POLITICA
el presidente y los protocolos

Un mal ejemplo de cuidados que servirá de ejemplo para vacunados

Desde el inicio de la pandemia abundan las imágenes en las que Alberto F no cumplió con distanciamiento ni uso de tapabocas.

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Postales. La más reciente fue en la jura de Martín Soria, donde lo abrazó sin barbijo después de jurar. | NA.

El covid positivo de Alberto Fernández puso sobre relieve una de las preocupaciones que tienen los especialistas: que a pesar de haberse vacunado, la gente tiene que seguir cuidándose. En el caso del Presidente, con una particularidad extra: nunca fue un ejemplo a seguir en lo que a uso de barbijo y mantenimiento de la distancia se refiere.

A lo largo de este año de pandemia, Fernández fue en repetidas ocasiones centro de críticas no solo por mostrarse en fotos oficiales con otras personas sin barbijo (cuando su uso ya era obligatorio), sino también por andar a los abrazos con dirigentes o incluso sacarse selfies con militantes sin mantener una prudencial distancia.

En una de sus últimas entrevistas le preguntaron sobre el tema y esquivó responsabilidades. En una nota con Canal Nueve, primero le recordaron la foto con Hugo Moyano y parte de su familia en la Quinta de Olivos, en agosto, en pleno pico de la pandemia en el AMBA. Uno parado al lado del otro, sin barbijos ni distancia. “La foto con Moyano es una foto, donde nos sacamos el barbijo, uno parado al lado del otro mirando para adelante”, se justificó.

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En una entrevista
esquivó culpas. “Si
lo hago, no es un
ejemplo a seguir”,
se excusó

Cuando le insistieron por más momentos donde se mostró sin cumplir los protocolos no lo reconoció: “Sin barbijo es muy difícil. Puede ser que alguna vez no lo haya tenido”. “Si lo hago, no es un ejemplo a seguir”, aclaró.

Las imágenes de Alberto incumpliendo las recomendaciones que dan no solo los especialistas sino su propio gobierno se fueron repitiendo. Formosa, por ejemplo, fue una de las primeras provincias que recorrió cuando empezó a visitar el interior del país, en mayo. Allí, en un acto con su “amigo Gildo (Insfrán)” terminó de hablar y antes de volver a sentarse se trenzó en un abrazo con el gobernador. Sin barbijos.

Esa imagen se volvió a dar muchas veces. Arrancaba con barbijos, todos cumpliendo el protocolo, pero en algún momento se descuidaba. En las juras de ministros recientes se vio otro ejemplo. Primero con Carla Vizzotti y después con Martín Soria, el lunes último. En los dos casos arrancan con el tapabocas, se paran con distancia, se los quitan a la hora de tomar el juramento y terminan abrazados. Y sin el barbijo puesto.

El ejemplo de cuidados, distanciamiento y protección no podía ser emulado por la ciudadanía. Ahora, por lo menos, su contagio servirá para dejar claro que los recaudos deben seguir manteniéndose.