POLITICA

Quiénes son los "liberales libertarios" que debutan en las elecciones

El Partido Liberal Libertario apunta a tener cinco diputados para defender el liberalismo civil y económico en el Congreso. Sus propuestas e ideales. Diferencias con el neoliberalismo.

El Partido Liberal Libertario, en campaña.
| Cedoc

“Las quejas de la gente, muchas veces son argumentos netamente liberales, sólo que no lo saben”, afirma Gonzalo Blousson, un desarrollador de software autónomo de 34 años, padre primerizo y primer candidato a Legislador de la Ciudad de Buenos Aires del Partido Liberal Libertario. Belén Marty, una Licenciada en Comunicación de 27 años con un pasado que la llevó a Nueva York, Dubai y Jordania, agrega que  “la libertad viene de la mano de una gran responsabilidad, que es hacerse cargo de las decisiones que uno toma.” Ella es la segunda de la lista, seguida por Franco Amati, administrador de sistemas que, al igual que sus compañeros, dedica su tiempo libre a militar por un partido que, además de estrenarse electoralmente este domingo, sostiene ideas que en Argentina parecieran ser extrañas.

-¿Qué es ser liberal y libertario en Argentina?
Gonzalo Blousson: Es defender las libertades civiles y económicas, siempre y en todos los ámbitos. El único límite es el derecho del otro, la vida, la propiedad, la libertad. El liberal entiende que todos somos distintos, y que esa es la gracia de la sociedad. Cada uno tiene valoraciones distintas y si las decisiones no las toma uno, otro las tomará por nosotros.
Franco Amati: Que cada persona pueda seguir su plan de vida como desee mientras no viole los derechos de terceros. Decidir si querés pagar para ver un partido, o si querés fumar, o no, un porro en tu habitación. Que no te digan qué podés y que no con tu propia vida, mientras deciden en que gastar tu plata sin consultarte.
Belén Marty: Que las decisiones sean propias. Reducir el tamaño del Estado ayuda a que tus decisiones no las tome un burócrata que no puede entender las necesidades de cada uno de los cuarenta millones de argentinos.

-¿Cómo llegaron al liberalismo?
FA: Yo no encajaba en ningún lado, ni izquieda, ni derecha. Leyendo, investigando, me dí cuenta que los que coincidían con mis ideas eran llamados “libertarians”.
BM: Hay que diferenciar lo que es liberalismo como principio. La libertad es un derecho inalienable de las personas. En las sociedades donde hay mayores libertades, hay mayor prosperidad. Yo fui comunista hasta que me di cuenta que no se correspondía con mis principios. Lo básico de la sociedad es el respeto por la propiedad privada.
GB: Uno nace liberal. La sensación de propiedad es nata. Las primeras reglas de la infancia es que lo de uno es propio y que se presta, pero no se quita. No pegar, no robar, pedir permiso. Y esas son las reglas que valen la pena sostener a lo largo de la vida.

-¿Cómo encajan en un país que cree que el liberalismo es culpable de la crisis de 2001?
GB: Queremos marcar qué es liberalismo. Carlos Menem y Martínez de Hoz no fueron liberales pero había que echarle la culpa a alguien. Fue liberal en algunas cosas, como la supresión del servicio militar obligatorio, pero no mucho más. La UCeDé tenía un gran componente conservador, más que liberal. Es importante recuperar el uso del lenguaje. Cuando digo liberal hablo de las ideas sobre las que se fundó la Argentina, las de Alberdi, las que hicieron que nuestros abuelos vinieran a esta tierra.
FA: Ningún político se autodefinió como liberal y, al no haber etiquetas, es fácil echarle la culpa a una ideología. Fijar el tipo cambiario no es liberal, como tampoco lo es el aumento del IVA ni la generación de monopolios privados.
BM: Es importante entender que civil y económicamente, el país nació liberal. Así es nuestra Constitución. Se critica al liberalismo pero nadie explica porqué está bien todos subsidiemos a una aerolínea, cuando los que viajan tienen poder adquisitivo para pagar cualquier empresa.

-Se acusa a los liberales de ser conservadores y de estar a favor de las políticas imperialistas.
FA: Mark Twain, liberal clásico, fundó la liga antiimperialista. El liberal no es intervencionista y promueve la libre inmigración. Respecto del conservadurismo, es fácil: estamos a favor del matrimonio igualitario y la despenalización del consumo de drogas.

-¿Cómo surgió armar un partido?
FA: Encontré un grupo en Facebook en el que querían armar un partido liberal. Me sumé y empezamos a reunirnos periódicamente para debatir qué partido queríamos formar que fue lo más difícil: definir qué queríamos, mentir y acortar camino hacia el poder, o convencer desde la sinceridad, un camino más lento.
GB: Nosotros estamos para cambiar la Argentina. Y se cambia desde abajo. Alberdi decía que “la libertad no es producto de un sablazo, sino que es un parto lento de la civilización”. Si no educás, vamos a seguir eligiendo mal. Pensamos que va a bajar un salvador y no es así. Actualmente, trabajamos para conseguir 4 mil afiliados que nos permita presentarnos para Diputados en 2015, mientras crecemos en cuatro distritos más, que son las provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y San Juan.

-¿Qué proyectos proponen para la Legislatura?
GB: Trabajamos mucho en diez áreas que van desde transporte hasta la publicidad oficial. Eliminar regulaciones, bajar impuestos, frenar al avance del gobierno sobre la economía, devolver derechos a la gente. En transporte no se necesitan subsidios, se necesita competencia para mejorar precios. En educación proponemos libertad educativa de contenidos y cambio de financiamiento. En la actualidad el presupuesto porteño equivale a 30 mil pesos por niño en edad escolar, incluyendo a los privados. Proponemos la implementación de un bono por esos 30 mil pesos y que cada padre elija la escuela para que haya competencia entre los colegios por captar ese presupuesto. Así les das el poder a los padres y a los colegios, que gestionarán mejor que los burócratas. Los números dan y en Suecia funciona desde 1992.
FA: Al que más beneficia es al que más lo necesita. El que puede pagar, elige el colegio que quiere. El que no, se tiene que conformar con el que le toca.
BM: También proponemos revisar minuciosamente cada partida presupuestaria, controlar si eran necesarias y si se cumplió en cada una de las áreas. Que tengan que explicar para qué quieren puntualmente y no que sean términos genéricos.
GB: También hay que solucionar la falta de generación de empleo de iniciativa privada. No hay más oferta en Buenos Aires porque emprender un negocio es una locura de requisitos. Te hacen la vida imposible, sumado a los altísimos impuestos tanto de Nación como de Ciudad. Podemos influir en la Ciudad para que vuelva a ser una Ciudad que genere trabajo. En Chile podés hacer una empresa en 48 horas, acá te lleva meses. Es importante ver qué hacen las sociedades que progresan. Ahí, los políticas se dedican a administrar lo público y punto.

-¿Qué es lo público para un liberal?
GB: El liberalismo clásico cree que la función primordial del Estado es brindar seguridad, justicia, salud, educación de calidad. La clave es empezar a entender que un negocio es algo privado y que el dueño es quien pone las reglas. Si alguien quiere poner un negocio que diga “acá se fuma”, ¿Por qué prohibirlo? A veces dicen que está bien que te cuiden porque después se gasta en salud pública. Con ese criterio hay que prohibir salir a la calle para evitar accidentes. Te dicen cuándo podés comprar alcohol para tomar en tu casa y te la tenés que bancar porque “el Estado te cuida".

-¿Qué perspectivas tienen a futuro?
GB: No queremos la presidencia en 2015. Queremos cinco diputados, mover el eje del debate, que cuando quieran aumentar ingresos brutos alguien pregunte cuántas empresas van a cerrar por pasar del 3 al 3,5. Sabemos que los legisladores del PRO o de UNEN van a ser mucho mejor legisladores si hay un liberal ahí.
BM: Lo importante es que hace mucho que no se habla de la libertad en Argentina. El debate político se va a enriquecer mucho si hay voces que pidan volver a nuestros valores fundacionales.

(*) Especial para Perfil.com.

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