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¿Jugada brillante o nuevo error?

Alberto Fernández y Cristina Kirchner en su primer acto como candidatos en Merlo.
Alberto Fernández y Cristina Kirchner en su primer acto como candidatos en Merlo. | Noticias Argentinas

Deeprak Chopra, el líder espiritual seguidor de Krishnamurti, sostenía que la realidad es un fenómeno de la percepción. También las neurociencias señalan que lo que vemos no necesariamente es algo objetivo que está ahí afuera, sino que también es producto de una construcción de nuestro cerebro.

Dada esta contaminación, hay que tener cuidado antes de juzgar algunas decisiones; ya sean éstas el resultado de lucubraciones individuales o de intercambios grupales. Sobre todo en política, donde es fuerte el impacto de Fake News, de hechos distorsionados (“alternative facts”) y de lo que Harari llama intersubjetividad (“Si somos tantos los que creemos lo mismo…”).

Lo que para unos es un evidente hecho de corrupción, para otros es un evidente caso de persecución política; y todos se indignan porque los del otro lado no quieren ver esa realidad única y objetiva. Lo “evidente” termina siendo “lo que quiero aceptar”.

Además, en tiempos electorales, acciones malintencionadas, entorpecen aún más la comprensión de esa realidad de por sí, “no objetiva”. Cito a Vargas Llosa en El Héroe Discreto “Los hechos desaparecían bajo un chisporroteo frenético de exageraciones, invenciones, chismografías, calumnias y vilezas, donde parecía salir a flote toda la maldad, la incultura, las perversiones, resentimientos, rencores y complejos de la gente.” No, no se refiere a la Argentina, habla de Piura en Perú: pero –aceptémoslo– ese sayo nos cabe.

Así, Boudou es un héroe que eliminó las AFJP o un estafador que quiso quedarse con Ciccone. Manzanares confirma lo robado o miente presionado por el fiscal. El juez probo es Bonadio y no Ramos Padilla… o al revés. Todo aparece como un gran enchastre de certezas enfrentadas. ¿Qué hacer entonces ante tanta confusión?

En función de los resultados obtenidos, hoy es fácil cuestionar las candidaturas de Aníbal Fernández y Zannini. Pero… ¿cómo evaluar la designación de Aníbal Fernández y Axel Kicillof sin conocer los resultados? Revisar aciertos y errores pasados es una posibilidad. Si se han logrado buenos resultados hasta con decisiones que parecían reñidas con la realidad que algunos estaban viendo, se puede confiar; pero si en el pasado hubo varios fracasos… Otra opción es comparar la coherencia de la decisión con las ideas previas. Si un ferviente garantista pasa a apoyar la pena de muerte; o si se pasa de una prédica activa a favor del gatillo fácil a rechazar la baja en la edad de imputabilidad; parecería indispensable conocer la real justificación de semejante voltereta.

En este sentido, quien tiene un rol protagónico en el armado del Frente de Todos, ha mostrado algunos cambios significativos. En su libro Sinceramente defiende a su actual aliado: “Es como cuando dicen que el peronismo es golpista. ¿El peronismo golpista? A ver… cuando pasó lo de Alfonsín en 1989, ya había ganado las elecciones Menem, o sea, no era que Alfonsín se tuvo que ir. Solo se anticipó unos meses el traspaso de mando por la crisis de la hiperinflación”. Pero en 2012 refiriéndose a las traumáticas salidas de Alfonsín y De la Rúa, acusaba: “Es el manual de instrucciones políticas para saqueos, violencia y desestabilización de gobiernos… sectores políticos y fundamentalmente sectores del PJ… todos lo sabemos perfectamente…”.

Por lo que, evaluando antecedentes y coherencia, vale preguntarse si las candidaturas de Fernández y Kicillof producirán el resultado esperado. Difícil contestarlo hoy.

 

*Lic. en Administración de Empresas. Aliado estratégico.