Jaqueado por las constantes denuncias de corrupción de las últimas semanas, el intendente de Córdoba, Ramón Mestre decidió pedirle la renuncia a todos sus funcionarios en una medida que puede ser considerada histórica.
En el comunicado oficial que emitió la Municipalidad capitalina se aclara que la decisión alcanza a todos los funcionarios con "excepto al Secretario General, Alberto Giménez, quien quedará cargo de todas las secretarías".
"Durante el fin de semana analizará distintas alternativas para el rearmado de su equipo y el próximo lunes, Mestre tomará juramento y pondrá en funciones a los nuevos integrantes de su gobierno", completa el comunicado.
Por la tarde el rumor era inminente de cambios en el gabinete, y se hablaba de al menos tres funcionarios como los señalados para abandonar sus cargos, pero la medida fue mucho más drástica y se enmarca en la necesidad de Mestre de mejorar su imagen en los 20 meses de gestión que le quedan, y llegar bien parado al 2015, donde podría aspirar a la gobernación de la provincia.
El pedido de cambio era solicitado con urgencia por parte de dirigentes de la propia Unión Cívica Radical, partido al que Mestre representa, así como dirigentes opositores, quienes se mostraron sorprendidos por las vinculaciones del actual intendente.
Denuncias. La decisión de Mestre se da tras varias denuncias de corrupción contra funcionarios muy cercanos a su persona. Cobro de coimas y vínculos con la extinta financiera CBI; recepción de dádivas de parte de la empresa de transporte correntina Ersa, y “negociados” de funcionarios prestando servicios dentro de la propia Municipalidad fueron algunas de las acusaciones que debió soportar la gestión Mestre en las últimas semanas, a poco más de dos años de haber asumido como mandamás capitalino. El lunes comienza un nuevo capítulo.
(*) Especial para Perfil.com