Como todos los años, Enrique “Pepe” Albistur eligió las selectas playas de Cariló para veranear con su joven y atractiva nueva novia, Victoria Tolosa Paz. Con ella comparte la nueva casa que el ex funcionario terminó de construir en el country Grand Bell, en la localidad de City Bell, cercana a La Plata.
Pero esta temporada de vacaciones, apartado de la función pública tras ser muy cuestionado por el ejercicio de “censura indirecta” a través de la pauta oficial, se lo vio bastante menos preocupado por su investidura como funcionario y mucho más relajado que otros años.
Sin embargo, el sábado pasado, mientras desayunaba junto a su chica en el pintoresco Café Innsbruck de Pinamar, sufrió uno de los primeros repudios públicos tras la cuestionada función que ejercía desde su despacho en la Casa Rosada, como secretario de Medios.
“Ladrón”, le gritó un turista de su edad –Pepe tiene 63–. Sin quedarse en el molde, Pepe se levantó, enojado, prepoteó al agresor verbal y se trenzaron a los empujones. Mientras se propinaban algunos trompazos, los presentes miraban la escena callados, con la tacita de café en la mano.