Los bifes con ensalada fueron el plato principal el jueves en el primer piso de la Casa Rosada, para la cumbre que la “mesa política” del presidente Mauricio Macri eligió para debatir los alcances del acuerdo del FMI y, en especial, el futuro acuerdo con el PJ y los gobernadores para reducir el déficit fiscal y aprobar el Presupuesto 2019.
Ante el nuevo escenario que abrió la negociación con el Fondo, los principales líderes del PRO y la UCR discutieron el futuro político con una premisa: viene una etapa de consensos con la oposición, enmarcados por el crédito internacional. En particular, el PJ es motivo de debate bajo el manto de cómo encarar los acuerdos que va a necesitar el oficialismo para las reformas que Macri discutió con el Fondo.
Sin embargo, en los primeros diálogos el panorama no resulta sencillo. La primera conclusión a la que arribaron es que el peronismo carece de un liderazgo claro y que esa atomización no beneficia la estabilidad de los acuerdos parlamentarios que se generen.
En segundo lugar, hay figuras que hoy generan malestar en la mente del Presidente. Dos de ellos con gran ascendencia tanto en el Senado como en Diputados: Miguel Pichetto, jefe del bloque del PJ en la Cámara Alta, y el ex diputado Sergio Massa, quien tiene fuerte ascendencia en la Cámara baja. A ellos se les suman los diputados jóvenes, como Diego Bossio, más los gobernadores que tienen en sus cuentas un aumento de las transferencias de la Nación del 35% entre 2016 y 2018, según datos oficiales.
La política. Al frente de la renovada mesa política se pusieron, en primer lugar, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, quien fue clave para el regreso de Emilio Monzó, el titular de la Cámara de Diputados, a la discusión política tras sus críticas a Jaime Duran Barba; y Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de Gobierno porteño, que tiene injerencia sobre la cúpula del poder macrista y casi medio gabinete lo consulta cotidianamente.
El jueves, la mesa la encabezaron el jefe de Gabinete, Marcos Peña, junto al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, Monzó y Larreta. La gobernadora fue la única ausente con aviso: había volado a Roma a encontrarse con el papa Francisco. Del lado de la UCR, Ernesto Sanz (quien venía de participar de la mesa de coordinación) y los tres gobernadores del histórico partido: Gerardo Morales (Jujuy), Alfredo Cornejo (Mendoza) y, en su debut, Gustavo Valdés (Corrientes). El G7 más uno. Ese día pasó a explicar los alcances del acuerdo con el FMI el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Quedó claro allí que el organismo internacional está esperando un gesto de toda la dirigencia política para cumplir las nuevas metas de reducción del déficit fiscal: 1,3% del PBI el año que viene y equilibrio para 2020.
En el reparto de tareas, si bien hay ayudas mutuas, los roles naturales implican que Frigerio se ocupe con su equipo y los gobernadores de Cambiemos de las provincias; a Monzó el Congreso, y en el caso de Massa es el jefe de Gobierno porteño quien tiene acceso privilegiado al líder del Frente Renovador.
El dúo. En este marco, el tándem Larreta-Vidal, un binomio que funciona aceitado (“incluso mejor que un matrimonio”, suelen bromear) hoy es clave para entender el futuro. No solo porque impulsan los acuerdos con el PJ sino porque son quienes venían pujando por una mesa de discusión con la UCR y la Coalición Cívica, y quienes le venían susurrando a Macri que era hora de tener un ministro coordinador de la Economía. Actualmente es Vidal quien pugna por un gran acuerdo de gobernabilidad en el Congreso para encarar la reducción del déficit. Es más: entre sus íntimos asegura que Monzó y Frigerio son los indicados para ese trabajo. Sin embargo, esta semana ella y Larreta se reunieron a solas con Pichetto en Pizza Cero, en Avenida del Libertador y Tagle.
De todas formas, el ministro del Interior, junto a su mano derecha, el secretario político Sebastián García de Luca, comenzaron a dialogar, ahora sin cámaras, con los gobernadores. Ayer le tocó, sin foto oficial, a Mariano Arcioni, de Chubut, mientras un grupo de peronistas avalaba el acuerdo con el FMI: Juan Manuel Urtubey (Salta), Domingo Peppo (Chaco) y Sergio Uñac (San Juan), entre otros.
“Vamos a pedir una contrapartida al aumento que les dimos de forma automática. Si tienen más presupuesto, pueden hacerse cargo de más obras”, le explica a PERFIL una fuente mientras degusta galletitas Anillitos con café con leche en su despacho de Balcarce 50. A su lado, un subsecretario sonríe recostado en un sillón: cree que será inevitable que terminen acompañando.
El Presidente en Canadá
El presidente Mauricio Macri participará hoy de la Cumbre del G7, en Canadá, junto a los líderes de los países más industrializados del mundo, que debatirán y expondrán sobre los temas más gravitantes de la agenda global. Según informó en un comunicado oficial la Presidencia de la Nación, Macri se reunirá con la canciller de Alemania, Angela Merkel, y con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y también mantendrá un encuentro, por primera vez tras el anuncio oficial, con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, entre otras actividades.
El jefe de Estado, acompañado del canciller Jorge Faurie y de la primera dama, Juliana Awada (con agenda propia) llegará a las 8.30 de hoy a Quebec, donde se alojará en el lujoso Château Frontenac, en el casco histórico de la ciudad.
“Es la primera vez que un presidente argentino estará presente en un encuentro del G7, que en esta oportunidad tiene como sede a la ciudad de Charlevoix, ubicada a poco más de cien kilómetros de Quebec”, destaca la información oficial. Macri asistirá como “observador” ya que preside actualmente el G20.