El papa Francisco designó hoy a monseñor Santiago Olivera, de 58 años, nuevo obispo castrense, cargo que estaba vacante desde 2007 a raíz del conflicto del gobierno kirchnerista con el Vaticano, informaron fuentes eclesiásticas.
La tensión Gobierno-Iglesia se desató en marzo de 2005 cuando Néstor Kirchner desconoció la autoridad de monseñor Antonio Baseotto como obispo castrense y pidió su remoción a la Santa Sede por una cita evangélica -"echar al mar" a quienes escandalicen a los niños- que interpretó como apología de los vuelos de la muerte de la dictadura militar.
Desde entonces para la gestión kirchnerista la sede militar estaba vacante, a pesar de que Baseotto continuó en el cargo hasta mayo de 2007, cuando el Vaticano aceptó la renuncia del prelado al alcanzar el límite de edad que establece el Código de Derecho Canónico.
Durante la gestión de Cristina Fernández, el gobierno intentó negociar con la Iglesia un cambio de status del obispado castrense, desde su eliminación hasta retrotraer el acuerdo bilateral a 1992, cuando se elevó esa jurisdicción eclesiástica de vicariato a obispado.
Monseñor Olivera se desempeñaba hasta hoy como obispo de Cruz del Eje, en la provincia de Córdoba, y fue el impulsor de la canonización del Cura Brochero y la beatificación de Mama Antula. También en la Conferencia Episcopal Argentina es presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación Social.
El obispado al que ahora fue designado alcanza a los fieles militares y civiles que pertenecen al Ejército, a la Armada, a la Fuerza Aérea, a la Gendarmería Nacional y a la Prefectura Naval, además del personal de los ministerios del área.