En menos de cuatro meses, Claudia Villafañe ya suma un segundo título como “masterchef”. Esta vez, la disputa gastronómica fue contra dos oponentes, un plato único y el jurado votó por Instagram. Y pesar del poder en redes que tiene Lizardo Ponce, el famoso instagramer quedó en segundo puedo. Julia Mengolini, tercera.
Claudia Villafañe resultó ganadora como “masterchef celebrity” del Festival Hansik al obtener el 66,13 por ciento de los votos de los seguidores de esa competencia. En su caso, cocinó un plato típico coreano, Bindae-tteok, una tortilla de porotos mung con kimchi añejado. Los 1, 2 millones de seguidores de instagram de Villafañe estuvieron más atentos a la contienda que los 1,3 millones de Lizardo Ponce.
El Festival Hansik es la celebración más importante de la gastronomía coreana. Dentro del festival el K-Food Master tuvo esta vez la “edición celebrity”. A Claudica Villafañe la guió Boemsu, un reconocido chef y profesor de cocina del Centro Cultural Coreano, para presentar su "bindae-tteok". Ese plato tiene su registro en la historia gastronómica de Corea en el 1670. A su vez, Lizardo Ponce hizo dupla con la guía de la chef Fhany. Su desafío: preparar “gungjung tteokbokki”, un plato propio de la realeza coreana. Y Julia Mengolini, periodista y fundadora de Futurock, cocinó “sundubu jjigae”, un plato que visualmente puede parecer una sopa o también un estofado; tuvo de apoyo al chef y docente, Esteban Ho.
El “Festival Hansik” se llama así porque los coreanos definen a su comida "hansik". “La característica principal del hansik está en la armonía de sus ingredientes y colores”, explica Jang Myung-soo, embajador de la República de Corea en Argentina. “Un balance que se traduce en platos saludables y equilibrio nutricional. A diferencia de Occidente, la cocina coreana utiliza menos cantidad de carne para dar lugar a sabores más sutiles. Para los coreanos la comida es medicina. Nuestra tradición culinaria tiene siglos de desarrollo, en los cuales el balance de las proporciones, la diversidad de ingredientes y la incorporación de fermentados hacen que lo que consumimos en Corea no sea sólo comida, sino un elemento que alargue la vida”.