PROTAGONISTAS
DE ESO SÍ SE HABLA

El basquetbolista Sebastián Vega reveló que es gay y desnudó este tabú del deporte

El jugador hizo público el daño que le provocó ocultar su sexualidad. Ginobili, Oberto y otros lo respaldaron. Este estigma no es privativo de ellos: las deportistas también lo enfrentan.

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Apoyo. Vega sorprendió esta semana al revelar su elección sexual. Ginóbili habló de “coraje”; Oberto dijo que “nos ayuda a crecer como sociedad”. | cedoc

“La verdad nos hace libres”. Así comienza la carta que escribió el basquetbolista argentino Sebastián Vega para contar que es homosexual. Miembro del plantel de Gimnasia de Comodoro Rivadavia, equipo que disputa la Liga Nacional, jugó en los principales clubes del país y llegó a vestir la camiseta de la selección nacional. Sin embargo, recién a sus 31 años este deportista nacido en Entre Ríos pudo hablar abiertamente sobre su sexualidad y esta semana puso en la agenda mediática un tema que sigue siendo tabú en los deportes profesionales masculinos.

La situación de tener que ocultar la verdad a su familia y compañeros de equipo no solo le provocó angustia durante años, sino incluso lesiones físicas. “Mi cuerpo evidentemente me estaba gritando que algo iba mal, que tenía que cambiar”, explica en la carta. Con respecto a este asunto, PERFIL consultó al psicólogo deportivo Juan José Grande, quien trabajó con deportistas  de elite como Juan Martín del Potro, el plantel de polo de La Dolfina y, recientemente, el equipo de Copa Davis de Bolivia. “Los deportistas pueden tener ‘nudos psíquicos’ y uno como psicólogo lo que intenta hacer es aflojarlos en caso de que no puedan deshacerse. Esto es importante porque cuando el deportista reprime puede generar que implosione y termine con una lesión”, indica Grande.

En otra sección de la carta, Vega señala que un miedo que le impedía hablar era el de quedarse sin trabajo. “Es uno de los tantos fantasmas que hay. Uno piensa que se te cierren las puertas de los equipos y que ya no va a poder dedicarse a lo que ama”, comenta a PERFIL el jugador de vóley Facundo Imhoff que hace ocho años reveló ser homosexual y desde entonces intenta ayudar a otros deportistas que pasan por la misma situación (ver aparte).

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De todas formas, tanto Vega como Imhoff descubrieron que no es un miedo real. “Los dirigentes del club fueron los primeros en respaldarme. Percibir aquella protección grupal e institucional me permitió ganar confianza y estabilidad”, manifiesta el basquetbolista. Mientras que Imhoff relata una situación similar: “Hace ya varios años que lo dije y el ambiente del vóley profesional no es muy grande, por lo que todos se enteraron muy rápido. Pero siempre tuve y sigo teniendo posibilidades de jugar en equipo y continuar con trabajo”.

Y no solo recibieron el apoyo de los directivos, sino de compañeros y deportistas destacados del país. Sin ir más lejos, Emanuel Ginóbili fue uno de los primeros en responder en público a la carta de Vega: “Tu coraje va a ayudar a mucha gente. Ya está muy cerca el momento en que nadie tenga que anunciar su sexualidad para sentirse libre”. Y a él se sumó Facundo Campazzo. “Te admiro mucho por la valentía de sacar esta carta y también me duele que hayas sufrido tanto. Tenemos que avanzar, la sexualidad de cada persona no debería ser cuestionada”, indicó el base de la selección argentina y del Real Madrid.

Camino a seguir. En lo que muchos de los entrevistados por PERFIL coinciden es en que quizás el fútbol sea el deporte más difícil para combatir este tabú. “El deporte en general es muy machista. Pero el fútbol, al ser más masivo, al haber hinchada, barras bravas y demás creo que genera mayor problema o desafío para los jugadores al momento de revelar su sexualidad”, opinó Imhoff.

De todas formas, en Argentina hay un futbolista que decidió dar el paso para comenzar a revertir esta situación. Se trata del arquero Nicolás Fernández, que juega en General Belgrano de Santa Rosa de La Pampa y que asegura que los futbolistas no lo cuentan por miedo a lo que pueda pasar.  “A partir del momento en que lo hice público en la cancha me gritan cosas desde la tribuna. Al principio me enojaba pero aprendí a manejarlo y ahora me causa gracia. Con respecto a mis compañeros, todos lo tomaron bien y no tuve problema pero en el fútbol la homosexualidad es un tabú todavía”, explicó en distintas entrevistas.

Para finalizar, los entrevistados también recalcan que si bien falta avanzar se notan mejoras en relación con dos décadas atrás. “Cuando yo era deportista la sexualidad se callaba. Ni se hablaba de eso. Hoy en día todavía sucede y es aberrante pero acciones como la de Sebastián ayudan. Seguramente estamos mejor que hace 5 o 10 años, y estaremos mucho mejor en el futuro. Lamentablemente el deporte, a diferencia del arte o la cultura, está muy atrasado en estos avances”, finaliza Juan José Grande.

 


 

Facundo Imhoff, el “consejero” de los deportistas

Quizás uno de los primeros deportistas profesionales  aregntinos en hablar abiertamente de su sexualidad en los medios es el jugador de vóley Facundo Imhoff. “Fue hace ocho años cuando esto todavía era mucho más tabú. Por eso no tuvo mucha repercusión mediática y yo tampoco lo quise hacer oficial porque me parecía que era darle demasiada entidad; lo que quería era hacerlo de forma natural”, explica a PERFIL.

—¿Qué te generó la carta de Sebastián Vega?

—Me alegró mucho por él porque lo va a poder vivir de una manera mucho más libre y feliz. Creo que se sacó una mochila enorme de encima. También me emocionó porque cuando yo decido hacerlo público era para lograr que otros jugadores se animen también a dar ese paso y que esto sea para la sociedad en general y no sólo para Facundo o Sebastián. Entonces me emocionó por sentir que está sucediendo y eso me dio mucha alegría.

—¿Te pasó de recibir mensajes de deportistas pidiéndote consejos?

—Sí. Me han contactado jugadores (tanto profesionales como amateurs) incluyéndolo a Sebastián. Lo conozco desde hace dos años. El se puso en contacto conmigo porque justamente me planteó todos estos miedos y lo que hice fue contarle mi experiencia porque él estaba atravesando por lo mismo que había pasado yo antes de contarlo. Así que estuvo bueno porque le pude dar una mano y sentí que estaba causando el efecto que yo quería.

—¿Cómo fue tu experiencia?

—En mi caso no fue nada polémica. Una vez que le conté a mi familia, amigos y gente cercana en mi vida lo empecé a contar en el vóley. Primero con un compañero, seguí con otro y así. Lo viví como una liberación muy grande porque empecé a ser más auténtico y a sentirme muy bien conmigo mismo. Entonces ahí mejoró mi rendimiento deportivo y ese año me llaman de la selección argentina para integrar el plantel. Todos los jugadores sabían acerca de mi sexualidad y la verdad que no hubo conflicto. Me sorprendió para bien y no fue nada traumático.

—¿Es importante que referentes como Ginóbili den su respaldo?

—Estoy convencido de que los referentes de cada deporte tienen que salir a apoyar porque justamente son los que tienen más llegada a la gente. En ese sentido me parece genial lo que hicieron algunos deportistas consagrados del básquet. Porque una cosa es escribirle y otra es hacerlo público. Y lo que se necesita es eso. Además estoy convencido también de que en el fútbol es igual. Cuando algún jugador salga a blanquearlo, que espero que pase pronto, tienen que salir los referentes de distintos equipos (y en Argentina tenemos muchos referentes) a bancar a quien decida a hablar.

 


 

Aunque solapado, el estigma también les cabe a ellas

Por Gabriela Garton (*)

Creo que la dificultad de hablar sobre la sexualidad tiene mucho que ver con el rol que juega el deporte en la construcción de identidades masculinas hegemónicas con una fuerte heteronormatividad. Se crea un entorno en el cual otras masculinidades se vuelven estigmatizadas y no son permitidas.

Por lo tanto, es un tabú que, en ciertos deportes, es más fuerte. Hay algunos que no se definen como “masculinos”, es donde la homosexualidad no es estigmatizada sino aceptada. Pienso en el patinaje sobre hielo o el salto acuático. Pero en el fútbol, rugby o básquetbol, los varones se tienen que mostrar como fuertes, viriles, agresivos y en esos entornos se usan términos como “puto” o “marica” para denigrar a los que no encarnan esas cualidades. En lo que respecta al deporte femenino, no diría que no hay inconvenientes. Existió históricamente en deportes como el fútbol un estigma de que las mujeres eran machonas y lesbianas. Si bien hay jugadoras que hablan abiertamente de su sexualidad (algunas en Argentina pero muchas más en Europa o Estados Unidos, por ejemplo), otras que prefieren mantener su vida personal fuera del conocimiento público por varios motivos que pueden ser relacionados con el miedo de recibir comentarios homofóbicos del público, ser rechazadas por sus familias o arriesgar sus posibilidades de ser auspiciadas por marcas. Cada vez son más las que se animan a vivir su vida íntima de manera libre pero nos equivocamos si pensamos que todas lo pueden vivir de esa manera.

(*) Arquera de la selección argentina de fútbol y becaria doctoral del Conicet.