SOCIEDAD
Los conos peronistas y el Da de la Lealtad

Puerta de Hierro: lo que quedó de la mítica quinta de Perón luego de ser comprada por Jorge Valdano

Lo que fue el refugio del General en el exilio madrileño se transformó, 35 años más tarde, en un lujoso emprendimiento inmobiliario. Galería de imágenes.

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| Fernando Pittaro

Nada. Eso es lo que queda de la Quinta 17 de octubre, residencia que ocupó Juan Domingo Perón en su largo exilio de 13 años en Madrid. Desde allí siguió con atención la convulsionada política argentina, dio instrucciones al peronismo proscrito y hasta planeó su regreso al país.

Por allí pasaron políticos, sindicalistas, periodistas, y hasta el cadáver de Evita. En 1971 fue instalado en una habitación del primer piso. En el señorial barrio de Puerta de Hierro, 20 kilómetros al norte de la mismísima ciudad de Madrid, ya no hay indicios de aquella casona.

No están los jardines, donde Perón hacía largas caminatas acompañado de sus caniches, ni el escudo peronista tallado en la entrada. El único indicio que la historia se niega a borrar es el nombre de la calle: Navalmanzano 5 (hoy 4-6). Un paredón de cinco metros de alto desalienta cualquier expectativa de espira sobre la ligustrina.

Cuando Perón compró el terreno, la zona estaba casi desierta. Sólo algunas casonas aisladas. Pero la elección del lugar fue estratégica. A pocos minutos, por la carretera del Pardo, se podía llegar al Palacio de la Zarzuela y a la residencia que ocupaba el dictador Francisco Franco.

El lote lo compró en 1964, cuando hacía apenas 4 años se encontraba en Madrid. La operación se realizó en 750 mil pesetas. Según diversas fuentes, levantar la casona le significó al General un desembolso de otros 2 millones y medio de pesetas. Isabel Perón, a nombre de quien figuraba la propiedad, vendió la mítica finca en 4 millones de dólares en diciembre de 1989. Lo recaudado, según lo determinó la justicia, fue destinado a las hermanas y herederas de Evita. Luego una empresa constructora se encargó de demoler los 800 metros cuadrados distribuidos en tres pisos.

La iniciativa inmobiliaria fracasó y nuevamente el lote se puso en venta. Fue allí cuando el ex delantero de la selección argentina, Jorge Valdano, se asoció con un amigo y decidieron compararlo. Eran 10.000 metros cuadrados. Allí construyeron siete lujosos chalet. Cada uno adquirió el suyo, (Valdano reside allí con su mujer) y los 5 restantes fueron vendidos a particulares.

Llegar hasta lo que fue “Puerta de Hierro”, no es nada sencillo. El taxista se ve obligado a activar el GPS de su auto para ubicar la calle Navalmanzo. Es un pasaje, doblando a la izquierda. Un vehículo blanco con sirena en su techo pregunta a dónde nos dirigimos.

“Esto es propiedad privada. Sólo pueden ingresar los que viven aquí.” Un perro enfurecido larga saliva entre los dientes y nos invita a retirarnos. Rodeada de coches importados y habitantes ilustres, “Puerta de Hierro” no es la de antes.

Pasó mucho tiempo como para pretender encontrar algo de aquella época. De aquel exilio peronista. Ahora, es apenas una urbanización privada. Sus vecinos no tienen planes de combatir al capital.

*especial para Perfil.com