Publicado el 29 de diciembre en la edición impresa del Diario PERFIL.
El fiscal federal Guillermo Marijuan envió a juicio oral a Amado Boudou, a Ricardo Jaime, a Felisa Miceli y a Romina Picolotti. Pidió la indagatoria de su propia jefa, Alejandra Gils Carbó, y allanó el Ministerio Público Fiscal. Esta semana pidió la indagatoria de Lázaro Báez por presunto lavado de dinero.
—¿Por qué tiene tan mala relación con Gils Carbó?
—No la conozco. Cuando fue designada, me ilusioné porque era una persona con trayectoria y sobrados antecedentes. Pero hay muchas cosas con las que no estoy de acuerdo, como la discriminación que están sufriendo mis empleados sólo por el hecho de ser mis empleados. Hay algún tipo de encono personal conmigo y no los nombran en el cargo. Tampoco estoy de acuerdo con que haya unidades fiscales que investiguen sólo a ciertos grupos de opinión pública y grupos económicos. La persecución a Campagnoli me pareció lamentable.
—¿La Procelac, el grupo a cargo del fiscal Carlos Gonella, no investiga a todos por igual?
—Atiende temas que sólo afectan a un grupo. Se ve en la actuación que le cupo en la causa de Lázaro Báez y ves que las denuncias están dirigidas hacia un sector. En las grandes causas contra funcionarios públicos no interviene. Con ese antecedente es muy difícil que los convoque.
—Gils Carbó dice que Gonella es perseguido por investigar a las corporaciones...
—Nadie se levanta pensando en qué mal le podemos hacer al doctor Gonella. Si no hubieran hecho determinadas cosas, no existirían las denuncias que afronta. No hay una reunión de fiscales o jueces para hacerle daño a nadie.
—¿Qué opina de Justicia Legítima?
—No sé de qué se trata Justicia Legítima. No sé si es un club... Yo soy de Racing. Pero jamás puede haber un presupuesto en el que el Ministerio Público acompañe las políticas del Poder Ejecutivo, sea ejercido por quien sea. Está fuera de discusión. Es agraviante al Ministerio Público. Justicia Legítima tiene como uno de sus presupuestos acompañar las políticas del Ejecutivo y eso nunca va a poder ser compatible. Cuando pedí la declaración indagatoria de Guillermo Moreno por supuestas amenazas en una asamblea de Papel Prensa, un fiscal general que participa de este grupo me dijo que yo era un loco, qué cómo había hecho eso en contra del Ejecutivo, que la persona imputada (Moreno) era prácticamente un héroe. Esas valoraciones no las puede hacer un fiscal. Que haya una investigación contra Papel Prensa, bienvenido sea, y que llegue hasta las últimas consecuencias, pero que por eso se justifique cualquier cosa está mal. Es fanatismo.
—¿Cree que se va a avanzar contra la corrupción en los tribunales?
—La corrupción es un cáncer que vamos a tardar varios años en extirpar. Necesitamos buenos equipos de investigación y de control del Estado. Además de cambios culturales y educacionales. La corrupción llega a niveles insospechados.
—¿La Justicia maneja los tiempos políticos?
—No veo un manejo político de causas, veo una difusión de las investigaciones y de las denuncias contra funcionarios. Eso sí, ahora no pueden esquivar los bultos porque tienen las denuncias.
—Es amigo de Sergio Massa. ¿Se puede ser amigo de un político e investigar al poder político?
—Lo conocí a propósito de su gestión en la Anses. Se generó un vínculo y me llamó mucho la atención por la predisposición que tuvo durante la investigación que hicimos sobre planes sociales. Jamás me vino a pedir que se deje de mirar la lista de una intendencia en particular, aunque sé que lo han vuelto loco por la investigación que hacíamos porque se pudo depurar el padrón de punteros políticos y de empleados públicos. Se generó un vínculo de amistad, pero ahora hace meses que no lo veo. Hemos hablado por teléfono por algún hecho puntual.
—Si Massa fuera presidente, ¿trabajaría con él?
—Las vueltas de la vida por ahí nos unen nuevamente.
—¿Si le tocara investigarlo?
—Puede darse algún caso en el que me tenga que excusar.
—¿Cómo avanza la causa contra Báez?
—Creo que hay que orientar la investigación hacia algunos aspectos que todavía tienen que ser tratados. Más allá de si ese fallo puede ser o no interpretado como una crítica, cierto sector de la opinión pública ha tratado muy injustamente al juez Casanello con ese mote de “tortuga”. Muy por el contrario, creo que se ha esforzado muchísimo. Tiene muchas cosas por hacer y jamás me ha parecido que no quiera hacerlas. Para eso también estoy yo, y las críticas que recibe él las tendría que recibir yo. A veces las investigaciones judiciales no van de la mano con la ansiedad que tienen algunos. Hacemos todo lo posible para cumplir con nuestras metas. La indagatoria es por un hecho que revelamos con Casanello, que es la compra de un campo en Mendoza. Creo que están dadas las condiciones para poder ahondar en ese sentido.