Demasiada gente corriendo y caminando sin respetar el distanciamiento social requerido; personas paseando perros; chicos jugando al fútbol, y hasta grupos de adolescentes sentados en los bancos del parque, fueron algunas de las postales que se vieron, al menos, en la segunda jornada de salidas nocturnas para la realización de actividad física en el Parque Patricios en la noche del martes 9 de junio.
“El 70% de quienes salieron a correr fue gente común, que aprovechó la ocasión para salir a oxigenarse un poco”, afirmó, de manera contundente Gabriel Mariño, profesor del equipo de corredores Green City Entrenamiento, y uno de los 300 voluntarios que, junto a agentes del Gobierno porteño, policías y bomberos de la Ciudad se encargan de ordenar y asesorar a quienes salen a realizar actividades físicas entre las 20 y las 8 del día siguiente. Según su apreciación, “el resto se dividió entre vecinos que salieron a pasear el perro y algunos corredores ocasionales. En la mayoría de los casos, se notaba que no eran corredores habituales, eran reticentes a aceptar y cumplir con las sugerencias que se les daban por no respetar las normas de distanciamiento. Mucha gente, por ejemplo, salió a pasear con sus perros con correas demasiado largas que entorpecían el paso de los corredores, o molestaba a quienes caminaban, ya que los perros se cruzaban en medio de la vereda”, aseguró Mariño, en su charla con PERFIL.
Coronavirus: "El impacto de los runners en CABA se verá en seis días"
Respecto a la presencia de runners, el profesor de Educación Física, que cumplirá con su función de voluntario dos veces a la semana, señaló que “fueron minoría, pero quienes más acataron los requisitos al momento de correr y cumplieron con las normas de distanciamiento”.
Desde este martes, y luego que se registraron escenas de gran cantidad de personas corriendo por plazas y parques porteños tras casi 80 días de cuarentena, casi de manera desaforada, el Gobierno de la Ciudad decidió implementar una serie de medidas que tendieron a ordenar este tipo de actividades deportivas. Para ello cortó algunas calles perimetrales y aledañas a los espacios verdes, a fin de ampliar la zona donde las personas pudieran correr, caminar o andar en bicicleta.
Más de allá de colaborar en el ordenamiento de los corredores, Mariño se encargó de hablar con sus alumnos via zoom donde les explicó cuáles eran las recomendaciones para salir a correr. “La principal recomendación fue pedirles que calienten y estiren sus músculos en sus casas, para evitar que se armen los típicos grupo de corredores entrenando”.
Runners habilitados: cómo retomar la actividad física tras 80 días de quietud
Luego de su primera jornada como voluntario, Gabriel señaló que habría que hacer algunos ajustes a la medida. “Se debería establecer que los runners fueran por las veredas mientras que las personas que caminan lo hagan por las calles cortadas, y que no se permita hacer actividad física con los perros. Otra medida sería que todos corran en la misma dirección. De esta manera, se evitaría el cruce, y posibles contagios, con las personas que vienen de frente. Son detalles que me parece que se pueden hacer y que mejorarían el momento de realizar este tipo de actividades al aire libre”, señaló por último, Mariño.
CP