“El recorte que viene va a ser feroz, muchos ministerios apenas van a tener para pagar sueldos, con lo cual deberían pasar a ser secretarías”. La cruda descripción de un funcionario con despacho en Casa Rosada lo dice todo: el recorte que implica bajar $ 200 mil millones del gasto público para 2019 supondrá una “carnicería” para el gabinete nacional.
Estas semanas serán determinantes: cada uno de los 21 ministros se reúne con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, para entregar sus planes de ajuste. El pánico que vienen sufriendo varios tiene asidero: es probable que muchos ministerios queden reducidos a gasto corriente. Los ajustes van del 25% al 40%, según el área.
Del total que se necesita ajustar, conforme al acuerdo con el FMI y bajo la hipótesis de alcanzar el 1,3% de reducción del déficit fiscal con respecto al PBI, unos $ 20 mil millones se ahorrarán tras el decreto que supuso el freno al ingreso de personal, reducción de viáticos y viajes oficiales. A ello se le agregan otros $ 19.800 millones con una serie de medidas a cargo del área de Modernización. Entre otras cuestiones, 32 mil empleados que se fueron desde diciembre de 2015, los expedientes electrónicos, reestructuración de cargos, movilidad interna, nuevo esquema de compras y contrataciones.
Ahora, se busca una poda grande en los 79 organismos descentralizados, que representan un 36% del gasto total y el 40% del gasto en personal. Los dos ejes centrales del recorte pasan por las obras públicas y los subsidios.
En el primer caso, el área de Vivienda y las obras viales están en la mira. También la infraestructura ferroviaria. Duro trabajo para una de las productoras de Mirtha Legrand que trabaja en el área. El sector energético tampoco prevé nuevas represas hidroeléctricas para los próximos años. Además, se espera que no haya obras nuevas. “Las que están empezadas queremos que no se frenen porque volver a ponerlas en marcha es mucho más costoso”, le dice a PERFIL una fuente del Palacio de Hacienda. Algunos se entusiasman con el sistema PPP.
Casos concretos. Medio Ambiente y Turismo quedarán expresados a la mínima expresión. Casi no administrarán personal. En el caso de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao viene batallando para no achicar el Conicet. La pelea no terminó: Jefatura de Gabinete le pidió un esfuerzo mayor y reducir el ingreso de nuevos becarios.
En Cultura, el ministro Pablo Avelluto podría achicar los subsidios al cine que da el Incaa hasta un 70%. En el área de Medios Públicos, Hernán Lombardi admitió en estos días que se viene una reestructuración grande tanto en la TV Pública como en Radio Nacional. Tras el revoleo en la agencia Télam, donde quedó en la calle un 40% de los empleados, una cifra similar se espera en la televisión y en la radio estatal. Eso dejó traslucir Lombardi a los funcionarios de Casa Rosada. “El gasto en el área social vamos a intentar no tocarlo”, adelantan fuentes oficiales.
Lopetegui-Quintana, sin lapicera
En la discusión por los recortes, quien lleva la voz cantante es el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Desde que fue ungido coordinador del gabinete económico, lleva adelante las reuniones con los ministros. En las últimas semanas, en tándem con Rogelio Frigerio (Interior), trabaja con los funcionarios que responden a los gobernadores. También dialoga con los ministros sobre sus propios recortes.
Sorprendidos se los vio a los vicejefes de Gabinete, Mario Quintana, y Gustavo Lopetegui, quienes venían trabajando con el esquema de ajustes desde el año pasado. Hoy Dujovne tiene la lapicera que supieron tener. Les quedan la voz y el oído de Marcos Peña y las reuniones de coordinación y seguimiento. Lopetegui fue el que más batalló en este sentido; mientras Quintana “inventó” la Reparación Histórica para jubilados, que terminó con el cambio en la fórmula de movilidad jubilatoria, de la que no pocos reniegan.