La presidenta Cristina Fernández apeló hoy a la memoria política e introdujo en su mensaje en cadena nacional una mención indirecta al ex mandatario Raúl Alfonsín y a su discurso tras el levantamiento carapintada, cuando en abril de 1987 lanzó la estigmatizada frase "la casa está en orden, felices Pascuas". El simbolismo de la frase fue claro: Cristina puso en el mismo lugar a los carapintadas de Rico y Seineldín de aquellos años, con el campo actual.
La alusión de la Presidenta surgió cuando replicó las exhortaciones a su persona para que tenga "un gesto de estadista" y, tras preguntarse cómo sería asumir esa actitud, remarcó: "Podría decirles, entonces, después a todos los argentinos, el Gobierno y el campo están en orden. Feliz día de la Bandera"
"¿Ese sería un gesto de estadista? - se preguntó- Sería, tal vez, decirle a los sectores que más rentabilidad han tenido en los últimos tiempos, está bien, como durante 90 días cortaron caminos, hicieron lock-out patronal, no permitieron que otros argentinos trabajen, encarecieron productos, está bien hay mucho lío, quédense con todos y vamos a ver qué hacemos el resto de los argentinos", inició su reflexión la presidenta.
Y luego agregó: "Y lo pensé y digo, podría decirles, entonces, después a todos los argentinos, el Gobierno y el campo están en orden. Feliz día de la Bandera". El domingo de Pascuas de 1987, Alfonsín inmortalizó la frase "la Casa está en orden, Felices Pascuas", luego de referirse a los militares sublevados encabezados por Aldo Rico y Mohamed Seineldín, destacados como "héroes de Malvinas".
Lo hizo ante una plaza de Mayo colmada por una multitud que se había congregado para defender al gobierno constitucional ante la amenaza golpista originada para evitar el juzgamiento de los militares involucrados en violaciones a los derechos humanos. Alfonsín había ido en helicóptero hasta Campo de Mayo, donde se reunió con Rico, y luego de encuentro en el que nunca se conocieron los términos de la negociación, los sublevados depusieron su actitud, aunque meses después el gobierno impulsó la sanción en el Congreso de la ley Obediencia Debida, que completaba la de Punto final aprobada un año antes. "No me siento una estadista, me siento simplemente una Presidenta de la República", afirmó hoy Cristina Fernández.
Fuente: DYN