En un caso con ribetes insólitos, una mujer fue condenada por la Justicia a indemnizar con 100 mil pesos a su ex marido, a quien luego del divorcio denunció de haber abusado sexualmente al hijo de la pareja.
La Cámara de Apelaciones en lo Civil de Bahía Blanca consideró a M.E. responsable del daño moral causado a su ex esposo, que como consecuencia de la acusación por la supuesta violación del niño pasó 22 días preso y estuvo "privado del contacto con su hijo menor durante largos años", sostiene la sentencia.
Los camaristas Horacio Viglizzo, Abelardo Pilotti y Leopoldo Peralta Mariscal decidieron, en una resolución unánime dictada el 19 de setiembre último, confirmar la sentencia que condenó a M.E. por entender que, con su denuncia, afectó "severamente" el honor de su ex marido, que según el tribunal no habría abusado del niño.
Un informe del Hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata determinó que el pequeño presentaba, en el año 2000, lesiones anales por posible penetración con un objeto sin punta y una infección por clamidia, de presunta transmisión sexual.
Sin embargo, tanto el pediatra del niño como los médicos forenses coincidieron en señalar que las lesiones anales eran compatibles con una patología por constipación crónica que padecía el nene, y descartaron la posibilidad de un abuso sexual.
Explicaron, además, que no fue comprobada una contaminación por clamidia y que, de haber existido, "no por ello era razonable concluir" que el niño fue violado, "ya que esta enfermedad puede contagiarse (...) por vías no sexuales".
Los jueces coincidieron en señalar que "ambos padres influían" sobre el niño y señalaron que el relato del menor sobre el supuesto abuso habría sido, en realidad, la repetición vaga de una narración de la madre.
El caso es controvertido porque existen informes contradictorios respecto de las lesiones del chico. Sin embargo, testigos manifestaron que el niño prefería convivir con el padre, mientras reportes médicos hicieron referencia a "trastornos neuróticos" de la madre y también de su hijo, posiblemente originados en el vínculo materno.
La historia. M.E y G.M. contrajeron matrimonio el 30 de marzo de 1990 y el 1 de setiembre de '92 nació el único hijo de la pareja, que residía en Bahía Blanca y se divorció legalmente el 17 de noviembre de 1997.
En el año 2000, M.E. se mudó a La Plata con su nueva pareja y el niño pese al desacuerdo de G.M., que recurrió a la Justicia para preservar el vínculo con su hijo y oponerse a un cambio de residencia que le impediría ver al pequeño, entonces de 7 años, con la frecuencia con la que lo hacía hasta ese momento.
El 25 de febrero de 2000, la Justicia dispuso que el niño tuviera como "destino provisorio" la casa de su padre, pero al mes siguiente hubo un fallo en favor de la convivencia del pequeño con la madre.
En ese marco, M.E. acudió a la consulta médica en abril porque el niño, según contó, padecía problemas intestinales, dolor anal e incontinencia.
Finalmente, el 12 de mayo de 2000 radicó una denuncia penal por violación contra su ex marido, que terminó sobreseído y entonces demandó a la mujer por daño moral.
Para la Cámara, hubo una "imputación falaz y temeraria" que configuró un serio agravio para el hombre, el 18 de mayo de 2000, cuando se encontraba en un viaje de trabajo en Tres Arroyos, supo por sus compañeros que la policía había ido a buscarlo a la oficina de su empleadora, en Bahía Blanca.
Cuatro días después, el hombre "se presentó voluntariamente ante la Fiscalía (...) y allí tomó conocimiento de la falsa denuncia presentada, siendo detenido y alojado en la Comisaría Segunda de Bahía Blanca, donde permaneció privado de su libertad por 22 días hasta el 13 de junio de 2000", reseña la resolución.