El ex presidente Néstor Kirchner tenía una frase célebre para justificar negocios poco claros durante su gestión: “Es un problema entre privados”. El presidente Mauricio Macri podría reformular la frase para readaptarla a los tiempos de Cambiemos: “Es un acuerdo entre privados”.
En su primera actividad de 2018, el mandatario visitó el martes el parque eólico Rawson, el más grande del país, a cargo de la empresa Genneia, del Grupo Macro. Las inversiones en energías renovables fueron desde el comienzo una de las apuestas fuertes del gobierno de Macri. También de las empresas de su familia.
Durante 2016, y sin pasar por licitaciones públicas, Sideco Americana -empresa insignia de los Macri- creó junto con un grupo de socios cuatro empresas a nombre de un contador y adquirieron seis parques eólicos en Chubut y Miramar, provincia de Buenos Aires. Las licitaciones fueron ganadas por la española Isolux, que luego las vendió a estas compañías en dos tandas. Por la primera parte del paquete, las empresas del holding presidencial pagaron US$ 25 millones y durante el siguiente año revendieron esos parques a una empresa del Grupo Macro (Genneia, la que visitó el Presidente el martes) y a una compañía china (Goldwind). Con sólo uno de los parques hicieron una ganancia de alrededor de US$ 15 millones, según confirmaron a PERFIL tres fuentes directamente involucradas en los contratos.
Dos semanas después de la asunción de Macri, el contador Mariano Payaslian fundó Usir Argentina SA. Fue el 29 de diciembre de 2015 y la sociedad se constituyó para negocios financieros, con domicilio en su estudio contable, Gizzi & Payaslian, y con el propio Payaslian como socio y presidente.
Tres meses después, el contador fundó Parques Eólicos Miramar SA. Seis meses más tarde, el 5 de septiembre de 2016, creó otras dos empresas: Sideli SA y Sidsel SA. En las cuatro sociedades (Usir Argentina, Parques Eólico Miramar SA, Sideli y Sidsel), Payaslian figura como socio y presidente.
Isolux-Corsan había ganado por licitación pública durante el kirchnerismo los parques eólicos Loma Blanca I, II, III y IV en Chubut. La compañía española ya estaba inmersa en una crisis financiera y en el centro de casos de corrupción. Sus contratos en los parques eólicos corrían riesgo de caer por supuestos incumplimientos en las inversiones. Antigua socia de Iecsa, comenzó a negociar en secreto con las empresas de los Macri para desprenderse de sus activos en la Argentina.
El 19 de octubre de 2016, Isolux anunció un acuerdo con Sideli SA y Sidsel SA “para la venta de los desarrollos eólicos del parque Loma Blanca”, según el comunicado de la empresa. Se trataba de Loma Blanca I, II, III y IV. “El precio de la transacción, que incluye las cuatro fases del parque eólico, asciende a US$ 25 millones”, aseguró. Para que la venta pudiera llevarse adelante, el Gobierno, a través de la empresa estatal Enarsa, y el Banco Nación debían aprobar la transacción. Y lo hicieron. La española había comenzado su proceso de desinversión para retirarse de la Argentina, según el mismo comunicado.
Sin embargo, cinco semanas después, el 25 de noviembre de 2016, Isolux volvió a ganar una licitación para explotar otros dos parques eólicos en el programa Renovar 1.5 del gobierno de Cambiemos. La empresa estaba observada por el ministerio de Juan José Aranguren porque sólo había cumplido con la inversión en uno de los cuatro parques que tenía desde el gobierno de Cristina Kirchner. Aún así, volvió a ganar la licitación por otros dos contratos: Loma Blanca VI y el parque eólico de Miramar, con capacidades para producir 100 MW y 97,5 MW, el doble que los anteriores.
No hay ningún nombre de las empresas de los Macri o de sus socios en los documentos públicos de Usir, Sideli, Sidsel o Parques Eólicos Miramar SA. Sin embargo, ante la consulta de PERFIL, el contador informó que un 10 ó 12 % de este conglomerado es de Sideco Americana. Las sociedades también estan integrada por Socma -Sociedades Macri-, otra empresa del holding, en un porcentaje más pequeño.
Payaslian es un hombre muy cercano a las empresas de la familia Macri. A lo largo de los últimos años, figuró como síndico de Sideco Americana y de la constructora Iecsa (entonces de Angelo Calcaterra, primo de Macri). Su estudio Gizzi & Payaslian prestó servicios a una Unión Transitoria de Empresas (UTE) entre Isolux y Iecsa.
Los otros socios de Sideli, Sidsel, Usir y Parques Eólicos Miramar son “un fondo de inversión europeo ligado a la energía solar” -no se informó el nombre- y las compañías financieras Helios Partners Sa y Selena Partners SA, controladas por viejos aliados de Macri: los ejecutivos Pablo Emilio Basualdo, Mariano Alberto Bernardo Arrigo y Juan Edgardo Srodek. Los tres son miembros de KBR Group, una financiera que operó para Macri en la emisión de deuda de la Ciudad de Buenos Aires. Srodek, además, fue jefe de la campaña bonaerense del PRO en 2005.
El negocio. La convocatoria a la licitación del parque eólico en Miramar se abrió el 26 de octubre de 2016. Isolux ganó la licitación a fines de noviembre y vendió luego el contrato al mismo grupo de empresas a nombre a Payaslian. El holding de los Macri y sus socios crearon la sociedad que se quedaría con el negocio en marzo de 2016, siete meses antes de que se abriera la convocatoria a la licitación y ochos meses antes de que Isolux ganara el contrato con el Estado. Ante la consulta de PERFIL sobre la contradicción en las fechas, Payaslian dijo: “Es parte de la parte preparatoria del contrato, las licitaciones se fueron postergando”.
Para septiembre de 2017, once meses después de que Isolux se empezó a desprender de los parques, las empresas creadas por Sideco Americana y sus socios terminaron revendiendo todo. Según fuentes de las compañías, la decisión comenzó a tomarse en febrero de 2017 y la razón fue “la necesidad de desprenderse de los negocios ligados al Estado”, ante el escándalo del caso Correo Argentino, que expuso los conflictos de intereses de la familia de Macri.
Uno de los parques, Loma Blanca IV, fue vendido por alrededor de US$ 40 millones a Genneia, la compañía del banquero Jorge Brito -indagado en el caso Ciccone-, entre mayo y septiembre de 2017. La cifra fue confirmada a PERFIL por tres fuentes con acceso directo a los contratos firmados entre las compañías. Lo habían comprado por apenas US$ 25 millones junto a otros tres parques. La ganancia para el holding de la familia presidencial y sus socios fue de unos US$ 15 millones en un año.
El resto de los parques adquiridos a Isolux los vendieron a la china Goldwind en mayo de 2017, en coincidencia con el viaje de Macri a China ese mismo mes. La venta del segundo paquete sería por otros US$ 22 millones, según una de las compañías involucradas. En este caso, el holding de la familia presidencial negó esa cifra. No precisó otro número.
Durante la ronda de consultas, fueron algunas de las compañías y sus asesores -la parte privada de esta trama- las que accedieron a brindar información, mientras que los dos organismos del Estado a los que se les requirió explicaciones se negaron a brindarlas o nunca respondieron.
La Comisión de Defensa de la Competencia se negó a informar quiénes son los socios que integran Sideli y Sidsel porque “es información confidencial”, respondieron fuentes del Ejecutivo ante la consulta de PERFIL. Los verdaderos accionistas no figuran ante la Inspección General de Justicia (IGJ). Este medio se comunicó jueves y viernes con el ministerio de Energía, pero la cartera de Aranguren nunca contestó las preguntas.
El programa Renovar, del Ministerio de Energía y Minería, busca fomentar la generación de energía eléctrica a través de parques eólicos y energía solar, entre otras fuentes ecológicas. Un noble objetivo, con una oportunidad sin igual para los bien entendidos: es básicamente un negocio financiero, que otorga una rentalidad del 10 % anual en dólares en promedio, durante 20 años.