El gobierno nacional, a través de ministros y funcionarios de alto rango, salió a "bancar" la estrategia de endurecimiento de la cuarentena que anunció el viernes pasado el presidente Alberto Fernández para el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y si bien reconocieron el "cansancio" de la población ante una prórroga hasta el 17 de julio, reiteraron los argumentos a favor del aislamiento.
"Hasta los anticuarentena usan tapabocas", expresó con sarcasmo el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, uno de los primeros en defender el plan de acción del gobierno nacional. El jefe de ministros reconoció que hay “expresiones de cansancio” por la prolongación de la cuarentena que ayer cumplió con el día 100 y ya lleva más de 55 mil casos en todo el país, pero ratificó que el gobierno nacional está “dispuesto a pagar todos los costos políticos para salvar vidas”.
La reflexión de Cafiero tiene que ver con los reclamos que surgen desde la oposición y otros sectores del ámbito productivo, pymes y comerciantes para que se avance hacia una flexibilización de la cuarentena y no en sentido inverso, como se anunció el viernes. En ese contexto, Cafiero buscó superar la grieta entre quienes defienden y quienes condenan el aislamiento al indicar que “la sociedad argentina está acompañando las medidas que se están tomando y no necesariamente acompaña al Gobierno, sino que hay una responsabilidad familiar y social”.
En línea con el mensaje que adoptó el Presidente, el ministro de Salud, Ginés González García, reconoció que se trata de “medidas antipáticas, a nadie le gusta tomar este tipo de acciones, pero también es cierto que privilegiamos la vida y trabajamos mucho para evitar la cantidad de pérdidas que tienen otros países. Las economías se pueden recuperar, las vidas no”.
La nueva etapa de la cuarentena, que se pondrá en marcha el próximo miércoles hasta el 17 de julio contempla un simbólico regreso a la fase 1 en la Ciudad de Buenos Aires y 35 de los 40 municipios bonaerenses que integran el AMBA, ya que se volvió a pedir que la población se quede en los hogares pero se avaló la continuidad del trabajo de industrias que hayan sido autorizadas con el debido protocolo.
De acuerdo a lo anunciado, donde más se sentirán las restricciones será en el transporte, aunque no se bloqueará la tarjeta SUBE como se había barajado en alguna oportunidad. Precisamente, el ministro del área, Mario Meoni, explicó que “no queremos restringir que se use la SUBE para no dejar que nadie que tenga la necesidad deje de usar el transporte”.
Durante la nueva fase “solo podrán usar el transporte público los trabajadores de las 24 actividades consideradas esenciales”, aunque habrá “permisos especiales que durarán 24 horas” y otros para “personas que estén realizando un tratamiento médico”. Para Meoni el promedio razonable de pasajeros en AMBA debe ser de entre 660 y 730 mil personas por día, una cifra que requiere más restricciones ya que durante la semana el número de quienes tomaron transporte público rondó el millón de personas.
El gobernador bonaerense Axel Kicillof se subió a la estrategia oficial y difundió un spot cuyo eje central fue una de las frases que utilizó el viernes en el anuncio que compartió con el Presidente y con el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta: “Cuando esto pase y miremos atrás vamos a estar orgullosos del esfuerzo que hicimos”. La referencia de Kicillof estaba vinculada con que, este año, la provincia de Buenos Aires cumple 200 años de su fundación y en cómo iba a ser recordado en el futuro: por un lado, con “tristeza por las pérdidas y los problemas económicos” pero también “orgullosos” por el largo camino recorrido para combatir el coronavirus.
En el mensaje que se transmitió por redes sociales, el gobernador insistió con el pedido para “hacer un esfuerzo más” y “no correr riesgos”, en una diferencia semántica con el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós, que se había referido al “último esfuerzo”, pese a que aún no se puede certificar que no vendrán más desafíos para una población a la que cada vez le cuesta más el encierro. El video del gobierno bonaerense mezcla imágenes de personas haciendo “codito” a modo de salud, mesas limpiándose con alcohol y otras vinculadas al lavado de manos, que finalizan con el hashtag “Quedate en casa”.
Su vicegobernadora, Verónica Magario, también subrayó que “la cuarentena estricta es la mejor decisión para que no colapse el sistema sanitario”, otro de los justificativos del oficialismo para sostener su estrategia y evitar la sobrecarga de los hospitales ante la alta demanda. La ex intendenta de La Matanza explicó que “la realidad de la Ciudad no se separa de la realidad del Conurbano, la semana pasada hubo un crecimiento de casos y comenzó a aumentar el uso de las camas”, dijo para dar por superada la diferencia de visiones entre ambos distritos separados por la General Paz.
La mayor parte del país seguirá en fase 4 o avanzará a la 5
Con la excepción de la Ciudad de Buenos Aires, 35 municipios del conurbano bonaerense y la provincia de Chaco, el resto del país logró dar un paso adelante en la flexibilización de la cuarentena con el pase a las fases 4 y 5 de acuerdo a los registros de contagios de las últimas semanas. En la provincia de Buenos Aires, permanecerán en la fase 4 de reapertura progresiva los que hayan registrado contagios en los últimos 21 días, mientras que los que no los hayan tenido estarán en la última etapa del sistema establecido por el Gobierno, entre los que figuran los balnearios de la Costa Atlántica como Villa Gesell y el Partido de la Costa. Otras provincias como Santa Fe y Córdoba se mantienen en la fase 4 de aislamiento, con reuniones familiares, algunas actividades deportivas y el sector gastronómico, que contribuyen a la reactivación de la economía de manera paulatina.