"La verdad triunfó", fue el grito de victoria de la joven que denunció hace más de tres años al entonces diputado nacional José "Mellizo" Orellana por abuso sexual.
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo criminal y correccional decretó el procesamiento del ex legislador y actual intendente de la localidad tucumana de Famaillá por "considerarlo autor penalmente responsable del delito de abuso sexual" y ahora irá a juicio oral para determinar su responsabilidad, luego de haber sido sobreseído en primera instancia.
La novedad cobra relevancia mientras que el senador José Alperovich, oriundo de la misma provincia, se encuentra con licencia mientras enfrenta un proceso similar por supuesto abuso sexual contra una empleada del Senado.
En el 90% de los casos, el abusador es masculino, de la familia o una figura representativa
En noviembre de 2016, Agustina Poch trabajaba como secretaria de la ex diputada nacional por el socialismo Gabriela Troiano. El despacho de Orellana se encontraba justo al lado y, según cuenta Poch, hubo varios incidentes con el legislador que la llevaron a no querer asistir a su lugar de trabajo ante el temor de cruzárselo en un pasillo o en el único ascensor por el que se accedía a ese piso.
Según relató Troiano a PERFIL, una vez que tomó conocimiento de la situación la alentó a realizar la denuncia, con el respaldo de sus compañeros de despacho y la asistencia legal de otra ex diputada nacional del PS, María Elena Barbagelata.
"El proceso que llevamos adelante lo realizamos en soledad, la institución HCDN ,donde presté servicios durante 4 años y donde ocurrió el hecho, no hizo mas que mirar hacia un costado", cuestionó Poch, que fue respaldada además por la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM).
La denuncia contra Orellana llegó luego del escándalo que ocasionó la acusación contra el actor Juan Darthés y alentó a Poch para avanzar con el tema. “Escondí mi nombre mucho tiempo; no tiene más sentido hacerlo, yo no hice nada malo”, dijo en ese entonces y agregó acerca del tiempo que la Justicia podía tardar en definir su caso: “Es un proceso personal muy duro y desgastante. Se necesita mucha fortaleza para seguir con el proceso judicial”.
En ese marco, la denunciante detalló sobre lo sucedido el 11 de noviembre de 2016: "Fue entre la 1 y las 2 de la tarde. Lo recuerdo porque era el Día del Empleado Legislativo. Ese día no hubo asueto. Recibí el llamado telefónico de la empleada de seguridad de abajo, diciéndome que no se podía contactar con la oficina de Orellana y que había gente que quería ingresar”.
Asimismo, prosiguió: “Dejé el teléfono descolgado y fui a la oficina del diputado. Estaban él y su secretario. Saludé y entré, y el secretario se fue”. Y amplió que en ese momento ocurrió el hecho que denuncia cuando Orellana se le acercó: "Me tomó de las manos, me preguntó cómo estaba, porque se había enterado de que ‘no me la estaban haciendo pasar bien’, que necesitaba alguien que me quiera… Me dijo ‘me encantás desde el primer día que te vi’ y me hizo anotar su número de teléfono”.
Asimismo, Poch manifestó: “Me pidió que le escribiera, que le contara cómo estaba. Que me veía mucho más flaca. Que estaba nerviosa y que bajara la ansiedad. En ese momento le dije que me iba. Me dijo ‘vení’, me dio como un abrazo y varios besos en el interior de la oreja izquierda, mientras me decía que nadie me había besado así. Yo le dije ‘no, claramente no’ y me fui de su despacho”.
DM/MC