normales. Por supuesto, sigue el tema de la médula”. Además detalló: “Se le habló, se le explicó que el futuro es incierto y se le comunicó que iba a ser un larguísimo tratamiento, con mucho, mucho esfuerzo. Yo estoy asombrado de cómo recibió todo esto, lo bien que se encuentra. Me agarró la mano, nos agradeció a todos”.
La policía fue sometida este jueves a una nueva operación. Le hicieron una “limpieza” de la columna y revisaron si tiene algún compromiso en la médula, ya que sus piernas siguen sin responder a los estímulos.