El cura Juan Carlos Molina renunció de forma sorpresiva a la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). Según informó el jefe de Gabinete Aníbal Fernández su salida voluntaria se debe a “motivos personales” por considerar que "había cumplido su objetivo".
"Estuvo conmigo ayer a la mañana, me hizo conocer la situación personal, que creía que había cumplido su objetivo, y que por motivos personales se apartaba. Me dejó la renuncia, y a la tarde cuando vino la Presidenta, decidió aceptarla, y es lo que han leído en el Boletín Oficial", explicó el ministro coordinador en su habitual charla con la prensa antes de ingresar a la Casa de Gobierno.
El 29 de noviembre de 2013 Molina asumió como titular del Sedronar y hoy se oficializó su renuncia al cargo a través del decreto 818/2015 publicado en el Boletín Oficial que lleva la firma de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, del jefe de Gabinete y del ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
Molina llegó a su cargo luego de una larga relación con la familia Kirchner. Fue sacerdote en Santa Cruz y director de una escuela rural durante las gobernaciones de Néstor Kirchner en esa provincia. Luego, con la asunción del kirchnerismo, el cura se desempeñó como asesor "ad honorem" de la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, desde 2007, hasta que a finales de 2013 fue designado al frente de la Secretaría antidrogas.
Durante su gestión fue protagonista de varias polémicas, entre ellas cuando fue apodado como “el cura drogón” tras defender la despenalización o la legalización de las drogas, afirmación de la que luego se retractó. Asimismo, fue foco de críticas cuando comparó al capo narco Pablo Escobar Gaviria con "Robin Hood".
Activo en la red social Twitter, el cura siempre defendió la función del Sedronar. En su último tuit el pasado 12 de mayo escribió junto a una serie de mensajes en las que destacaba el rol de la Secretaría: “En @SEDRONAR, venimos trabajando para que el adicto deje de ser visto como un delincuente o un enfermo. Para ofrecerle un proyecto de vida”,. Por ello, resulta al menos llamativa su dimisión.
