En la apertura de sesiones ordinarias legislativas, la vicepresidenta Cristina Kirchner abrió la Asamblea Legislativa y le dio paso al discurso de Alberto Fernández. Su rostro "desnudo" por no utilizar barbijo durante la intervención del mandatario mostró sus gestos en los diferentes temas referidos a la gestión.
La sonrisa, la indiferencia. la impaciencia, el asentimiento y el reto fueron algunos de los gestos de Cristina Kirchner que marcaron el discurso del jefe de Estado en la apertura de sesiones ordinarias.
Sonrisa
Cuando el presidente Alberto Fernández se refirió al manejo de la crisis ocasionada por la pandemia y a la gestión sanitaria luego de decretarse el aislamiento preventivo (ASPO), Cristina Fernández miró al mandatario sonriente y compartía el gesto con la audiencia.
La última vez que había hablado públicamente fue en La Plata, en donde pidió por una reforma integral del sistema sanitario en el país: "Creo que los dos desafíos más grandes que vamos a tener en este año que empieza, además de un formidable plan de vacunación, es repensar todo el sistema de salud en la República Argentina", había dicho Cristina Kirchner en el acto de fin de año durante el cual se mostró, también sin barbijo, junto al presidente, el jefe de Gabinete Santiago Cafiero y al gobernador bonaerense Axel Kicillof.
La indiferencia
El presidente Alberto Fernández lamentó el rol de la oposición durante el 2020 frente a la pandemia de Covid-19 y expresó que "cualquier pretexto fue motivo para convocar banderazos" con el objetivo de "deteriorar la credibildad de un gobierno convencido de preservar la salud del pueblo".
En ese momento, la vicepresidenta levantó las cejas y, sin mirar al mandatario, apretó los labios. Fernández condenó los dichos de ciertos referentes de Juntos por el Cambio acerca de una "infectadura" y las críticas sobre la vacuna producida por el instituto Gamaleya, que desarrolló la Sputnik V. "Nos acusaron de envenenar a la población", apuntó Alberto Fernández.
La impaciencia
Durante la apertura de sesiones ordinarias, el presidente Alberto Fernández anunció la instrucción a su equipo para presentar una denuncia penal por el endeudamiento "criminal" que llevó adelante el gobierno de Mauricio Macri con el FMI.
La vicepresidenta hizo un tamborileo sobre la mesa en donde estaban sus hojas. Movió los dedos impacientemente mientras el jefe de Estado pronunciaba estas palabras: "Nos hemos enterado además que hay ocho expedientes en el FMI para investigar las responsabilidades de quienes tomaron la deuda", fue la advertencia de Alberto Fernández.
Además, levantó la mirada para observar la línea de lo que decía Alberto Fernández, cuando se refirió a la crisis del 2018, durante la gestión de Mauricio Macri, y el préstamo que se le pidió al Fondo Monetario Internacional.
El asentimiento
"La Justicia está en crisis", dijo Alberto Fernández sobre el Poder Judicial en la apertura de sesiones, mientras Cristina Kirchner movía la cabeza afirmativamente.
En diciembre pasado, la vicepresidenta había compartido un escrito en el que hacía un balance del primer año de gobierno de Alberto Fernández y dejó fuertes críticas contra la Corte Suprema de Justicia a quienes acusó de dirigir "el proceso de Lawfare" y "garantizar la impunidad a los funcionarios macristas".
En cada uno de los momentos la exmandataria asintió y miró a los legisladores que se encontraban en la Cámara baja y a los funcionarios que se ubicaron en los palcos.
El reto
El momento disruptivo del acto fue cuando la vicepresidenta contuvo a Alberto Fernández luego de que el mandatario se cruzara con Fernando Iglesias: "Tuvo cuatro años para hablar", le dijo el jefe de Estado al legislador.
Cristina Kirchner tomó el brazo del presidente y lo calmó. Alberto Fernández lanzaba duras críticas a la administración de su antecesor Mauricio Macri, y frenó su elocución para responderle al diputado opositor, que le gritaba desde su banca.
CI
