El sociólogo alemán Georg Simmel planteaba que la confianza es una de las fuerzas sintéticas más importantes dentro de la sociedad, que les permiten a los agentes generar hipótesis respecto al comportamiento futuro de los otros, para servir como base para la conducta práctica.
La confianza permite a los sujetos actuar y tomar decisiones en sociedad en la base de un comportamiento esperable de los demás. El ejemplo más práctico es el de un conductor que cruza el semáforo en verde, con la confianza de que el que viene por el cruce se detendrá porque tiene el semáforo en rojo. No tiene forma de saber quién es, pero confía.
Esta semana el sistema de confianza gubernamental voló por los aires en sólo dos días, el miércoles 29 de agosto tras la palabra de los dos principales referentes políticas del país: Mauricio Macri mostrando el sobre acuerdo con el FMI, y el jueves 30, tras la palabra de Marcos Peña explicando que no hay un fracaso económico.
Frente al corto mensaje presidencial el dólar pasó de 30 a 34 pesos, y con el del Jefe de Gabinete pasó de 34 a 38 o 39, 40, ¿42?, variando minuto a minuto sin techo. Esto generó un mar de rumores donde los más fuertes hablan de renuncias y las demás sobre la idea de un gobierno de coalición con el peronismo. La estabilidad institucional tiembla.
Preocupación oficial, rumores de renuncia y lecciones del ala política
La cuestión central es que la credibilidad el gobierno, y en especial la palabra presidencial, se evaporaron con una velocidad alarmante y peligrosa. Salir de las dificultades presentes requiere un golpe de timón construyendo un núcleo de respuestas básicas atendiendo a la emergencia. Para esto debe considerarse cinco ejes centrales para enfrentar una situación de crisis en progreso.
- Recuperar la palabra presidencial. Para esto se debe romper el libro de metáforas para pasar a enfrentar la situación con el nombre propio. Se trata de un trance de proporciones que afecta la estabilidad política, económica y social de la Nación. Fin de términos como tormenta, turbulencia, y similares.
- Recuperar la capacidad presidencial para hablar a la sociedad. La función de la estabilidad no está en los mercados, sino en la sociedad que dio su voto al presidente. Para esto se debe presentar un diagnóstico completo y realista de la situación financiera y de las soluciones posibles.
- Recuperar la función presidencial de convocar tanto a las fuerzas políticas como sociales para instar a un compromiso hasta a fines de 2019. Para esto hay que rechazar la idea de que convocar a la oposición es una señal de debilidad en este entorno. Establecer acuerdos de gobernabilidad con el peronismo es a la corta o a la larga inevitable.
- Suspender el proyecto reeleccionista. Establecer políticas públicas teniendo en foco la reelección es una restricción enorme frente a los acuerdos que se deben alcanzar. Si la situación económica se estabiliza y como fruto de los acuerdos fuera posible recuperar el crecimiento de la economía Macri volverá a tener su oportunidad, o en su defecto podrá construir una fórmula competitiva de Cambiemos.
- Establecer políticas de emergencia. Realizar acuerdos con los sectores empresariales, sindicales, y organizaciones sociales, es fundamental para minimizar las posibilidades de una hiperinflación como la de 1989, y reducir las tensiones. Probablemente haya que tomar determinaciones drásticas, establecer restricciones momentáneas que caerán mal en los mercados, pero que evitarán que la crisis cambiaria se transforme en una crisis política sistémica.
